El Observatorio de MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana) informó que de 2021 a 2022 los productos de gestión menstrual aumentaron un 41% en la ciudad de Salta. En la actualidad, una persona menstruante necesita $829,17 por mes para acceder a los elementos que componen una canasta básica y permiten tener un buen tránsito del período menstrual. 

Sin embargo, debido a la crisis socioeconómica, 6 de cada 10 mujeres de barrios y villas populares de la ciudad, dejan de comprar productos de gestión menstrual para comprar alimentos, precisó el Observatorio. Por tal razón, la referente provincial de MuMaLá y actual concejala de la ciudad de Salta, Malvina Gareca, presentó a fines de mayo un proyecto de ordenanza en el que propone la creación del Programa Municipal de Gestión Menstrual, destinado a proveer de esos elementos a personas menstruantes que se encuentren en situación de vulnerabilidad socioeconómica en la capital provincial.

El informe, que se presentó ayer, se suma a las múltiples iniciativas nacionales e internacionales que buscan que los productos de gestión menstrual sean considerados de primera necesidad. Sobre todo, si se tiene en cuenta que una persona puede menstruar aproximadamente por 40 años. Según el Observatorio, la falta de acceso a estos artículos, amplía la brecha social y de género, por lo que también se insta a educar e informar sobre la salud menstrual. 

En la presentación del informe, Gareca dijo que es preciso hablar de la salud menstrual desde una perspectiva de derecho, ya que toda persona que lo necesite debe "poder acceder a los productos de gestión menstrual". Y ratificó, en declaraciones a Salta/12, que en este último período "se está haciendo más difícil comprar los productos". 

Según el relevamiento del Observatorio, desde 2018 una canasta básica de elementos de primera necesidad está compuesta por tres paquetes de 8 unidades de toallitas femeninas marca Lady Soft, que hoy costarían $385,65; protectores diarios marca Carefree por 20 unidades, a $190,62 en la actualidad; tampones O.b. por 8 unidades, a $212,90; y dos unidades de Ibuprofeno, a $40. 

Todo ello eleva el coste mensual de la gestión menstrual $829,17 por persona, teniendo como referencia, precios de este momento del año. Tomando como base esa cifra, el coste por año llega a $9.950,04, y se cuentan los 40 años, se llegaría a un gasto estimado de $398.001,60, sin considerar las fluctuaciones de precios con la inflación que vive año tras año el país. 

Del relevamiento que se hizo desde 2021 a 2022, se constató que hubo un incremento promedio del 41%. De manera diferenciada, en el caso de las toallitas femeninas la suba fue del 52, 55%, lo que da un incremento de $202,65. Mientras que en el caso de los protectores diarios, el aumento fue del 25,70%, $49 más. 

En el caso de los tampones, la suba fue de $76,90, lo que significa un porcentaje del 36,12%. Y el precio del ibuprofeno aumentó un 25%, $10 más con respecto a los precios de 2021. 

El informe destacó que el rango de precios en las diferentes marcas, en calidad, y diversidad de toallitas en el formato de paquetes de 8 unidades va de los $40 hasta los $494.50. Mientras que el rango de precios para los tampones por 10 unidades va de $105.00 a $279,00, según se analizó tomando como base el portal web de Precios Claros

Otra diferencia que se encontró tuvo que ver con la accesibilidad para conocer y comprar la copa menstrual, un producto que empezó a tener su auge en los últimos cinco años. Si bien antes sólo se conseguía a través de diferentes tiendas online, hoy pueden ser adquiridas en farmacias, donde los precios varían desde $847 hasta aproximadamente $1800. 

"Este dato pone de manifiesto que la demanda para estos productos de Gestión Menstrual Ecológicos va creciendo ante la necesidad de las personas menstruantes de optar por una alternativa que cuide el medio ambiente, ya que tiene un uso de entre 5 a 10 años y termina siendo una inversión por la misma causa", cerró el informe que se presentó ayer en el centro salteño.

