El 18 de julio es un día imposible porque es el recordatorio más terrible de que no sabemos nada, de que solo tenemos preguntas y la certeza de que se ha hecho todo lo contrario a lo que había que hacer para encontrar a los responsables del asesinato de nuestros familiares y amigos”. Con estas palabras, una de las dirigentes de Memoria Activa, Diana Malamud, sintetizó lo que viven los familiares y amigos de las víctimas del atentado contra la AMIA. Frente al edificio de Tribunales, “el palacio de la impunidad” como señaló Memoria Activa, la directora ejecutiva del CELS, Paula Litvachky, adelantó que en octubre habrá una audiencia frente a la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la que seguramente la Argentina será condenada por el encubrimiento y la falta de investigación del atentado. Una vez más, Memoria Activa pidió en el acto por los 28 años del atentado, la remoción de los investigadores, en este caso los titulares de la Unidad de Investigación AMIA, a cargo de Sebastián Basso y Gonzalo Miranda.

Memoria Activa es una de las agrupaciones que se diferenció nítidamente de la dirigencia de la comunidad judía porque consideraron que esa dirigencia respaldó una investigación que, como citó el abogado Rodrigo Borda en su discurso, la propia justicia consideró “una maniobra al servicio de políticos inescrupulosos”. “El papel de la dirigencia comunitaria ya no es sólo trágico, sino siniestro, porque ellos conocieron las maniobras que se hicieron para encubrir a los culpables", resumió Malamud.

Iosi

Litvachky hizo referencia al caso de José Pérez, Iosi, el policía federal que admitió que estuvo infiltrado en la comunidad judía durante 15 años y que motivó la realización de una de las series más vistas en los últimos tiempos. “¿Cómo es posible que nadie haya explicado lo de Iosi? ¿Siguen infiltrando?¿Dónde está la información que Iosi le entregó a sus jefes?¿Cómo puede ser que el juez Sebastián Ramos haya cerrado esa causa sin responder a ninguna pregunta?”, se preguntó Litvachky.

Los archivos de la SIDE

Un punto central del acto de Memoria Activa fueron las referencias a la insólita demora en acceder a los archivos de la exSIDE desclasificados hace siete años. 

La cuestión es de máxima importancia porque en esos archivos se percibe la trastienda de lo que fue la investigación: y, como recordó Borda, citando al exjuez Rodolfo Canicoba Corral, "en el expediente hay muchos más informes de inteligencia que pruebas judiciales contra Irán". El juez Daniel Rafecas convocó recientemente a una audiencia para que, de una vez por todas, esos materiales se pongan en condiciones de ser analizados. 

Las agrupaciones de familiares, Memoria Activa, APEMIA, 18-J insisten en que la Unidad Fiscal AMIA no hizo nada para que se avance, ni en ese archivo ni con ninguna otra pista. Es más, en el acto se señaló que esa fiscalía pidió sobreseimientos que fueron rechazados por los jueces, María Eugenia Capuchetti y Rafecas, porque si no se puede analizar la documentación, mal se puede exculpar a personas que fueron sospechosas. Los magistrados se sorprendieron, además, del gigantesco presupuesto y la cantidad de personal que tiene la UFI-AMIA, lo que contrasta con su efectividad. Fuentes judiciales sostienen que en los últimos años se designaron 20 nuevos secretarios para esa fiscalía.

"Justicia por nuestros muertos" 

Tras las palabras de la Juventud Progresista y la tradicional canción Memoria Activa, de Leon Giecco, Diana -esposa de Andrés Malamud, el arquitecto de las reformas que se hacían en AMIA en aquel tiempo, cerró reiterando el compromiso: “Esta es nuestra barricada histórica. Estamos acá, los que la vida nos puso en el mismo escenario, pero también con quienes elegimos seguir estando. Acá decidimos jamás arrodillarnos ante los poderes de turno y acá nos comprometimos con nuestro único horizonte: justicia por nuestros muertos y luchar por una sociedad más digna, más vivible, más acorde con nuestros deseos”.