El juez de la Sala I del Tribunal de Juicio de Tartagal, Aníbal Burgos, condenó ayer a prisión perpetua a Miguel Ángel Chávez (33), por el femicidio de quien fuera su pareja, Gabriela Beatriz Sánchez (30).

El fiscal Gonzalo Vega había solicitado la pena de prisión perpetua por el delito de homicidio doblemente calificado, por la relación de pareja preexistente y por el género.

Como se suele hacer en estos casos, el juez Burgos dispuso la extracción de material genético del condenado por parte del Servicio de Biología Molecular del Departamento Técnico del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), previa asignación del Dato Único de Identificación Genética (DUIG), para su incorporación en el Banco de Datos Genéticos.

El femicidio de Sanchez fue cometido la madrugada del 13 de diciembre de 2020 en el barrio Tomás Sánchez de la ciudad de Tartagal, en la vía pública. La víctima fue atacada por su pareja con un arma blanca causándole dos heridas que resultaron mortales. La autopsia confirmó que la causa del deceso fue un shock hipovolémico provocado por las cuchilladas que recibió en una pierna y la axila. 

El crimen quedó grabado en las cámaras de seguridad del lugar, que registraron el ataque y la fuga del acusado, por lo que resultaron claves para identificar al autor material del crimen. El análisis de los registros fue expuesto por personal policial de la Unidad de Graves Atentados en el juicio. 

En la grabación de las cámaras quedó registrada la huida del femicida, quien se dirigió corriendo al barrio Los Payos, al domicilio de su madre, donde se cambió de ropa. Sin embargo, Chávez fue detenido ahí mismo por personal de la Policía local, que incluso encontró las prendas que usó cuando cometió el crimen y estaban todavía manchadas con sangre de la víctima.

En la primera jornada del debate, que tuvo un trámite rápido, tras la lectura del requerimiento a juicio, Chávez se mantuvo en su decisión de no hablar del crimen.