Gareca manifestó que el relevamiento marca un panorama general sobre el tema, pero aclaró que el tránsito del período menstrual varía de acuerdo a cada persona, con lo cual, "estamos hablando de una canasta que muchas veces se hace imposible de adquirir". Sobre todo, si se tiene en cuenta que el 40,6 % de los hogares argentinos son pobres, entre los que se encuentra el 10,5% de hogares en situación de indigencia, según precisó el último informe del INDEC de 2020. 

Esta situación toca de singular manera a las mujeres, dado que son ellas las que están a la cabeza de la gran mayoría de los hogares en los barrios populares, según informó el Indicador Familiar de Acceso a la Alimentación (IFAL). En un relevamiento que realizaron entre junio y septiembre de 2020 a más de 20 mil hogares de barrios populares de Argentina, surgió que quienes contestaron fueron un 91,9% mujeres, un 9,9% hombres y 0,2 % disidencias. 

A eso se agrega que las mujeres realizan el 76% de las tareas domésticas y de cuidados, por lo que tienen menos tiempo para trabajar fuera de sus casas. "Esto significa trabajos más precarios e ingresos menores", señaló el informe de MuMaLá. 

Un sobreprecio que discrimina

Desde hace años las organizaciones feministas y transfeministas vienen impulsando una “ola roja”, que responde a un fuerte activismo que reivindica que los "productos de gestión menstrual no son bienes de lujo". Se trata de elementos esenciales que están relacionados "directamente con nuestra salud, con nuestra libertad y con nuestro desarrollo en la sociedad", indicó MuMaLá. 

Por tal razón, se impulsa que en estos productos no se cobre el IVA. Para Gareca, "constituye un factor de discriminación basado en el sexo y como tal es ilegal e inconstitucional". 

La concejala aseguró que esta línea también responde a la misma lógica de mercado que se da con el "Impuesto Rosa", productos de idéntica calidad y características, pero que son comercializados de acuerdo a los géneros, y que como tales, tienen precios diferenciados. 

"Como consumidoras también nos vemos afectadas porque es un producto que solamente los consumimos las mujeres y personas menstruantes", "somos perjudicadas porque son productos de primera necesidad y no podemos prescindir de ellos", sostuvo Gareca. Añadió que en algunos países ya se eliminó el IVA de estos productos porque fueron considerados como elementos básicos. 

Hablar de salud menstrual 

El proyecto de creación del Programa Municipal de Gestión Menstrual no sólo tiene por objeto establecer un régimen de provisión de productos de gestión menstrual, sino que también se propone garantizar la promoción de la salud menstrual. En este sentido, pretende visibilizar como cuestión de interés publico la salud menstrual. 

Según el proyecto, esto permitirá garantizar como derecho el acceso efectivo, de manera gratuita e irrestricta a estos productos para quienes se encuentren en una situación de vulnerabilidad socioeconómica. En el proyecto se destaca que el acceso a determinados productos también impacta en la salud de las personas. "Por eso, también debemos hablar de salud menstrual y la necesidad de que se informe sobre todos los productos de gestión menstrual", indicó Gareca. 

Por tal razón, en el proyecto de ordenanza también se insta a identificar y reconocer los insumos de gestión menstrual como elementos de necesidad básica y necesaria, ya que contribuyen a la protección de la salud de las personas menstruantes. Además, se plantea que se debe facilitar a las personas menstruantes el acceso a la información sobre las distintas opciones existentes para el cuidado de la salud e higiene menstrual, promoviendo aquellas más económicas y de menor impacto ambiental.

En ese sentido, Gareca dijo que hablar de salud menstrual también de hacer foco en una práctica que posibilite "una transición por productos que sean amigables con el ambiente", como las copas menstruales o las toallas femeninas de telas. "Si no recibimos información al respecto, difícilmente las mujeres y las personas menstruantes podamos elegir entre estos tipos de productos", razonó.