“El regreso de los puros: manifestamos ser amables de corazón. Honramos lo sagrado femenino y lo divino masculino. Resignificamos la banquina. Le bailamos a nuestro útero y corazón”, escribe Dignity Rivero, que antes era conocida como Calu, en un posteo de Instagram donde invita a sus seguidoras a practicar el camino de “María Magdalena”: un retiro espiritual en Jujuy exclusivo para 15 personas. Ella, a su vez, es autora del libro Abre tus puertas: un título que parece más bien una canción de misa pero que, en realidad, es un manual para lograr el “autoconocimiento y autocrecimiento” a través de “rituales” y la “autopercepción”.

Este giro místico que proyectan varias influencers como Dignity desde sus plataformas no es algo nuevo. A través de un discurso neoliberal que mezcla una narrativa cuasi religiosa con conceptos binarios y biologicistas acerca de “la esencia femenina”, varias famosas 2.0 proponen a sus followers, (muchas veces desde sus casas en un country, una chacra o un velero en el Mediterráneo), desde ritos para santificar su sangre menstrual hasta mantras para conectar con su “yo” interno.

Vinculado a esta corriente también están las modelos hegemónicas que se aprietan rollos inexistentes para reafirmar que las lindas “también sufren” (inseguridades) y que lo más importante es “aprender a amarse” como fin último para alcanzar la completitud. Como la ex cara de 47 Street, Jimena Frontera, que suele mostrar en Instagram que ella no está tan tonificada como parece, pero que eso no le impide ser feliz. “El disfrute nace de adentro hacia afuera, y empieza por convertir tu mente en el mejor lugar donde podés estar”, asegura. Ella, que es embajadora de marcas como Carefree, escribió un libro que se llama Todas estamos en la misma para narrar cómo todas las mujeres están atravesadas por los mismos estándares de belleza. En la presentación de este texto, agradeció a las “valientes y soñadoras” que “eligen hacerse responsables de sus vidas para, así, tener el poder de la felicidad en sus manos”.

Pero realmente, ¿todas estamos “en la misma”? La antropóloga Nemesia Hijós, que estudió las subjetividades que construyen estos discursos, considera que podemos llamar a este fenómeno “feminismos neoliberales”, “porque plantea el reconociendo de las desigualdades entre los varones y las mujeres. Pero, a diferencia de lo que podría ser el feminismo crítico o tradicional que conocemos, lo que hace es trasladar las responsabilidades a los propios individuos. Se habla de emociones positivas. No se pregunta por el origen social de esas desigualdades”.

Dignity Rivero convoca a sus talleres de sanación desde su cuenta de Instagram

 

Si querés, podés

El coaching ontológico es una terapia alternativa que está en plena ebullición y en una curva ascendente desde los 90’s. Funciona como un dispositivo neoliberal para afianzar valores corporativos orientados a lograr la superación individual a través de una transformación personal. A partir de distintas prácticas, las y los coaches buscan que sus clientes logren gestionarse de forma adecuada para cumplir sus sueños y alcanzar el éxito, usando una lógica similar al managment empresarial. Las particularidades contextuales socioeconómicas, acá, no importan. Todas esas son excusas y debilidades para abandonar el juego. El poder, que es ilimitado, reside en el individuo y a veces hay que activarlo/encenderlo.

Nemesia es antropóloga social y Doctora en Ciencias Sociales. Su fascinación por el running la llevó a explorar, desde su campo y mediante un estudio etnográfico en Nike, cómo los coaches deportivos de esta disciplina construyen subjetividades alineadas con la "filosofía" de la empresa al tiempo que se pautan consumos. Así, comenzó a indagar cómo lxs "embajadores" de las marcas y las influencers-fit proponen, a través de sus plataformas digitales, un modo para gestionar de forma eficiente el cuerpo, en pos de alcanzar el bienestar y asumir un estilo de vida particular. En el último tiempo, advirtió que estas fitfluencers empezaron a hacer un giro dentro de sus discursos, entrelazando su espíritu fitness con una narrativa más “mística”, casi religiosa, donde la conexión interior y la inversión en una misma cobraron protagonismo. Como ocurrió con Dignity Rivero, que pasó de ser embajadora de Nike a una “facilitadora” espiritual.

¿Y qué sentidos proponen los feminismos neoliberales vehiculizados por espacios de coaching?

--Lo que pesa más acá es el carácter afectivo de conexión, de inversión en una misma. El hecho de tener una actitud emprendedora, conseguir cierto liderazgo para poder alcanzar el bienestar. Una felicidad que se encuentra en función de un posicionamiento individualizante que depende de una para estar mejor y que termina transformando a las personas en bienes de inversión, que están sometidos constantemente al cálculo, que eso también es otra de las características del sistema en que vivimos: cuantificar todos los entornos y las dimensiones de nuestra vida. En ese sentido, estos cursos plantean cierto empoderamiento de las mujeres o la propuesta de darnos cuenta que podemos cambiar, que podemos esculpirnos o diseñarnos de una nueva forma. De que hay que pensar en el aquí y el ahora. Son propuestas que lo que terminan haciendo es neutralizar el potencial transformador que tienen los feminismos en sí. Lo que hacen es cooptar las gramáticas, los lemas, los estandartes de lucha históricos de los feminismos, como de “mi cuerpo es mío”, “somos todas feministas” o “no es no”. Entonces se sobrerepresentan y van perdiendo un poco su potencia, porque esos ideales de lucha se licúan y se vuelcan en algo comercializable.

