Falleció Peter Brook, uno de los directores más influyentes del último siglo. La escena teatral que conocemos hoy en día no sería lo mismo sin él, creó un método innovador, alternativo y experimental: el "espacio vacío".

Ocurrió en la noche del sábado, a sus 97 años. La noticia fue publicada en las redes sociales de su hija, Irene Brook, luego de que el rumor comenzara a expandirse en los principales medios europeos y estadounidenses: “Queridos amigos, cercanos y lejanos, como ya habrán descubierto, mi hermano Simón y yo perdimos anoche a un padre muy especial. Todavía no hemos tenido tiempo de digerir este evento monumental”.

“No planeábamos compartir la noticia con nadie hasta mañana, pero la velocidad injustificada de la prensa y las redes sociales ha superado nuestro tiempo biológico interno. Así que me gustaría agradecerles a todos por las increíbles muestras de bondad y amor, y les pido que tengan paciencia unos días para cualquier respuesta familiar, declaraciones, pensamientos, sentimientos, palabras y mensajes de gratitud. Solo necesitamos un momento de tranquilidad, para permitirle a la familia un respiro para lo esencial. Un sincero agradecimiento a todos. El resto es silencio”.

Su hermano, Simon Brook, publicó una foto de su infancia junto a un Peter joven y simplemente escribió: “RIP Daddy” (que en paz descanses, papi).

Brook fue el impulsor de la idea de “espacio vacío” en 1968, una propuesta que modificó la manera de hacer teatro en el mundo: “Puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo escenario. Alguien camina por este espacio vacío mientras otro observa, y eso es suficiente para que se inicie el acto teatral”, introduce su libro “Espacio vacío: arte y técnica escénica”.

Nacido en 1925 en Gran Bretaña, a sus 17 años dirigió por primera vez una obra y luego desarrolló gran parte de su carrera en Francia, revolucionó las formas tradicionales de enfrentar la escena volviendo a dos elementos básicos: un actor y su público.

"Toda mi vida, lo único que ha contado, y por eso trabajo en el teatro, es lo que vive directamente en el presente", dijo en una entrevista a la agencia AFP.

Recorrido teatral y el "espacio vacío" que revolucionó la escena teatral

Asociado generalmente a Konstantin Stanislavski (1863-1938), el ruso que transformó la interpretación, Peter Brook es el teórico de una revolución escénica. Su trabajo creció a fines de los años 60 y principios de los 70 cuando fundó el "Centre international de recherche théâtrale" en un teatro abandonado y a punto de ser demolido, el Théâtre des Bouffes du Nord.

Este hijo de inmigrantes judíos se graduó en Oxford a los 20 años como director profesional y dos años después dirigió los principales éxitos de Stratford-upon-Avon. A los 30 años dirigió los grandes éxitos de Broadway.

Lejos de cegarse con la fama, tras 40 éxitos teatrales, Brook afirmó haber "agotado las posibilidades del teatro convencional" y entró en un periodo experimental. En 1970 estrenó “Sueño de una noche de verano” que fue considerado un punto de inflexión: por primera vez la escena sucedía en un gimnasio con forma de cubo blanco.

Su obra más conocida es "El Mahabharata", estrenada en 1985, una epopeya de nueve horas sobre la mitología hindú, adaptada al cine en 1989. En una búsqueda constante de autenticidad, viajó por todo el mundo, desde África e Irán hasta lo mayores centros europeos y Estados Unidos.

También produjo y adaptó obras como “Marat Sade” (1967), "Timón de Atenas" (1974), "Medida por medida" (1978), "El jardín de los cerezos" (1981), "La tempestad" (1990), "El hombre que" (1993), “Oh, the Beautiful Days” (1997), Hamlet (2000) o "11 y 12" (2009), desarrollando un estilo cada vez más puro y original.

Además de obras de teatro, puso en escena varias óperas como "La flauta mágica" y realizó una docena de películas, entre ellas "Moderato Cantabile" (1960) y "Su majestad de las moscas" (1963), ambas adaptadas posteriormente en formato de novelas en la pluma de Marguerite Duras y William Golding respectivamente.

Después de una carrera extensa, dejó la dirección del teatro en 2010, a la edad de 85 años, pero sin cesar de montar producciones hasta 2015, cuando la muerte de su esposa, y actriz Natasha Parry, terminó de quitarle fuerzas. Sus hijos, Simon e Irina Brook, mantendrán vivo su legado con sus carreras como directores.