Durante la jornada de juicio del viernes por el femicidio de la maestra jardinera Sandra Palomo cometido en 2019, el abogado de uno de los cuatro acusados por participación secundaria, pidió que el adolescente declarado inimputable vuelva a declarar en la reconstrucción de los hechos. 

En la causa, Ian Esteban Caro, Ricardo Nahuel Bonifacio, D.R.C. y H.E.C., quienes eran adolescentes al momento del hecho, están imputados como partícipes secundarios de homicidio calificado por alevosía, ensañamiento criminis causa y por mediar cuestión de género. La querella ejercida por Gabriela Arellano y Javier Latorre considera a los cuatro jóvenes coautores.

El adolescente L.N.C.V., quien tenía 15 años al momento del hecho, fue sobreseído por inimputabilidad. Estuvo acusado como autor material del homicidio con todos los agravantes que se les aplican a sus cómplices, pero por la edad no es imputable. El abogado Orfeo Maggio, defensor de Ian Esteban Caro, solicitó ayer que este chico sea citado nuevamente a declarar durante la reconstrucción de los hechos, que se llevará a cabo el 21 de junio próximo. El resto de las partes adhirió al pedido.

Declaró un hijo de la víctima 

declararon su hijo y un hombre que, junto a otra mujer, encontró el cuerpo en una zona rural cerca del río Arenales. Por otro lado,

La lista de testimonios de ayer se inició con un hijo de Sandra Palomo. El joven relató que el 31 de agosto de 2019 había dormido en la casa de su novia, pero llegó temprano a su casa, alrededor de las 8.45, porque tenía un partido de fútbol y debía cambiarse de ropa. Entonces su madre le avisó que iría a realizar compras. Eran alrededor de las 11.30.

El joven refirió que Palomo no solía llevar mucho dinero cuando salía. Cuando su madre salió, le dio de comer a su padre y, luego, ambos se acostaron a dormir la siesta. Se levantó como a las 15, entre las 14 y las 15 le envió mensajes a su madre y la llamó preguntándole a qué hora volvería. Los mensajes le llegaban pero ella no respondía. Como a las 16, los textos comenzaron a aparecer con una sola tilde, lo que significaba que no los estaba recibiendo.

Entonces comenzó a desesperarse. Se comunicó con su tía y con sus hermanos para saber si sabían algo de su madre. Pero nadie tenía noticas de ella.

El joven dijo que uno de sus hermanos estaba en la casa de su novia y el otro estaba en su propio domicilio, preparando el bautismo de su bebé. Contó que se le ocurrió revisar la computadora de su madre. Ella tenía abierto su correo electrónico y él sabía que podía rastrear su celular a través de una aplicación. Entró, y la señal le marcaba una ubicación cerca del barrio Cielos del Sur, ya en el departamento Cerrillos.

Mientras tanto, entre las 17 y las 18, su tía, había ido a hacer la denuncia.

El joven dijo que con su hermano decidieron ir hasta Cielos del Sur. Al llegar, constataron que la ubicación detectada correspondía a una finca. Consultado sobre las características del terreno, dijo que observó que había tierra suelta, como si hubiera sido removida con un arado. Durante el juicio ya se hizo referencia a que en un momento en el que conducía la camioneta L.N.V.C. estaba muy sucia, llena de tierra.

Luego, los dos hermanos fueron a la comisaría para acelerar la denuncia. Alrededor de las 21 o 22 regresaron a su casa, donde estaban su tía y su abuela.

El testigo indicó que la policía iba y venía realizando preguntas. A la medianoche, revisando una vez más la aplicación que había consultado antes, logró identificar la posible ruta del celular de su madre y llamó a la policía para informarlo.

El joven refirió que a los pocos minutos, el hermano que volvía de Parque Belgrano, de casa de su novia, le comunicó que acababa de ver la camioneta de Palomo sobre la calle Los Naranjos, a la vuelta de su casa, en el barrio Tres Cerritos de la ciudad de Salta. Ambos se dirigieron al lugar.

