Ucrania quiere que sus últimos defensores en Mariupol luchen "hasta el final", contradiciendo el ultimátum lanzado por Rusia este domingo, que pedía a las fuerzas ucranianas deponer las armas en esta estratégica ciudad portuaria del sudeste del país. El ministerio de Defensa ruso dijo que estimaba que unos 2.500 combatientes ucranianos y 400 "mercenarios" extranjeros, la mayoría de países europeos, son los últimos que resisten la captura de Mariupol, todos ellos atrincherados en una enorme planta de producción de acero bajo la cual corre una vasta red de túneles.

"La ciudad no ha caído. Nuestras fuerzas militares, nuestros soldados todavía están allí. Lucharán hasta el final", aseguró Denys Shmygal, el primer ministro ucraniano, en una entrevista con la cadena estadounidense ABC.  Las declaraciones del primer ministro se producen poco después de que expirara el ultimátum de Moscú, que pidió a los últimos soldados ucranianos atrincherados en un enorme complejo metalúrgico de Mariupol abandonar la lucha y dejar el lugar antes de las 13 horas del domingo. En paralelo, el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS) sorprendió al convocar a sus seguidores a coordinar ataques en Europa aprovechando la guerra en Ucrania.


El mando militar ruso aseguró que el gobierno de Kiev prohibió a sus militares, cercados en la planta siderúrgica de Azvovstal, rendirse bajo pena de fusilamiento. "El régimen nacionalista de Kiev, según comunicaciones interceptadas, ha prohibido negociaciones de rendición y ordenado a los nazis del regimiento Azov fusilar a los militares y mercenarios extranjeros que quieran rendirse", dijo el vocero del ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Konashénkov.

La demanda de rendición tenía muy pocos visos de ser atendida por los militares ucranianos, que resisten a las tropas rusas y a las milicias de la autoproclamada república popular de Donetsk, reconocida por Moscú como estado independiente. Ya este sábado el líder de la república popular de Donetsk, Denis Pushilin, había señalado que los batallones nacionalistas que permanecen en Mariupol "no tienen la intención de rendirse y, por tanto, deben ser aniquilados".

La conquista de Mariupol, donde la situación es "inhumana" según el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, supondría una importante victoria para Moscú. Con 440 mil habitantes antes de la guerra, representa el último obstáculo para garantizar el control de Rusia en la franja marítima que va desde los territorios separatistas prorrusos del Donbass hasta la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014. Rusia asegura controlar casi toda la ciudad, algo que Ucrania niega. 

Zelenski señaló que solo había "dos opciones" para Mariupol: el suministro desde los países occidentales de "todas las armas necesarias" para romper el largo asedio de la ciudad o "la vía de la negociación" en la que "el rol de los aliados debe ser igualmente decisivo". El presidente ucraniano contó en una entrevista al canal estadounidense CNN que invitó al presidente francés, Emmanuel Macron, a visitar Ucrania para comprobar con sus propios ojos que las fuerzas rusas están cometiendo un "genocidio".

Putin "cree ganar la guerra"

Según el canciller austríaco Karl Nehammer, que se reunió con Vladimir Putin hace casi una semana, el presidente ruso Vladimir Putin piensa que está ganando la guerra iniciada el 24 de febrero. Shmygal, el primer ministro ucraniano, rechazó estas afirmaciones del líder ruso y recordó que "ni una sola gran ciudad" ucraniana había caído. 

La creación de corredores humanitarios en algunas zonas sigue siendo un verdadero rompecabezas. Las autoridades ucranianas informaron este domingo que a falta de un acuerdo con los rusos para un cese el fuego suspendían por 24 horas la evacuación de civiles desde el este del país. "Esta mañana, no logramos negociar un cese el fuego en los itinerarios de evacuación con los ocupantes rusos. Por este motivo lamentablemente, no vamos a abrir corredores humanitarios", escribió en Telegram la viceprimera ministra ucraniana, Irina Vereshchuk.

