Con un maravilloso concierto, cargado de potencia expresiva y creatividad, la que nace de la sinergia entre sus tres hacedores, Liliana Herrero, Teresa Parodi y Juan Falú, se conmemoró en el sitio de memoria ex Esma, el aniversario número 45 de las rondas de Madres de Plaza de Mayo, y también los 14 años de vida y construcción del Espacio Cultural Nuestro Hijos (ECuNHi). Colmada de asistentes, la sala de ese espacio cobijó a partir de las 18 horas de este domingo, y con la presencia de tres integrantes de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, un espectáculo memorable. No solo por la emotividad que la celebración de esos aniversarios imponía. También por la magia con la que estos artistas entregaron sus creaciones.

Hubo un feliz cumpleaños para Liliana Herrero, un sentido momento de aplausos de pie en honor al entrañable Horacio González, quien escribió los textos que preceden cada pieza del concierto, ideado por Herrero “tiempo antes de la pandemia”. Con letras de Teresa Parodi y música de Juan Falú, las canciones interpretadas componen parte del espectáculo que el trío presentan en el CCK: “Mojones: Signos y memorias de la patria”, una obra musical y poética que “expone signos de la memoria vital y dramática de la Argentina”, según definen con palabras y confirma la performance ofrecida.

Foto: Leo Majluf.

El acto había comenzado una hora antes cuando las Madres Rosita de Camarotti, Carmen Arias y Visitación de Loyola ingresaron al ECuNHi. Allí se presentaba una muestra de fotos y una exhibición de pinturas y grabados del festival Sumar. La entrada de las Madres provocó la primera ovación de la tarde. “Bienvenidos al ECuNHi” dijo entonces la voz de la presentadora Victoria Nardone. Y tras agradecer a las Madres “por regalarnos este espacio de cultura para todas y todos”, anunció el programa que se iniciaba con la participación del grupo de “Les Susurradores solidaries” del ECuNHi.

Así se iniciaba la puesta en acto de la memoria que renace en la acción y la lucha de las Madres. Decenas de poemas escritos por estas “valiosas mujeres de nuestra patria” --en palabras de una habitué del lugar, Ana Magliola--, fueron recitados al oído de los asistentes. Lágrimas y sonrisas dejaban paso a los abrazos. 

“Lloro de felicidad” explicó Ana a Página/12. “Me tocó un poema de Hebe (de Bonafini), una heroína de nuestra historia, como Cristina (Fernández de Kirchner), porque ellas son nuestras próceres”, definía, mientras otros poemas se recibían entre la intimidad del susurro y la alegría compartida. A su lado, Victoria Maciel, psicoanalista, afirmaba que la grandeza de las Madres, se sostiene en la permanencia de su lucha. “Y en su anticipación, porque muchos luchamos, cada día –detalla-, pero ellas siempre van adelante, son la guía en un camino plagado de tragedias y nunca desistieron, luchan por un mundo mejor como sus hijos, que por eso son desaparecidos”.

Foto: Carlos Ayala.

Andrea tiene el brillo de la emoción en su mirada. Es la primera vez que viene. “Quería ver a las Madres, ya conozco a Norita, pero nunca me animé a venir, hoy quería ver a Hebe, que no está, pero están ellas y me alcanza”, dice y señala a las Madres que escuchan, también ellas, los susurros poéticos del grupo de divulgadoras creativas ECuNHi. Son “les susurradores” quienes dan el ingreso a la sala, en una bienvenida que combina arte y política en un acto de singular comunión con cada uno de los asistentes.

Adentro, Tomás Sánchez, hijo de María Gabriela García, una susurradoras, cuenta que “hacía mucho que no venía. Es muy emocionante”. Su última vez había sido para el concurso de bandas donde su grupo logró un premio. Ahora espera, bajo la luz tenue de la sala que anuncia el comienzo del concierto, el esperado espectáculo que darán “estos tres artistas tremendos” apunta Laura, quien mece en sus brazos a la pequeña Azucena.

Foto: Leo Majluf.

El video con el que inicia el show muestra imágenes del momento fundacional del ECuNHi. “El desembarco”, en palabras de Hebe. Allí se explica la intención de poder generar “belleza y vida donde antes hubo miedo”. La reconstrucción del espacio se observa vertiginosa y decidida. Desde la voz en off que Hebe comparte con Teresa Parodi, puede entenderse la consigna de construir un espacio para la creación con “el objetivo es resistir”. Y la satisfacción, hoy, a 14 años de aquel momento, de haberlo logrado. “Qué maravilloso es crear cultura a todos” concluye Hebe. Los aplausos cerrados resignifican sus palabras.

Los niños caminan por los pasillos. Son las nuevas generaciones que crecen en libertad dentro de esas paredes donde “el amor de las Madres” reconvirtió el horror en esperanza. “Las puertas están abiertas, adentro hay mucho amor” se escucha al finalizar el video. Y la locutora recuerda el momento fundacional cuando Hebe dijo: “No vamos a llorar aquí porque nuestros hijos están con nosotras, y ahora hay muchos otros hijos que nos acompañan”. Así se inició el evento. 

Foto: Carlos Ayala.

Las palabras de las directoras del ECuNHi, Verónica Parodi y Chiqui Ledesma, repasaron el valor de “caminar junto a ellas, nuestras Madres”. “Para poder transformar de la mano de Teresa Parodi este lugar de muerte en un espacio de amor y luz, a través del arte” señaló Ledesma. “Gracias Madres por estos 45 años –sumó Verónica Parodi--, por devolvernos la patria y ayudarnos a seguir construyendo con amor revolucionario como nos enseñaron, esta casa de todas, todos y todes”.

Así “Juan (Falú), la primera guitarra que sonó en este espacio” junto a Teresa Parodi y Liliana Herrero, se presentaban en escena. El trío, de enorme potencia creativa, conmovió con un repertorio donde la historia social de la Argentina fue hilvanada por la emocionalidad vibrante de los textos escritos por Horacio González. Cada canción, cada gesto, cada sonido puntual de esa guitarra acústica, sumada a las voces melodiosas y expresivas, confirmaba el alcance reparador del arte, el que cura incluso cicatrices.