“Yo no tuve un parto respetado, como muchas compañeras. Hasta hoy, y mi hijo ya tiene diez años, me cuesta hablar de cómo lo parí. En ese momento pensaba ´hasta cuándo el castigo´. No viví algunos cumpleaños de mis hijos, por ahí falté a algunas fiestas que voy a volver a tener, pero el parto de mi hijo no lo voy a volver a tener. Fue único y doloroso.” Las palabras de Nora Laura Calandra, la representante de la Rama de liberadxs del Movimiento de Trabajadorxs Excluidxs, calan profundo en un auditorio que esta semana presentó la “Guía de Implementación del Parto Respetado en Contextos de Encierro de la Provincia de Buenos Aires”. Nora celebra junto al panel del Gobierno bonaerense que la nueva página es por las compañeras de encierro “y por les hijes de las compañeras que nacieron con un parto que no se respetó. Que la guía sea una herramienta de transformación, tanto para las compañeras detenidas como para el personal que trabaja con ellas, sea del Servicio Penitenciario como de los hospitales públicos, los principales actores”.

Se trata de un trabajo articulado entre los ministerios de Salud, Justicia y Derechos Humanos, y del Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires, con la participación de organizaciones de la sociedad civil, personas liberadas y familiares de personas detenidas, organismos de monitoreo de las condiciones de detención y referentxs. Hace hincapié en el derecho de toda persona gestante a elegir si continuar o interrumpir su embarazo, a decidir cómo y con quién parir, a tener acceso a la información completa para la toma de decisiones en relación a su embarazo, parto y puerperio, y a un trato humanizado y confidencial.

En la actualidad hay unas 1.650 mujeres detenidas, cerca de 10 embarazadas en las 60 unidades de la Provincia, y más de 40 niñas, niños y niñxs que las acompañan. “Las cárceles están pensadas por y para varones; el encarcelamiento de mujeres tiene una penuria extra, que muchas veces se expresa en materia de salud. La Guía tiene una especificidad para mujeres privadas de la libertad cuyo embarazo, parto y puerperio atraviesan esta institución, y pensar esa población de manera específica es un mandato que nos interpela de manera constante”, remarcó el subsecretario de Política Criminal, Lisandro Pellegrini.

El cuadernillo pudo gestionarse gracias a rondas colectivas, con participación de los equipos de salud, de organizaciones de mujeres y de personas gestantes que atravesaron violencias penitenciarias y hospitalarias durante sus embarazos, partos y puerperios. Entre todxs lograron poner por escrito prácticas que deben repensarse y reescribirse para garantizar derechos. “Estamos acá para transformar prácticas que vulneran un derecho tras otro”, afirmó la viceministra de Salud, Alexia Navarro. “Escuchando a Nora se me viene a la cabeza un derecho fundamental, que es el de elegir. Ya empezamos con mujeres y personas gestantes que no pueden elegir dónde hacerse un control de embarazo o cómo acceder a un sistema de salud. Estamos para garantizarlo y que sea con amor, respeto y equidad.”

La funcionaria sostuvo que para cambiar las intervenciones de los equipos de salud en un parto respetado y específicamente en un contexto de encierro, “tenemos que nombrarlo y diferenciarlo también, porque si no lo invisibilizamos, y no es lo mismo transcurrir un embarazo, parir, en libertad o privadx de ella, y en una institución de encierro o en una prisión domiciliaria”. Lucía Portos asintió. La subsecretaria de Políticas de Género y Diversidad Sexual del Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad dijo que la Guía pone luz, derechos y comprensión “en un lugar donde habitualmente no están”, y subrayó la importancia de involucrar al Poder Judicial. “Que defensoras y defensores conozcan los derechos que regula esta guía y que puedan acompañar también a quienes están privadxs de la libertad y atraviesan un embarazo, para que estos derechos no se vulneren.”

Portos habló sobre las prácticas violentas y las realidades que se territorializan de diferentes modos en toda la provincia, en referencia a las mujeres y personas gestantes en situación de encierro en sus casas. “Es algo en lo que debemos trabajar porque a veces la situación de vulneración es mayor que incluso dentro del penal. Nos lleva a una mayor necesidad de articulación interjurisdiccional, interinstitucional, interdisciplinaria. Y me resultó fuerte leer que está prohibido dentro de las salas de parto cualquier método de sujeción. La verdad que tener que escribirlo es a veces un símbolo de las cosas que atraviesan a esos cuerpos en esos momentos.”

La diputada por Unidad Ciudadana, Mariana Larroque, impulsora de la adhesión provincial a la Ley Nacional de Parto Humanizado y autora del proyecto de Ley complementario, el Plan Estratégico Provincial de Parto Respetado, resaltó la búsqueda de una territorialización de derechos. “Tenemos una ley nacional que garantiza los derechos de las personas gestantes, de lxs bebés de quienes transitan una gestación, y que garantiza los derechos durante el proceso de parto. Sin embargo, tiene muy bajo cumplimiento en todo el territorio nacional, por eso presentamos el Plan Estratégico Provincial. En este sentido, pensar la situación de encierro como un territorio más es fundamental.”

Larroque recordó que desde el primer encuentro de discusión con los ministerios de Salud y de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual, surgió la decisión de dar una política para las mujeres y personas que atraviesan una gestación o tienen un parto en situación carcelaria. “La guía es una invitación a transformar las prácticas y a poder ponernos en la piel de esas personas en situación de encierro, sobre las que pesan muchísimos prejuicios, muchísimos estereotipos, y de quienes somos responsables desde el Estado de garantizar sus derechos.”

A Nora la emoción le entrecorta la voz cada vez que relata las penas extendidas a mujeres, personas gestantes y niñes, los modos invasivos y la rapiña de derechos que debió soportar. Pero siente la fortaleza de haber visibilizado el problema como una cuestión de derechos humanos. “Se reconoció que parir en esas condiciones está mal. No solamente les pasa a las mujeres dentro de las cárceles, y sufrir esos desplantes en los hospitales públicos es muy duro”, concluyó. “Esto es por las pibas que están adentro, con sus panzas, por las pibas que están con arresto domiciliario, porque tienen que pedir permiso cuando empiezan las contracciones. Con decisiones políticas se cambia la historia y llegamos a la igualdad. Esto es justicia social.”

 Link para acceder a la Guía de Parto Respetado: https://bit.ly/3xrxr4f