Dos varones hablan en la oscuridad sobre el encuentro sexual de uno de ellos. Todo el diálogo se desarrolla sobre su supuesta virilidad. Mientras van charlando se prende la luz y se ve a dos bomberos jóvenes arreglando el cuartel en el que trabajan, que paradójicamente, se incendió. Somos bomberos, la obra de teatro escrita por Francisco Lumerman y dirigida por Maite Velo, puede verse los sábados a las 20.30 en Teatro Andamio (Paraná 660). Durante una hora, la obra muestra y desmenuza la construcción de las masculinidades que atraviesa a los varones y que los encarcela dentro de sus propios cuerpos y mentes.

Es la primera vez que esta dramaturgia se lleva al escenario. Escrita en 2010 por Francisco Lumerman, según su autor, el material propone dos ejes de acción: en primer lugar, el texto expone qué se espera de las masculinidades, desde dónde están construidas y sostenidas socialmente. Y se utiliza la figura del bombero: héroe, viril, voluntario, solidario y siempre listo. Detrás de la máscara no se puede ver cuáles son sus emociones y sentimientos. Al incendio del cuartel se suma otro en un pool y ante esas situaciones traumáticas, los bomberos son obligados a realizar una terapia grupal. Es la psicóloga la que logra que vayan descubriendo sus emociones, miedos y debilidades.

La obra fue pensada además como una parodia a las películas estadounidenses, en las que bomberos, médicos y policías siempre son hombres fuertes, con poco lugar para sus contradicciones, casi superhéroes. Según explica su autor, es en esta intersección en donde la propuesta busca poner al desnudo -desde el humor- un falso ideal que se instaló con fuerzas en nuestras sociedades.

"El texto ya plantea una mirada crítica hacia los modelos viejos y no tanto de las masculinidades. Una revisión del machismo y lo que se pretende históricamente del ser hombre en nuestra cultura. Si bien desde el movimiento feminista se viene dando esta búsqueda de deconstruir estos modelos patriarcales que tenemos tan instalados, es claro que el camino es largo. Desde la obra buscamos ponerlo en evidencia, y para esto el humor es un gran aliado, poder reírnos de nosotros y nosotras mismas”, dijo a Las12 Maite Velo.

La directora agregó que: “a su vez la idea es que podamos quedarnos pensado, reflexionar sobre el tema. El riesgo que asumimos es tal vez políticamente incorrecto, porque estamos hablando en primera persona sobre cosas que ya no se quieren escuchar. Me parece que está bueno poder decirlas, hablarlas y no censurarnos, porque mientras más podamos evidenciarlo y ponerlo en escena, continuamos acompañando el camino de la deconstrucción”.

Velo actúa en El rey tuerto, de Marc Crehuet, dirigida por Adriana Roffi, también actuó en La razón blindada, de Arístides Vargas, dirigida por Florencia Bignoli y en La noche devora a sus hijos, escrita y dirigida por Daniel Veronese, entre muchas otras. Es profesora de actuación en la Escuela/Teatro Timbre 4 y en Andamio ́90.

Esta obra fue escrita en 2010, durante la cursada de Lumerman en la carrera de Dramaturgia de la Escuela Municipal de Arte Dramático; fue su proyecto final y se desarrolló bajo la supervisión de Mauricio Kartun, su profesor y director de la carrera. "Hoy esta dramaturgia es revisitada con las nuevas preguntas que trajo el feminismo y que sea puesta en escena por una directora mujer logra una potencia que supera el universo imaginado años atrás", dice Lumerman.

Actúan: Daniel Begino, Jose Escobar, Lucila Kairuz, Vanina Montes, Juan Trzenko, Ivan Vitale, Jonathan Yoffe, Juan Zuluaga. El diseño y la realización de vestuario es de Macarena García, el diseño y la realización de espacio es de José Escobar. El de luces es de Ricardo Sica. La puesta de movimiento está a cargo de Luciana Monasterio, la música original es de Juan Lucchesi, la foto, de Julia Gel, el diseño gráfico de Pablo Carballo, la producción ejecutiva es de Adriana Yasky y la asistencia de dirección de Melissa Zenobi.