Volvamos al comienzo de tu trabajo, donde vos comenzás a investigar el mundo runner como punto de partida. Vos ya estabas metida en ese universo, ¿no?

--(Risas) Y, qué sé yo. Viste que les antropólogues tenemos esto que… algunes de nosotres utilizamos la etnografía como el método a partir del cual desarrollamos nuestras investigaciones. En este caso, yo empecé trabajando con personas que hacían running y comencé a seguirlas en su forma de entrenamiento. Y, al mismo tiempo, a indagar en sus consumos, en sus prácticas o todo lo que tenga que ver con lo asociado a la modulación del tiempo en búsqueda de un mejor rendimiento. Eso me llevó a seguir los perfiles de estas chicas fit, a leer los manuales de las chicas fit, que son consumidos como un ejemplo, un modelo, una referencia dentro del campo.

A partir de eso a vos te empezó a llamar la atención Dignity Rivero, que era una de las embajadoras de Nike, ¿no?

--Claro, porque Dignity era la referenta dentro del campo, porque era embajadora de la marca. Después ella se va a vivir a Nueva York y es reemplazada por otras personalidades, porque a su vez empieza a dejar de estar estrictamente ligada a la modulación corporal o a este imperativo del rendimiento, asociado a un tipo de cuerpo. Y comienza a orientarse a una dimensión espiritual. Que es algo que yo advierto no solamente en Dignity, sino también en otras fitfluencers o influencers del fitness, como Cande Molfese, que también era una de las influencers de la marca Nike para ese entonces. También lo veo en otro caso que tomo, que es el caso de la chica fit de Argentina, Agustina Dandri, que acaba de publicar su libro Fitness espiritual.

Cande Molfese contó que riega sus plantas con la sangre de su menstruación

Prendé tu llama

¿Cómo fue que llegaste al curso de coaching ontológico de Dignity, Peregrinas 5.0? ¿Cómo fue tu experiencia?

--El año pasado yo leí una de las tantas publinotas que salieron en junio en donde ella estaba promocionando este curso que se llama Peregrinas 5.0, que lo dicta con Cris Schwander, que es una coach ontológica. Y lo que promovían era justamente empezar a activar la energía femenina, encender esa llama interior que está dentro nuestro pero que tenemos que prender, a través de una invitación a realizar este curso, que costaba 150 dólares. Entonces, animada por una compañera, conseguí una beca y, a partir de ese momento, empecé a recibir los correos de Peregrinas 5.0. Los primeros mails decían lo siguiente: “Te invitamos a viajar por tu propio territorio a una travesía que comienza con una pequeña llama que nos ilumina, convocándonos a peregrinar hacia un destino puramente humano. Caminamos en búsqueda de nuestra propia luz, esa que arde con tanto poder que quien se acerca, se enciende. Peregrinamos juntas hacia un lugar íntimo, sagrado, nuestro propio interior”.

Está a un paso del mandala de la abundancia ese discurso.

--Sí. En ningún momento está asociado directamente con el feminismo. Ellas no hacen referencia durante la cursada a que es un espacio vinculado con el feminismo. Pero sí está asociado con las nuevas culturas terapéuticas. Y usan la palabra “peregrina” que también está vinculada con la religión. Dignity, que es una actriz, modelo, influencer, DJ y múltiples otras caracterizaciones, profesiones o habilidades, nos estaba proponiendo alcanzar una nueva versión o una mejor versión de nosotras mismas. Un caminar juntas, caminar acompañadas. Centramos en el presente, en el aquí y ahora (que es otra de las características del coaching ontológico, un borramiento del pasado). De hecho, la incapacidad que tengamos para "saborear ese aquí y ahora" sería un fracaso individual... por eso hay tanto énfasis en sentirnos bien, conectarnos con nosotras mismas, activar nuestra energía, conocernos. Un proceso individual, individualizante, despolitizado y despolitizante, psicologizante, que no se pregunta por las causas estructurales de las desigualdades y del malestar.

Agus Dandry, otra exponente del fitness con contenido espiritual

¿Qué significa para vos que la “energía femenina” tiene que ser activada?

