La semana pasada se puso en marcha el inédito proyecto de investigación y desarrollo entre la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR, el Conicet y la Asociación de Usuarios y Profesionales para el estudio del Cannabis (Aupac) para el mejoramiento y el registro de tres variedades de Cannabis sativa L cultivadas por la asociación y la comunidad cannábica local. "La caracterización de la genética y el segundo paso, que es el registro de las semillas en conjunto con la Facultad y el Instituto Nacional de las Semillas (Inase), le da un marco excelente al proyecto", destacó en diálogo con Rosario/12 el coordinador de cultivo de Aupac, Tomás Cáceres. "Estamos muy contentos porque vamos a profesionalizar nuestros saberes y compartirlos con la comunidad", agregó.

Con el objetivo de poder transferir a cultivadores y usuarios una genética probada y registrada que les garantice calidad y trazabilidad. como así también recomendaciones en cuanto a la multiplicación y cultivo de los materiales, la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR y Aupac acordaron a fines del año pasado trabajar en conjunto para plantar, estudiar y poder certificar variedades de Cannabis sativa L que la organización cannábica trabaja en el marco del Registro Nacional de Cultivares. El convenio representa la posibilidad de que la planta brote legalmente por primera vez en la provincia.

La iniciativa que dirige la docente e investigadora de la cátedra Mejoramiento Vegetal y Producción de Semillas de la Facultad de Ciencias Agrarias, Vanina Cravero, junto con Ileana Gatti, cuenta con la participación de investigadores de diferentes áreas. Una vez resuelta la financiación para el cultivo, el pasado miércoles se realizó en Zavalla la primera reunión entre investigadores y referentes de la asociación que por estos días cumple cinco años desde su creación.

Se trató de un seminario de intercambios donde los referentes de Aupac presentaron toda la línea de producción de plantas que entregarán a la Facultad para plantarlas entre octubre, noviembre y diciembre, cuando comienza la temporada. Si bien la iniciativa estipulaba el desarrollo de la investigación de cuatro variedades de Cannabis sativa L, Cáceres indicó que finalmente definieron trabajar con tres variedades, una con alto contenido de CBD, otra con mayor proporción de THC y la última que contiene estos componentes en partes iguales.

"Propusimos achicar las genéticas para optimizar el rendimiento y seleccionamos tres genéticas fuertes que representen los tres quimiotipos que necesitamos y con los que trabajamos. Son genéticas que fuimos descubriendo sus propiedades, haciendo cromatografías en la Facultad de Bioquímicas de la UNR. La idea es no plantar de más y achicar el margen de error", explicó.

Cáceres agregó que en esta primera etapa del proceso, que se desarrollará durante un año, van a caracterizar la genética por medio de 80 esquejes (fragmento de una planta con la capacidad de enraizar y replicar la planta inicial), una cantidad que exige el inase. La segunda parte del proyecto, que puede llevar otro medio año, está destinada a la posibilidad de registrar estas semillas en conjunto con la Facultad de Ciencias Agrarias y el organismo nacional a partir de un convenio que está próximo a firmarse.

El desarrollo entusiasma porque marcará un precedente que estimulará la investigación para poder aprovechar los múltiples usos de la planta, en este caso el medicinal. "Agrarias entabla esta relación porque entiende que tenemos trabajadas las genéticas con una base de investigación muy sólida, pero nosotros vamos aprender muchísimo de ellos, como el cultivo in vitro, cultivo a gran escala, temas muy interesantes que nos van a compartir las investigadoras", apuntó Cáceres.

En la clínica de Aupac utilizan tres tipos de aceites para tratamientos paliativos del dolor con las diferentes concentraciones de cannabinoides. "Desde que nosotros podemos enfocarnos un poco en la producción para nuestros pacientes, la demanda es extrema, nuestras redes están explotadas, los turnos están desbordados. Tenemos cada vez más profesionales en el área clínica, más cultivadores, exponencialmente va creciendo todo", describió el coordinador de cultivo de la asociación.

"Me va tocando de a poco comunicar lo que vamos trabajando, y cuando lo comento en mi vida cotidiana, se van rompiendo los estigmas y la gente se anima en pensar en el cannabis como una alternativa para la salud", concluyó Cáceres.