Hubo una época en que alguno que otro, interesado en el tan sufrido patrimonio de nuestro país, se acordaba de que existía la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos. Pero no se acordaba tanto, porque era un ente nacional que hacía lo suyo, y bien, pero no le llegaba a tantos. Tiempos idos, porque la actual Comisión que preside Teresa Anchorena se puso a llegarle al público, se puso a generar fuentes de trabajo y se puso a mejorar todavía más sus publicaciones. Esta semana que empieza se presenta una sencillamente formidable, la guía de monumentos nacionales de las provincias de Catamarca, Jujuy, La Rioja, Salta, Santiago del Estero y Tucumán. Son 600 páginas de maravillas, que revelan un tesoro nacional de edificios, arte, retablos y murales.

Las publicaciones comenzaron en 2009 como parte de los preparativos del Bicentenario. El actual vicepresidente de la Comisión, Alberto Petrina, inició una serie de catálogos generales por épocas y por tipos de edificios, que ya lleva cuatro tomos. En la gestión Anchorena se crearon las guías regionales, una porteña, otra para Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, y esta flamante para el NOA, una serie que va a continuar hasta cubrir todo el país. Además de ser un raro caso de continuidad de proyectos -gestiones Kirchner, Macri y Fernández- esto es una doble pinza para llevar lo que era conocimiento especializado al público, con catálogos y también con guías locales.

Esto es central para Anchorena, que tuvo una idea que dio vuelta toda la lógica de la pandemia. Cuando todo estaba cerrado y todos encerrados, la presidenta lanzó un curso de veinte clases de patrimonio por la web. Terminaron inscribiéndose cuarenta mil personas, algo que reventó toda capacidad instalada y obligó un traslado a Youtube, y que terminó en más de un millón de vistas con un promedio de veinticinco minutos de duración. Nunca tanta gente había participado del patrimonio nacional. Quien viera las veinte clases y quisiera pasar un examen, recibía un diploma de asistencia: se terminaron otorgando ocho mil, otra prueba de entusiasmo. En estos días comienza el tercer curso online, que va a llegar a las 32 clases en total.

Otra idea fue crear una nueva figura patrimonial, la de los pueblos históricos, la primera que busca custodiar y preservar conjuntos y no piezas individuales. Esto fue complejo, porque implicó diálogos con intendentes de medio país y con gobernadores, no sólo para crear medios legales de preservación sino para disparar una sinergia novedosa. No basta declarar algo histórico y listo, hay que crearle una situación vital, de preservación, de uso popular. Anchorena cruzó cables locales, provinciales y federales para que arranquen obras de preservación y restauro, aparezcan localidades en los mapas turísticos, se entrenen trabajadores y se genere empleo. Otra nueva para el patrimonio.

Para el NOA

Esta nueva guía, editada por el especialista Sergio López Martínez, es un verdadero proyecto federal. Participaron los representantes de la Comisión en las seis provincias, especialistas locales, aficionados, vecinos, voluntarios. Hay un largo millar de fotos en lo que esencialmente es una serie de inteligentes fichas sobre edificios notables que son monumentos nacionales. Cada ficha ubica el edificio en su lugar físico, lo ilustra con fotos que lo expliquen y lo describe y ubica en nuestra historia con textos breves. Hay estructuras precolombinas, patrimonio colonial y criollo, piezas del modernismo. Hay fortalezas incaicas, mercados, capillas y conventos, casas particulares, escuelas, edificios públicos, estructuras rurales y urbanas, tumbas y yacimientos arqueológicos.

Lo que refleja muy bien la guía, y no es casualidad, es el palimpsesto que es culturalmente el NOA. Se encuentra el espacio sagrado del inkari, la España Habsburgo y Borbón, nuestra naciente república, el fasto de la generación del ochenta, el estilo del peronismo -el último reconocible como tal- y los mejor de la modernidad. Se puede ver la evolución de lo colonial a lo criollo a lo italianizante, la irrupción de los neo-estilos, las influencias europeas. Hay enormes estructuras de hormigón y capillas de adobe que da ganas de abrazarlas. En fin, una pintura fascinante de lo que es nuestro.

Y muy deliberadamente, esta guía incluye arte, desde maderas talladas a murales, de herrerías a ángeles arcabuceros y otras pinturas manieristas de esa gloria que es la escuela cuzqueña. La idea fue que estos elementos no son decorativos sino parte integrante y esencial de los edificios, que sin ellos no serían ellos mismos, estarían incompletos.

Con estos libros producto del Estado hay un problema, que no pueden venderse en librerías, por ley. Con lo que la Comisión está preparando el inminente lanzamiento de todos sus libros -los cuatro monumentales y las tres guías- en su plataforma web. Es una manera de hacerlos accesibles gratuitamente y transformarlos, además, en guías portátiles de viaje. Que es lo que dan ganas de hacer, viajar para ver esto en nuestra tierra.

Este viernes, la nueva guía va a ser presentada en la Comisión por el ministro de Cultura Tristán Bauer, que piensa presentarla en cada una de las provincias reflejadas en el libro. El ocho de julio el ministro la presenta en Tucumán, junto a Anchorena, Petrina y López Martínez.