La historieta documental en la Argentina tiene pocos exponentes, así que cada título dedicado al género vale doble. El triple si, como en el caso de Turba (editado por Hotel de las Ideas), además se trata de un buen libro. La mendocina Lauri Fernández ganó hace algunos años una beca para trabajar sobre este libro. Fue y vino entre Argentina y Reino Unido, entrevistó veteranos de Malvinas de ambos bandos y especialistas que trabajan, por ejemplo, en la identificación de soldados caídos en las islas que aún permanecen anónimos. Cada capítulo recorre tanto los testimonios de sus entrevistas como una serie de reflexiones sobre la mirada de cada sociedad en torno a la guerra, a los soldados, y a su propia labor como dibujante, pues también se retrata a sí misma en el proceso de trabajo, en una línea muy similar a la que siguen los grandes nombres del género, como Joe Sacco. Y aunque no es la primera vez que Fernández trabaja en investigación –tiene un libro notable sobre los años militantes de H.G. Oesterheld-, es una primera gran incursión en la historieta documental.

Más allá de atenerse a los cánones del género documental, entrevistar largamente a sus fuentes, presentar contexto y hacer raccontos históricos, hay muy buen criterio en la selección de las figuras que prestan su testimonio. La del veterano británico que pasó de ser un boina verde a representar junto a otros ex combatientes argentinos una obra de teatro en torno a la guerra es un caso ejemplar, que conmueve al lector y, a la vez, aporta una profundidad inusual en las historietas sobre la cuestión. En esa selección-guión que propone la autora hay una reflexión extensa sobre qué decir sobre Malvinas, a 40 años del conflicto y con las reivindicaciones nacionales aún vigentes.

En lo gráfico hay un desarrollo interesante pues en este trabajo Fernández emplea una línea mucho más delgada que en sus novelas gráficas anteriores, lo cual tiene varios efectos. Por un lado, transmite una sensación de ligereza en su trazo, que si ya antes era suelto, ahora propone la idea de charlas más calmas con sus interlocutores (en contraposición a los enojos que proponía en los personajes de sus ficciones). Por otro lado, afinar ese trazo le da más aire al momento de componer, pues en general las páginas de Turba tienen mayor cantidad de viñetas que otras obras suyas, sin por ello sentirse la fluidez narrativa más apretada o recargada.

Turba no es el primer libro dedicado a las Malvinas y el conflicto bélico. Algunos recientes, incluso, son particularmente buenos (Tortas fritas de polenta, de Bayugar y Martinelli, es un ejemplo). Pero Turba no sólo por su calidad, sino por su enfoque documental, es una propuesta que hasta el momento faltaba en la historieta argentina. En ese sentido, Turba no sólo es una adición valiosa para un género que avanza muy lentamente; también es un importante paso adelante para el tratamiento que la historieta le dedica a un tema fundamental para la identidad argentina como la Guerra de Malvinas.

Lanzamientos

La costura (Isol / Fondo de Cultura Económica)

A medio camino entre el libro-álbum infantil y la historieta, este trabajo de Isol se sustenta en el gesto gráfico del bordado y cierta tradición del relato popular a través de los tejidos palestinos. La pequeña historia de una niña que “cose” el mundo para dejar de perder objetos se encuentra con una suerte de aventura fantástica que recuerda que es imprescindible dejar lugar a lo inesperado, al contacto con zonas mágicas y, sí, también, a cuidar el mundo que nos rodea.

Astérix y el Grifo (Jean-Yves Ferri y Didier Conrad/ Libros del Zorzal)

Tras varios álbumes al frente de las aventuras de los galos, aquí Ferri y Conrad se hacen cargo no sólo del legado que tienen entre manos, sino también de su derecho a ejercerlo. Astérix, Obélix y compañía viven una aventura que se siente definitivamente de esta época (la edición del Zorzal le debe mucho a una traducción excelente). En este viaje a lo que antes solía ser Ucrania, se advierte que los “nuevos” autores aceptaron que para hacer crecer el legado debían poner mucho de sí mismos.

Los primogénitos (Emilia y Emiliano Plissken, Luca Vassallo/ Plissken Studio)

La típica historia iniciática de un grupo de amigos preadolescente tiene una vuelta de tuerca sobrenatural en Los primogénitos. Y aunque en un comienzo la trama puede hacer pensar en análogos como Stranger Things, aquí la cosa tiene ribetes más oscuros y se aleja pronto del modelo. Evidentemente pensado como el inicio de una saga, Los primogénitos se deja leer en solitario. El apartado gráfico de Vassallo carga con la construcción de clima y lo complementa con un buen manejo del color.

Transitar la ciudad como fantasmas (Athos Pastore / Deriva Editorial)

Pastore es uno de los dibujantes jóvenes más promisorios. En cada trabajo suyo se advierte talento, aunque también se percibe que todavía no encontró su voz. En TLCCF hay un evidente estudio del trabajo del Viejo Breccia, pero tamizado por una mirada de las ciudades (y los miedos) del presente que llama la atención. De corte expresionista y con una intención artística evidente Pastore propone aquí una mirada sobre la soledad de las grandes ciudades que no pasará desapercibida.

Viñetas

Festivales aquí y allá

En todos lados la escena festivalera empieza a reactivarse. En la Argentina ya pasó una edición de la Argentina ComicCon y los seguidores esperan con ansias el regreso de la enorme Crack Bang Boom en el segundo fin de semana de agosto. Aún con sus invitados por confirmar, la nueva edición de la cita rosarina la convertirá en la más longeva de la ciudad (desbancando así a Leyendas), pero ya tiene a editores y autores haciendo planes para dar el presente. Para septiembre, la movida se trasladará a Córdoba, pues también Docta Cómics anunció su nueva edición. La cosa no marcha tan bien en Estados Unidos. Si eventos claves del calendario como San Diego ComicCon confirmaron ya su realización, muchos otros, sobre todo los pequeños que alimentaban la movida en las pequeñas ciudades, no volverán por un buen tiempo. Las políticas sanitarias desparejas de un estado al otro, la baja tasa de vacunación y los costos de salud aparecen como un fuerte impedimento en las declaraciones públicas para que organizadores y públicos retomen.

Miracleman, por fin completo

La reinvención de Miracleman a cargo de Alan Moore cumple en octubre 40 años y, después de mucha espera, finalmente se cerrará el arco argumental que el personaje tenía pendiente, según informaron desde Marvel Comics. El cierre de la saga –ahora a cargo de otro inglés, el genial Neil Gaiman- será, también, el inicio de otra etapa para el personaje, pues desde las oficinas de la Casa de las Ideas anunciaron que Miracleman se incorporará al “panteón” superheroico de Marvel y compartirá cartel con figuras icónicas del sello, como Hulk, Spider-man, Thor o Capitán América. El anuncio también sepulta definitivamente toda especulación en torno a los derechos del personaje –que supieron disputarse en la corte Gaiman y Todd McFarlane, sólo para descubrir que los derechos correspondían a Anglo y que este, luego, los vendió a Marvel en 2009.