En julio de 1816 convergen dos hechos destacados: la declaración de la Independencia de un nuevo país, y la organización final del plan de guerra de José de San Martín, para lograr la emancipación de España y ampliar su revolución libertadora más allá de las Provincias Unidas.

“El contexto internacional era complejo: el Rey Fernando VII de España había vuelto al trono y se predisponía a recuperar los territorios americanos que estaban en manos de los revolucionarios”, explicó a GO Noticias el historiador argentino, Daniel Balmaceda.

“El ideal de la Revolución de Mayo estaba a punto de morir porque había desunión en el territorio, se esperaba una fuerza española temeraria a manos del Rey Fernando que buscaba recuperar el territorio y la economía estaba perdida”, señaló.

En este contexto, las Provincias Unidas se juntaron en Tucumán para limar asperezas entre Buenos Aires y el interior y lograr un acuerdo que permitiera la emancipación absoluta.

Acta de Declaración de la Independencia. Imagen: Museo Nacional de la Independencia

Las sesiones del Congreso se iniciaron el 24 de marzo de 1816 con la presencia de 33 diputados de diferentes provincias, donde luego de varios meses, acordaron firmar la proclama que expresaba la voluntad de emancipación y la creación de un gobierno soberano e independiente.

Esto además le permitió a San Martín avanzar con su ejército en el cruce de los Andes, algo que ansiaba para poder llevar adelante la independencia de los pueblos sudamericanos. La proclama de la Independencia le dio el aval para salir del territorio con un ejército que no fuera considerado rebelde.

"Si San Martín salía de los límites de nuestro país con sus soldados, podían ser considerados rebeldes y ser fusilados; pero si llegaba a otros territorios con un ejército de una nación soberana, el trato era otro, y eso le permitía avanzar con su plan libertario", resumió el autor de "Historias de corceles y de acero" y "Romances turbulentos de la historia argentina", entre otros. 

Qué significa ser soberanos

“Nuestro país tiene dos fechas relevantes: mayo de 1810, donde nos volvimos autónomos, y julio de 1816, donde además nos volvimos soberanos”, detalló el Balmaceda.

"La Revolución de Mayo logró la ruptura de los lazos coloniales con España, algo que logró cristalizar un movimiento liberador que tuvo incidencia en Buenos Aires, no en las provincias. Pero en 1816 se dio una gesta más amplia, que involucraba a las provincias y que hermanó a los pueblos del país en una intención: la soberanía, la emancipación, la independencia", resumió.

La Declaración de la Independencia

Tras un consenso, los congresales reunidos en Tucumán, aquellos días de julio de 1816, firmaron la redacción de la independencia, cuyo original está desaparecido y lo único que hay de aquella jornada, son copias del acta. La que se encuentra en el Archivo General de la Nación, se trata de una copia realizada a fines del mes de julio de 1816, poco después de la firma: 

"Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside al universo, en el nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia, que regla nuestros votos, declaramos solemnemente a la faz de la tierra que, es voluntad unánime e indudable de estas provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli".

"Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo el seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama".

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