Hoy el movimiento de mujeres es el movimiento político más importante de la Argentina, el que se animó a hacer un paro contra la violencia en todas sus expresiones, violencias machistas como denominador y dominador común. Sepan que ahí estamos nosotres también los y las trans, travesti y transgéneros cansadas de escuchar que nos digan que nos tenemos que callar la boca, que qué más queremos, que ya nos dieron una Ley de Identidad. Debemos recordarles aquienes no quieren orinos que las personas trans también tenemos miedo por las calles, en nuestras casas, que estos cuerpos también  están en riesgo permanentemente. 

Nos están destruyendo moral y físicamente. El pasado 19 de Octubre mientras sucedía la marcha Ni Una Menos, asesinaban a la querida compañera Diana Sacayán, crímen que sigue impune. ¿Como seguir? Salimos a la calle. Dijimos igualdad pero no somos del todo escuchadas. Igualdad es una palabra bella y tramposa. Tiene la potencia de la utopía. Estar en contra de la igualdad es estar a favor de la injusticia. Sin embargo, en las estructuras de poder  todo esto que siempre fue minoría cada vez es  más y más minoría. 

En etsa nueva marcha se porduce a su vez un llamado de atención entre nosotres. Nos representamos en colectivo, en compañía, en manada o no nos representamos. No podemos esperar de los ejemplos más visibles que vemos en los medios de comunicación, como Flor de la V o Lizzy Tagliani, que siguen siendo funcionales al sistema machista donde para sobrevivir deben mofarse de ellas, ridiculizarse, olvidar a las demás. No hay sororidad entre algunas compañeras que parece que van levantando cabeza, pero no. La meritocracia el superarse y salir adelante sola sirve en términos de experiencias individuales, son respetables y hasta admirables pero son experiencias muy chiquitas las individuales. En esta nueva marcha creo que una de las cosas que nos estamos transmitiendo entre nosotrxs, porque lo hemos aprendido en nuestras carnes, en nuestros cuerpos es que deberíamos solidarizarnos, con el orgullo de pertenecer a un mismo colectivo. 

Tuve la suerte de nacer en la clase media, ser blanca y mi familia no me echó de mi casa. Pero no todos todas tenemos la misma realidad. En general, la realidad sigue siendo otra, las personas trans son expulsadas de su casa a muy temprana edad. Cuando tus padres te echan de tu casa por que elegís otra identidad se genera un derrumbe en la persona. Aquellos que deberían cuidarte, protegerte y en los que deberías confiar ya no son tus protectores ni tampoco tu casa es un lugar de arribo. Entonces aparece la calle como opción. Tu familia se portó como jamás hubieras esperado y reconocerlo es un alivio. Es un paso para que luego uno pueda elegir quererlos así como son y ver que  voy a  tomar de ellos pero primero hay que enfrentarse y sacárselo de encima. Han hecho lo que pudieron pero se han comportado como no debe comportarse jamás alguien que te quiera, echándote de tu casa.  Hay que ponerse fuerte y firme para salir de ahí. Buscar otras alternativas pero cuesta ver con claridad en la neblina. Encontrar alternativas para sostener la vida. Entonces aquí aparece la figura de las mujeres y sus luchas históricas, pero sobre todo, las luchas de estos últimos años.  el cupo les salvo en muchos casos el cuerpo la integridad  y el desarrollo a millones de mujeres. Vale lo mismo entonces para la situación de las personas Travesti, trans , transgénero en la Argentina. Es una herramienta política que este sistema, en este contexto en este marco  es necesario. Salvo que creamos que tenemos que caer en la meritocracia  para poder desarrollar  del todo nuestros méritos. Debemos haber podido comer  como corresponde, haber recibido afecto por parte de adultos mayores cuando éramos niños y niñas. 

Según las estadísticas publicadas en el libro recientemente editado La revolución de las mariposas, el 90 por ciento de la población trans en la Argentina sigue teniendo como única vía desubsistencia la prostitución. Este es nuestro grito hoy. Es urgente la reglamentación de la Ley 14.783 que indica que el 1 por ciento en los puestos de la administración publica debe ser ocupado por personas travestis, trans y transgénero. El estado tiene que garantizar esto. ¿Los mecanismos son lentos? En el medio se mueren compañeras. La ley de cupo laboral trans ya existe a nivel provincial pero debe federalizarse a nivel nacional. Es una ley militada  y promovida por la querida Diana Sacayán y Lohana Berkins quienes junto a otras organizaciones se encargaron de que esta norma sea la primera en el mundo recomendada por la ONU como herramienta de inclusión al trabajo digno de la comunidad de travestis, trans y transgénero para reparar lo que el estado durante tanto tiempo restringió. El  trabajo debe empezar abrirse dentro de los márgenes del empleo público. ¿Parece loco? El estado es el que ha validado durante décadas una  cultura de discriminación de represión y anulación de nuestras  identidades. Queremos, quiero ver  a mis  compañeras ocupando  sus puestos de trabajo mostrando, talento, solidaridad, compromiso, para ser mas grande esta patria.