El jueves 12 de mayo, luego de 12 días en agonía, falleció la periodista Francisca Sandoval, quien fue herida por las balas disparadas contra manifestantes en la marcha del 1º de Mayo convocada por la Central Clasista de Trabajadores en el barrio de Meiggs, en Santiago de Chile.

Francisca Sandoval es la primera periodista asesinada desde la salida del poder formal del sanguinario dictador Augusto Pinochet. Hace 36 años el periodista José Carrasco fue asesinado por fuerzas estatales.

Estos crímenes nunca esclarecidos son frecuentes en Latinoamérica y en otras latitudes del mundo.

Sea el crimen organizado o bien grupos paramilitares o parapoliciales, se ensañan con quienes difunden sus maniobras represivas sea a partir de crónicas de protestas sociales o bien de luchas socioambientales de autodefensa.

El capitalismo transforma a la información en una mercancía más por la asociación entre los oligopolios multimedia y las corporaciones.

El silencio de los mass media respecto de los ataques a periodistas y pobladores son una expresión más de la manipulación alienadora para la continuidad de dominación, la explotación y la expoliación.

Las guerras de alta o baja intensidad tienen múltiples víctimas mujeres, hombres, niñas y niños. Y también la verdad.

En el caso de los asesinatos del militante anarquista Santiago Maldonado y del joven Mapuche Rafael Nahuel los operativos de prensa exhibieron la obscenidad de los amanuenses estigmatizando a los aniquilados por luchar.

Balas contra palabras parece ser el lema que los poderosos pretenden para silenciar la denuncia de la barbarie.

Mera ilusión. Los hechos dicen más que los discursos oficiales.

Carlos A. Solero