La noticia circuló en la noche del martes por los whatsapp de militantes y luego rebotó por las redes sociales: “Murió el compañero Roberto Vassie”. Su nombre nunca fue tan resonante como su rostro. Fue el soldado que lloró desencajado la muerte de Juan Domingo Perón. Fue “el soldado del pueblo”, dijeron muchos. Fue el soldado que en aquel julio de 1974 ilustró las portadas de los medios nacionales e internacionales, y cuyo rostro sintetizó el pesar de las mayorías populares.
La muerte de Roberto Andrés Vassie había sido anunciada por su familia el lunes pasado, a través de sus redes sociales. Tenía 69 años y desde hace 48 es y seguirá siendo uno de los íconos de aquel hecho que fue una bisagra en la historia argentina.
Su imagen conmovió al país. “Yo soy peronista de verdad” y el día en que murió Perón “lloré porque sentía que la patria se iba al carajo”, contó una vez. Nada más exacto. Después de la muerte de Perón, los sectores de la derecha inmersa en todos los factores de poder desataron una represión de Estado que tuvo su negro corolario durante la dictadura cívico militar de entre 1976 y 1983.
“Todos lloramos”
En 1974 Roberto Vassie tenía 21 años y estaba haciendo el Servicio Militar en la Compañía de Ingenieros 10. El 1 de julio “estábamos en la ciudad de Ranchos y cuando escuchamos que Perón murió, yo me quería morir”, rememoró llorando durante una entrevista por La Patriada, en 2019. “Recordarlo me hace mal”, se disculpó.
A las 4 de la madrugada del día siguiente su Compañía fue trasladada hasta la ciudad de Buenos Aires para hacer la guardia de honor a lo largo de Avenida de Mayo en aquel evento multitudinario. El destino de él estuvo en el cruce de esa avenida con la calle San José, camino al Congreso de la Nación.
“La gente de ahora no entiende porque no lo vivió, pero cuando vi que venía la cureña fue tanta la emoción que lloré”, evocó. “Se sentían los cascos de los caballos” mientras la gente coreaba “Perón, Perón, Perón”. “Era una cosa de locos, una emoción. La gente nos acariciaba, nos abrazaba”.
El momento que Vassie entró a la posteridad fue captado por el fotógrafo Ki Chul Bae. La foto primero fue publicada en la revista Gente, la replicaron algunos diarios y de ahí dio la vuelta al mundo.
“Todos lloramos. Al lado mío tenía un sargento, un entrerriano, que lloraba igual que yo. Lloramos porque la patria se iba a la mierda. La foto es la del pueblo, la mía salió de casualidad”, recordó con modestia.
Acompañó dos veces el féretro del general
Siempre se definió como “peronista, pero peronista de verdad”. Su familia lo fue y él tuvo su participación en varios hechos históricos. Cuando en 1973 asumió Héctor Cámpora “estábamos en Plaza de Mayo con mis amigos”, recordó Vassie. Cinco de ellos fueron desaparecidos años después, contó.
En 2006, cuando durante el gobierno de Néstor Kirchner los restos de Perón fueron llevados hasta la quinta de San Vicente, Vassie se reencontró con el cuerpo del general que había llorado desconsolado. Ese día tuvo un lugar más preponderante: viajó en el jeep que trasladó la cureña con el féretro.
Para que esto ocurriera, el Presidente había ordenado una intensa búsqueda hasta dar con él. Por esos años había otro ex conscripto que se autoadjudicaba ser el personaje de la mítica fotografía. Una vez hallado Vassie, Kirchner mandó a cotejar las características de ambos y quedó claro quién era el verdadero soldado retratado.
Por esos días, Vassie trabajaba como remisero en el barrio porteño de Núñez. Luego se supo que había estudiado Economía y que fue subgerente de créditos en una empresa, y que trabajó en una fábrica de bicicletas, fue lavacopas en el Hospital Italiano y vendedor de libros y de anteojos.
Su identidad nunca se había conocido públicamente. “Yo nunca quise aparecer en esa foto, porque la foto era la del pueblo llorando”, admitió.
Luego, por consejo del fotógrafo presidencial Víctor Bugge, Kirchner lo convocó a una reunión Casa de Gobierno, lo sentó en el Sillón Presidencial y lo reencontró con el autor de aquella fotografía, Ki Chul Bae. Los tres se tomaron otra foto que quedó para la posteridad.
El soldado que lloró a Perón fue kirchnerista y a la muerte de Néstor la lamentó tanto como a la de Perón. “Cuando murió Néstor mi hermana me preguntó si iba a ir al velorio. Le dije ‘¿estás loca?, si voy me muero. Por Néstor me muero’”, relató.