La intendencia del municipio de San Carlos, en los Valles Calchaquíes, declaró el estado de emergencia hídrica por el plazo de un año. De acuerdo a la ordenanza ad referendum 1/22, firmada por el jefe comunal Héctor Raúl Vargas, la medida se debe a la "crítica situación" que atraviesa esa localidad a causa de la "contaminación del agua para consumo humano con boro y arsénico". 

Esta problemática viene siendo denunciada desde hace más de una década por la Asamblea por el Agua Sana de San Lucas, San Carlos y El Barrial, que logró que desde el gobierno provincial se financie un reciente estudio hidrogeológico de factibilidad y anteproyecto de obra en San Lucas; junto con un estudio y evaluación de fuentes de alternativas de aprovisionamiento de agua en San Carlos. Ambas acciones fueron llevadas adelante por especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). 

A fines de la década de los 90 el pueblo de San Carlos sufrió un aluvión que tapó la toma que conectaba con la vertiente de San Lucas, ubicada a 12 kilómetros de la zona urbana. La empresa prestataria, Aguas del Norte, optó por realizar un pozo para brindar el servicio en vez de volver a rehabilitar la toma colapsada.

Con el correr de los años, los vecinos empezaron a denunciar que el agua de los pozos estaba contaminada. Recién a partir de 2008 se conocieron informes de estudios del agua en dos de los cinco pozos que hoy tiene el pueblo. El último estudio que se tenía registrado data de 2016 y fue realizado por la Universidad Nacional de Salta. Allí se determinó que el agua del pozo denominado La Dársena tiene 2,48 miligramos de boro por litro. En 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que el valor límite de boro en el agua para consumo humano es de 2,40 miligramos por litro, es decir que el servicio en la zona norte de San Carlos superaba lo permitido. Al boro también se sumó la aparición de arsénico en altos valores.

En la resolución de declaración de emergencia Vargas sostuvo que por la presencia de estos dos químicos "en las zonas afectadas se produce la falta de agua potable apta para consumo". Además de que la contaminación "incide de manera negativa" en la prestación del servicio de agua potable y con ello se presenta una situación preocupante para el pueblo pues afecta la calidad de vida de los habitantes. 

El actual sistema de abastecimiento de agua potable lo constituyen 5 perforaciones situadas en el ejido urbano, con profundidades que varían entre 140 y 105 metros. Pero, de acuerdo a lo denunciado por los habitantes de San Carlos, las conexiones domiciliarias frecuentemente carecen de la presión necesaria y se registran cortes de suministro en forma reiterada, principalmente debidas a fallas en la red de distribución.

Este desabastecimiento fue respaldado por el reciente estudio del INTI, que en sus resultados finales señaló que en San Lucas el caudal disponible en la cuenca del río homónimo "es apenas suficiente para abastecer a la comunidad", donde la actividad económica principal es el cultivo bajo riego. Además, el organismo señaló que el caudal de base del río en la época de sequía no supera los 10 litros por segundo (L/s), "por lo que su utilización como fuente de aprovisionamiento para la localidad de San Carlos se considera insuficiente". 

En ese sentido, y como alternativa, el INTI sostuvo que las condiciones hidrogeológicas en la zona que está ubicada arriba del Angosto de San Lucas, "son favorables para la construcción de una captación subsuperficial mediante un dren horizontal". Indicó que la permeabilidad y el espesor del acuífero del río San Lucas son reducidas, por lo que no hay un aporte de caudal significativo para contar con una gran disponibilidad de recursos hídricos. Por esta razón, "la recarga de este acuífero está estrechamente vinculada al caudal superficial del río San Lucas", impidiendo abastecer a la comunidad. 

Mientras que en el centro del pueblo de San Carlos, el INTI destacó que los usuarios manifestaron de manera reiterada diversas deficiencias en el sistema de abastecimiento de agua en la localidad, como interrupciones en la provisión y falta de presión en ocasiones. Sin embargo, destacó que el principal problema que expresaron, en los encuentros de la Asamblea del Agua de San Carlos, era la elevada concentración de boro en el agua actualmente captada y distribuida. 

Según el nuevo estudio, la concentración de boro de los pozos conectados a la red "está por debajo o en el límite de lo tolerable para consumo humano", de acuerdo a la reglamentación vigente en la provincia de Salta, que considera 2,4 miligramo por litro (mg/L), como detalla la resolución 1908/18 del Ente Regulador de los Servicios Públicos de Salta (ENRESP). Incluso se expuso que "el contenido de boro es perjudicial para algunas especies vegetales, lo que impide o dificulta el cultivo de huertas y frutales, que requieren indefectiblemente de la irrigación". 

Esta denuncia se expresó a través de marchas y manifestaciones por los sancarleños, que sostienen que "las plantas no progresan y terminan secándose cuando se las riega con agua de la red". Mientras que en el caso del arsénico, el INTI afirmó que existe una concentración de este químico "en todas las perforaciones relevadas", pero que están "por debajo de los límites aceptados por la reglamentación vigente en la Provincia de Salta", que es de 0,05 mg/L, según la resolución 676/13 ENRESP. 

Para paliar esta situación durante el último gobierno de Juan Manuel Urtubey se dotó al municipio de una planta de ósmosis inversa. Sin embargo, de acuerdo a lo manifestado por Vargas, los elevados costos operativos de esta planta y el exiguo caudal a obtener en el tratamiento, han llevado a no ponerla en funcionamiento. Entonces, como solución alternativa, la intendencia alquila un servicio de camión cisterna para la distribución de agua potable, que trae el agua extraída de un pozo ubicado en la planta potabilizadora de Animaná, a unos 10 kilómetros de San Carlos. 

El camión se estaciona en la plaza principal, donde los vecinos pueden servirse el agua para consumo humano en bidones, en forma libre y gratuita, pero que también resulta insuficiente. 

Sí hay alternativas

El estudio concluyó que las perforaciones relevadas, más los antecedentes existentes en la Secretaría de Recursos Hídricos de la provincia, "indican que la totalidad de las captaciones subterráneas brindan agua con elevados contenidos de boro, a excepción de las que aprovechan los acuíferos del cono aluvial del río San Antonio, en la localidad de Animaná". Esto porque los pozos de esta localidad aprovechan acuíferos que tienen una abundante recarga a partir de la infiltración del río San Antonio. 

En este sentido, el INTI propone esa zona como el lugar para una nueva perforación, ya que "es la que mejores expectativas de calidad química posee". Además de que el reservorio de agua subterránea del río San Antonio "posee una recarga abundante y renovable, que permite la perforación de nuevos pozos",  sin que esto genere interferencia relevante con las perforaciones existentes y que benefician a la localidad de Animaná. 

Además, en las recomendaciones vertidas en el estudio se indicó que se abastezca  exclusivamente de agua potable a la comunidad de San Lucas, y que tal acción podría llevarse a cabo con la construcción de una captación de agua subterránea por debajo del cauce del río San Lucas mediante un dren horizontal. Este dren "se conectará a una cámara colectora y su impulsión puede realizarse mediante una electrobomba sumergible alimentada con paneles solares hasta una cisterna elevada, desde donde efectuar la distribución a los usuarios", se aclaró. 

Mientras que para San Carlos, se recomendó realizar una perforación para la extracción de agua subterránea al sur de la Planta Potabilizadora de Animaná, solicitando el permiso correspondiente y de acuerdo a la reglamentación vigente, en la Secretaría de Recursos Hídricos de la provincia. El INTI aseguró que "se podrá realizar la nueva perforación en el área recomendada, en el emplazamiento más conveniente de acuerdo a las condiciones logísticas adecuadas".