Desde Cali 

Colombia está por decidir quién será su nuevo presidente. Treinta y nueve millones de personas podrán escoger este domingo en un tarjetón dividido en tres: Gustavo Petro y Francia Márquez, Rodolfo Hernández y Marelen Castillo, o voto en blanco. El resultado dirá quién de los dos estará al frente de la Casa de Nariño por los próximos cuatro años, en un país atravesado por una crisis política expresada en las calles desde el 2019, y una demanda mayoritaria de cambio evidenciada en las urnas de la primera vuelta.

Fiesta en un yate

Los últimos días de campaña estuvieron marcados por eventos desfavorables para Hernández. El viernes fue difundido un video del candidato en una fiesta arriba de un yate en Miami, rodeado de once mujeres en traje de baño acompañado, entre otros, de su hijo Luis Carlos Hernández, involucrado en el caso de corrupción por el cual el candidato es acusado por la Fiscalía. Según la revista Cambio, que investigó sobre el video fechado en octubre del 2021, los gastos habrían sido costeados por la compañía farmacéutica Pfizer, algo que la empresa negó.

Las imágenes sorprendieron al candidato que ya había cometido el día anterior lo que muchos vieron como error. El paso en falso ocurrió luego de que el Tribunal Superior de Bogotá ordenara el miércoles a los candidatos realizar un debate presidencial en vista de la negativa de Hernández. El candidato afirmó el jueves en la mañana estar dispuesto a realizarlo si tenía lugar en su ciudad, con los temas y periodistas decididos por él. “Usted se burla del debate, de la Justicia, de los medios de comunicación”, le contestó Petro, quien aceptó la cita amañada.

Sin embargo, Hernández realizó el último giro esa misma noche del jueves. Anunció, mediante una carta, que finalmente no existiría debate debido a la responsabilidad de Petro. Si su explicación fue al menos confusa, la interpretación mayoritaria fue clara y viralizada en tendencia de Twitter con el hashtag #HernándezCobarde. El candidato quedó en mala posición tanto con quienes ven necesario un debate democrático, así como con quienes habían asociado a su figura la imagen de hombre fuerte.

Hernández había cometido otro traspié días antes al afirmar: “recibo (en mi campaña) a la Virgen Santísima y todas las prostitutas que vivan en el mismo barrio con ella, a todo el mundo recibo, pero que no les cambie el discurso”, hecho por el cual debió luego disculparse. Sus errores evidenciaron la fragilidad de un candidato con desconocimiento de muchos temas -como reconoció su estratega de campaña-, reacciones abruptas y declaraciones equivocadas, razones por las cuales, se estima, nunca aceptó acudir a un debate con Petro.

De los petrovideos al acuerdo nacional

Las filtraciones del interno de la campaña de Petro, conocidas como petrovideos, siguieron durante la última semana. Así, mediante lo que el candidato presidencial denunció como grabaciones provenientes del espionaje ilegal, fueron reveladas nuevas tramas del corazón de la campaña del Pacto Histórico. La publicación diaria de esos videos por parte de la Revista Semana, fue el principal frente de tormentas que golpeó el Pacto en su último tramo antes de las elecciones.

La campaña, mientras tanto, siguió con su cambio respecto a los mítines y plazas llenas que la caracterizaron en la primera vuelta. Tanto Petro por varias partes del país, como Francia en el sur-occidente, continuaron con el trabajo de mayor contacto directo con las personas emprendido de cara al ballottage. Eso mismo tuvo su correlato en la dimensión digital, central en la disputa de votos, en particular ante la red de Whatsapp desarrollada por Hernández ya para la elección de mayo.

La estrategia fue a su vez la de lograr nuevas alianzas políticas. Uno de los resultados fue la realización del Gran Acuerdo Nacional, celebrado el viernes. Allí Petro compartió una mesa junto a dirigentes como Alejandro Gaviria, Mábel Lara, y Luis Gilberto Murillo, anteriormente parte de la campaña que llevó a Sergio Fajardo como candidato. “Aquí se ha encontrado gente de diverso origen y de tipo (…) desde el liberalismo, el conservatismo, las izquierdas, las sociedades, trabajadores, militares, artistas y etnias, personas que han dirigido la justicia en Colombia en diversas instancias del poder Judicial”, anunció Petro.

La idea de un Gran Acuerdo Nacional había sido planteada por el candidato luego de la primera vuelta. Su concreción, a puertas de las elecciones, fue una imagen importante para el Pacto Histórico de cara a transmitir entendimiento con actores del centro político y estabilidad a futuro, ante las acusaciones de querer perpetrarse en el poder en una ya clásica campaña de “castro-chavista” y “Colombia será como Venezuela”.

Las urnas y los resultados

El clima de tensión pre-electoral se acentuó el viernes en la noche cuando Petro difundió en su cuenta de Twitter la grabación de una proyección del resultado de la segunda vuelta dando ganador a Hernández: “que explique la Registraduría”, escribió junto al video. El mensaje del candidato presidencial reveló lo que habría sido una simulación realizada por la Registraduría, algo que órgano electoral desmintió, pero que el magistrado del Consejo Nacional Electoral, Luis Guillermo Pérez, confirmó.

La Registraduría volvió así a quedar en el ojo de las denuncias, al igual que durante la primera vuelta. “Tengo mucha aprehensión, desconfianza al software con que se cuentan los votos de cómputo de las mesas hacia los escrutinios”, declaró Petro el viernes. Explicó que cuentan a su vez con sistemas de controles, y en caso de que informen “que lo que está diciendo la Registraduría se aparta en demasía de la realidad electoral, lo vamos a decir públicamente”.

El candidato del Pacto se mostró optimista respecto a lo que marcan los números para el domingo: “sabemos la distancia que ya tenemos para ganar, no puedo hablar de ello, pero tenemos la certeza y la tiene la Registraduría”. Hernández, por su parte transmitió confianza hacia el órgano electoral: “por qué no vamos a aprovechar para decir que creo en el registrador, en la honestidad de la Registraduría. Gane o pierda acepto el resultado sin vacilaciones”.

La reacción de los candidatos ante el resultado es uno de los temas de mayor especulación en vista de posibles escenarios de crisis. Se trata de una elección donde el progresismo podría hacerse con su primer gobierno en la historia del país, enfrentado a un hombre de perfil de outsider que tiene el andamiaje de los partidos tradicionales tras él, en particular del uribismo, uno de los principales interesados en preservar el statu quo reinante.