El testigo observó que la camioneta estaba sucia, “como cuando un vehículo está mal lavado”. Pudo ver una media blanca en el piso, del lado del acompañante. Abrieron la cubierta de la caja y encontraron un envase con líquido azul que consideraron era detergente. Llegó el móvil de la policía y los efectivos les indicaron que no tocaran nada más. Luego intervino personal del Cuerpo de Investigaciones Fiscales.

Recordó que cuando se madre llevó la camioneta, estaba "re limpia" porque su hermano la pintura se descascaraba con la hidrolavadora.

Al día siguiente volvieron a la zona de Cielos del Sur, pero no encontraron nada. Luego los llamó un tío, para comunicarles que habían encontrado a su madre sin vida.

El joven dijo que en su casa había “sólo discusiones propias de cualquier familia”. Sobre su padre manifestó que, por su enfermedad, tiene momentos de lucidez pero, por su estado de demencia, divaga.

El hallazgo del cuerpo

También declaró un hombre que encontró el cuerpo de la víctima al día siguiente del homicidio. El testigo relató que esa mañana había ido con su pareja a buscar unos caballos que dejaban sueltos detrás de la Escuela Agrícola.

Detalló que los perros se acercaron al lugar donde estaba la víctima y su pareja se bajó del caballo para ver qué olfateaban. En ese momento distinguió el cuerpo.

Este hombre dijo que pudo ver que estaba entre la maleza y, por el cabello, supuso que era una mujer. Precisó que estaba cubierto con yuyos y bolsas plásticas. Cerca había otras bolsas con mercadería.

Otro hijo sospecha del padre

Ayer se conoció el testimonio que dió uno de los hijos más jóvenes de Sandra Palomo, quien manifestó sus sospechas sobre su padre. "Me parece una burla que se crea que es un robo al boleo”, dijo entonces. Contó que veía a su madre agotada, sometida. Que veía tratos chocantes de su padre hacia ella, que le volcaba más peso sobre los cuidados, no le facilitaba las cosas y renegaba. “Mi mamá también se enojaba, a veces lloraba, a veces se reía y lloraba de la impotencia al ver que mi papá no colaboraba”, sostuvo.

El joven refirió que conocía por comentarios de chicos del colegio que L.N.V.C. “andaba diciendo que quería robar una camioneta”. Y dijo que creía que “usaron chicos”, pero que hay gente más grande involucrada. Dijo que el crimen fue “bastante bien planeado”. Y agregó que le llamó la atención que su padre preguntaba cuando le devolverían la camioneta y no por su mamá.

Cuando desde la fiscalía le preguntaron si creía que su padre pudo haber participado del crimen de Sandra Palomo, respondió: “Tengo las dudas por lo que cuento, por otras cosas también”.

“Mi mamá no tenía problemas con nadie, era muy pacifica, no usaba malas palabras era maestra jardinera, tenía una paciencia importante. Era muy difícil hacerla enojar. Nadie le tenía odio o rencor. Con el avance de la enfermedad de mi papá, todos deben saber que la mayoría de los casos de femicidio son por parejas. Al ver el avance de la enfermedad de mi padre, que se le iban del alcance algunas cosas como manejar el dinero, el auto, que ya no se detenía en esa jerarquía. Él en su posición, viendo a mi mamá saludable, sana, bien de la cabeza, positiva, era muy celoso. Mi madre salía afuera y él salía a ver qué pasaba”, relató.

”Yo creo que mi papá, (…) no tiene nada que perder y de los celos, ese odio”, manifestó. Además, afirmó que su padre sentía odio por su madre, “por la forma en que la trataba, siempre la manipulaba”.

También refirió que una vez supuestamente su padre volcó cuando iba manejando, acompañado por su madre, y volcaron. “Mi papá sale corriendo”. “Al día de hoy dudo que se haya dormido que es lo que él dijo”, sostuvo. 

El juicio se realiza con tribunal colegiado integrado por la jueza Norma Beatriz Vera y los jueces Roberto Lezcano y Maximiliano Troyano. Está previsto que se extienda hasta el 23 de junio.