Reorientar la campaña

Aunque reorientó su campaña militar al este y al sur, Rusia ha vuelto a bombardear en los últimos días la capital luego del hundimiento de su buque insignia en el mar Negro, el crucero Moskva, que Ucrania asegura haber alcanzado con misiles antibuques Neptune. Moscú niega esta versión y atribuye el hundimiento a un incendio.

El ataque de este domingo a una fábrica militar cerca de Kiev estuvo precedido el viernes por el bombardeo de una fábrica también cerca de la capital donde precisamente se producían los misiles Neptune. En el este, donde se prevé la próxima gran batalla de esta guerra, una serie de ataques dejó cinco muertos y 20 heridos en Jarkov, la segunda urbe del país. "¿Sabe cuando un perro oye un 'bum' y todo su cuerpo se pone a temblar aunque el ruido esté lejos? Ahora estoy así", dijo Zinaida Nestrizhenko, de 69 años, acurrucada junto a una ruta de Jarkov con su gato.

Por su parte el ministerio de Defensa ruso dijo el domingo que "misiles de alta precisión destruyeron depósitos de combustible y municiones" en Barvinkove (región de Izum) y Dobropillia (región de Donetsk), también en el este. Y en los alrededores de Lugansk, "el bombardeo constante de la región continúa", dijo el domingo su gobernador ucraniano, Sergei Gaidai. En la localidad de Zolote "atacaron deliberadamente un edificio de cinco plantas, dos personas murieron y cinco resultaron heridas", agregó Gaidai.

Ganar tiempo para pedir ayuda a la OTAN

Aunque no se implican directamente en el conflicto, los miembros de la OTAN le han suministrado un amplio apoyo armamentístico a Ucrania que v en aumento a medida que avanza la guerra. Rusia advirtió en una nota diplomática a Estados Unidos contra el envío de armas "más sensibles" a Ucrania, que ponían "combustible en el fuego" y podrían provocar "consecuencias imprevisibles", según indicó el Washington Post.

El presidente de la Duma rusa, Viacheslav Volodin, acusó al presidente de Ucrania de utilizar la negociaciones con Moscú para ganar tiempo y pedir ayuda militar a la OTAN. "Zelenski ha declarado que Ucrania está dispuesta a debatir con Rusia su renuncia a la OTAN y el estatus de Crimea, pero solo después de que cesen las acciones militares y las tropas rusas salgan del terrritorio ucraniano", escribió el legislador ruso en su cuenta de Telegram.

Volodin agregó que el mandatario ucraniano se expresó en los mismos términos antes de las negociaciones de fines de marzo pasado en Estambul, Turquía, cuando las tropas rusas se hallaban a la puertas de Kiev, lo que llevó a Rusia a disminuir su actividad militar en esa zona. Luego, señaló Volodin, "Kiev se desdijo de los compromisos que había asumido" y "hoy propone ese mismo escenario". Para el legislador ruso "la causa es evidente: quiere ganar tiempo y simultáneamente pide ayuda militar a la OTAN".

ISIS llama a ataques en Europa

Como si le faltaran nuevos protagonistas al conflicto militar, este domingo el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS) llamó a sus seguidores a que realicen ataques en Europa y lanzó una campaña militar en venganza por las muertes del antiguo líder, Abu Ibrahim al Hashimi al Qurashi, y el vocero, Abu Hamza al Qurashi.

"Tomando el buen ejemplo de nuestros hermanos en Beit al Maqdis (Israel) por su operación bendita hace pocos días, ahora tienen la oportunidad. Europa está ardiendo y los cruzados se matan entre ellos", afirmó el nuevo portavoz de la organización, Abu Omar al Muhager, en un mensaje de audio de 33 minutos difundido a través de su productora audiovisual Al Furqan con ocasión del mes sagrado musulmán de Ramadán.

"El miedo de los cruzados a la guerra apareció claramente en Europa y Estados Unidos cuando llegó a sus territorios", dijo al Muhager, y aseguró que "el orgullo y la barbarie de los rusos y sus intentos de recuperar la gloria de Unión Soviética y polarizar el mundo obligaron a los europeos y a los estadounidenses a entrar en guerra e implicar a otros para que no paguen ellos solos el precio".

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