Arcoiris grita, llora, patalea, se resiste a ir a la casa de su progenitor. Es que allí se encuentra con su abuelo paterno, al que le dice Lelo, acusado de cometer abusos sexuales contra ella desde que tenía dos años y ocho meses. Hoy, Arcoiris tiene seis años. Vive en La Rioja. Delfina es la mamá, que denunció por primera vez en junio 2018 y terminó siendo ella denunciada por impedimento de contacto. 

En el barrio donde vive Arcoiris hay un mural que exige justicia por la niña, y ante la gravedad de la vulneración que sufre, un frente de más de 500 personalidades y organizaciones exige al Asesor Oficial de Niños, Niñas y Adolescentes del Ministerio Público Pupilar Pablo Cubillo, al Juez de la Cámara Civil y Comercial y a Jesica Diaz Marano, jueza de violencia de género y protección integral de menores de la Justicia de la Provincia “que tomen medidas urgentes de protección para cuidar la vida e integridad psicofísica de la niña". 

Cuando vuelve con su mamá, desesperanzada, Arcoiris dice que “hablar no sirve de nada”. La Madre de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas, y el ex juez Carlos Rozanski, director de la asociación civil de Altos Estudios en Violencias y Abusos Sexuales (AEVAS) son apenas dos de las personalidades que han subrayado la obligación del Estado de proteger a la niña.

La casa del papá y la presencia del abuelo

Las acciones judiciales siempre tienden a favorecer a la familia paterna. En 2021, después de mantener durante seis meses a la niña bajo el cuidado de su progenitor, la justicia determinó que Arcoiris viviera una semana con su mamá y otra con él. La última vez que volvió a la casa materna, la niña relató nuevos abusos cometidos por su abuelo.

La denuncia fue radicada pero la jueza no tomó ninguna decisión: la contradenuncia del padre de la nena por impedimento de contacto sí surte efecto inmediato: el miércoles pasado Delfina debía obligar a su hija a volver a la casa paterna, aunque ella ha dicho de todas maneras que tiene terror de ir ahí.

“Brindar protección real a Arcoiris no es una opción. Es la obligación del Estado de evitar que una niña de 6 años continúe siendo víctima de gravísimos abusos”, consideró Rozanski. Al mismo tiempo, 20 diputadas de todo el arco político firmaron el documento que detalla las vulneraciones a los derechos de la nena. 

Las denuncias por abuso

“Relató claramente, en más de una oportunidad, ante distintas personas y profesionales intervinientes, ser agredida sexualmente por su abuelo paterno, su terror a tener contacto con su padre y abuelo paterno, y ha expresado reiteradas veces no querer ir con ellos. Sin embargo, sigue siendo obligada a mantener las ‘visitas parentales’ de las que vuelve lesionada sexualmente”, explican y destacan que Delfina realizó cuatro denuncias por abuso sexual, el 12 de Junio de 2018; en agosto de 2019; el 14 de Marzo de 2022 y el 31 de Marzo de 2022, cada vez que la niña, a pesar de estar bajo amenaza, reveló los abusos sexuales y golpes a los que el abuelo paterno la somete.

Por su parte, la abogada Giselle Videla, que integra la Campaña Justicia por Arcoiris, destaca que “el progenitor sigue permitiendo el contacto con el abuelo, quien tiene vigente la prohibición de acercamiento. Por eso le pedimos a la Justicia que actúe con celeridad para cortar con el abuso realmente".

Las pruebas físicas, algunas constatadas por la Policía Técnica y otras en el Hospital Materno Infantil de La Rioja, y las pericias psicológicas son contundentes. Sin embargo, el agresor fue sobreseído en una oportunidad y en las causas en proceso no se toman medidas efectivas de protección a la niña”, plantean desde la Campaña Justicia por Arcoiris.

En dos de las causas, la investigación continúa porque el sobreseimiento del denunciado fue apelado y la justicia hizo lugar a esa apelación. La Cámara Civil y Comercial 4ta dictó en 2021 la prohibición de acercamiento del denunciado a la niña “pero los abusos se siguen produciendo, por eso pedimos medidas reales”, puntualiza Videla.

El uso del "Síndrome de Alienación Parental"

El falso Síndrome de Alienación Parental es una de las herramientas a las que echan manos quienes eligen perseguir a las madres protectoras antes que defender a las infancias: las acusan de implantar en les niñes recuerdos que no han vivido. Sin ningún sustento científico ni aval de sociedades de psiquiatría, esa invención de un pedófilo, el oficial del ejército norteamericano Richard Garner, es utilizada para desoír la voz de niñas y niños, mientras se protege la figura paterna, sin importar cuál fue su accionar. En este caso, la complicidad con el agresor.

Es que la situación de Arcoiris, que es grave y urgente, no es una excepción: muchas madres protectoras sufren persecución tras denunciar los abusos sexuales contra sus hijes. A través de contradenuncias, los progenitores –en realidad, la Justicia- las separa de sus hijes. “Creo que nos debemos un debate muy serio y muy politizado sobre lo que está pasando con el tema de abuso sexual en la infancias y adolescencias en nuestro país. Vengo hablando con madres protectoras y con organizaciones que se fueron articulando y unificando frente a estos avasallamientos del Poder Judicial”, planteó la diputada nacional del Frente de Todos Mónica Macha, una de las legisladoras que se sumó al reclamo, y trabaja para hacerlo visible. 

El 25 de febrero se reunió por primera vez la Mesa de Trabajo sobre Abuso Sexual en las Infancias y Adolescencias de Argentina en el Congreso, con la presencia de especialistas y organizaciones que abordan esta problemática. Delfina estuvo en ese encuentro, para hacer visible con su propia voz lo que sufren madres protectoras a lo largo de todo el país luego de denunciar abuso sexual infantojuvenil, que en el 80% de los casos es intrafamiliar.

Las madres que terminan acusadas

Macha subraya que “aparecen muchísimas situaciones con características muy similares, como por ejemplo que vayas a un tribunal y te digan que se perdió expediente o que terminen acusadas las madres cuando denuncian abusos sexual contra sus hijes. Ellas terminan acusadas, tratadas de mentirosas, de constructoras de relatos que no son ciertos. Esto se repite. Entonces, me parece importante detectar ahí un modus operandi, para poder tener claramente conocimiento de lo que está sucediendo”.

Lo que le pasa a Arcoiris se constituye en una encerrona siniestra. “No hay tercero de apelación. Delfina denuncia en el Poder Judicial, que es cómplice, o mejor dicho responsable de esta situación, donde lo que aparece es de algún modo un encubrimiento de abuso sexual”, consideró la diputada nacional. Los reclamos de justicia por Arcoiris pueden acompañarse en Instagram, @justiciaporarcoiris y en Facebook, justiciaporarcoiris