--Que tiene que ser autogestionada, trabajada, invertida. Tiene un proceso de elaboración, de gestión, de trabajo en pos de conectarnos con nosotras mismas. Y no se habla de eso en el caso de los varones. No se habla de activar una energía masculina. Somos nosotras las que tenemos que hacer nuevamente mayores esfuerzos, mayores inversiones de recursos, de tiempo, en pos de llegar a una mejor versión que es demandada por un sistema. En ese sentido, nuestra espiritualidad empieza a ser una dimensión más en nuestra vida a gestionar. Por eso, si bien el curso pretende ser "una invitación al conocimiento interior para encender y propagar el fuego interior", tal como vemos acá -en un marco mercantil y neoliberal- tiene el riesgo de profundizar la opresión en lugar de emanciparnos.

¿Qué nos dice el auge de estos espacios sobre el lugar en el que están parados los feminismos, hoy?

--Antes del concepto “feminismo neoliberal”, que tiene su pico alrededor del 2012 hasta el 2017 en EEUU, existe la idea del “feminismo estéticamente despolitizado”, que empieza a mostrarnos su pendiente neoliberal a partir de imágenes contradictorias entre feminismo y femeneidad. Eso es confuso: una mujer haciendo deporte con un lema asociado a “si vos querés, podés”, “todo depende de tu actitud” y, al mismo tiempo, la imagen que se muestra es de una mujer súper femenina. Esas son las primeras referencias que empiezan a ligar a los feminismos con el sistema y la lógica neoliberal. Después de eso viene el post feminismo, que es esta nueva corriente que parte de la popularización de los feminismos, donde sus lemas de lucha son sobrerepresentados y cooptados por la industria del mercado, se vuelven algo comercializable. Lo que plantean distintas autoras es que estamos en un momento en que se reconocieron los derechos de las mujeres y las luchas feministas, pero este movimiento perdió relevancia y fuerza política. En caso de que pensemos a la historia de los feminismos como olas, podemos decir que el 2015 Argentina se enmarca en una “cuarta ola”, fortalecida por la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y las multitudinarias movilizaciones que se registraron desde entonces. A nivel global, dialoga con el MeToo. Y si pensamos en el caso de Dignity y su historia personal, ella empezó a vincularse con las nuevas culturas terapéuticas y a desarrollar estos "procesos espirituales de sanación" cuando se aleja de la actuación tras la situación de acoso vivida en la grabación de Dulce Amor, en 2012. Como los movimientos feministas no tenían la misma visibilidad ni popularidad que ahora, ella no siente el entorno seguro para contar lo vivido y recién en 2018 lo hace, luego acompaña las denuncias y el proceso de Thelma Fardin.

Volvamos al curso Peregrinas 5.0. ¿Cómo fue?

--El curso duró cinco semanas. Tuvimos cinco encuentros virtuales de aproximadamente cuatro horas y al mismo tiempo teníamos un seguimiento con actividades, que eran coordinadas por coachs peregrinas, que ya habían hecho el curso con Cris Schwander, que además de ser coach ontológica y estar compartiendo el espacio con Dignity, es una de las fundadoras de la Universidad privada Siglo 21 y está capacitada en todo lo que tiene que ver con liderazgo femenino y cursos empresariales y gerenciales. Entonces me parece que esto no es casualidad, sino que hay una alianza estratégica para potenciar estos dos espacios.

¿Y qué se hacía en el curso? ¿Pudiste encender tu llama?

--Bueno, a les antropólogues nos gusta atravesarnos por estas experiencias, porque yo no puedo ser indiferente...así que sí, me sentí afectada. El primer encuentro se desprende un poco de la teoría o del manual “Eso que quiero que me pase,” que es el libro de esta coach ontológica cordobesa, Cris Schwander, y ella plantea una especie de guía, como un instructivo rápido y fácil para poder organizar y autogestionar tu vida. Otro encuentro era trabajar con imágenes de nuestra infancia. Siempre hay que tener en cuenta que estos cursos se basan a partir de las experiencias de vulnerabilidad, de dolor de las personas. Se nutren del dolor, del malestar y es ahí cuando son efectivas. Las personas se abren a contar este dolor y aparecen estas guías, estos gurús o personas que van allanando o marcando el camino por donde ir y es donde tienen mucha pregnancia las nuevas culturas terapéuticas. Lo que se está planteando ahí es “tenés una situación de dolor”. Pero no se pregunta por qué, cuál es la causa, el origen de esa situación de debilidad, de violencias múltiples, vulnerabilidad, precariedad, marginalidad. No nos preguntamos por el hecho colectivo o en orden social, sino que se termina responsabilizando a la persona por estar en ese lugar y no querer salir de ahí.

¿Qué otras imágenes surgían? ¿Cómo se representaba esa mirada binaria de la que hablabas al principio?

--En el tercer encuentro, que era guiado por el gurú Dharma Vivek, se hacía referencia al ser mujer, a las manifestaciones físicas que tienen las mujeres, cuál es la esencia más femenina. Y claramente presentó una dualidad entre lo masculino y lo femenino; entre el dar y el recibir. Entre la quietud y la pasividad, la cuestión más asociada a lo agresivo, las cuestiones más vinculadas con las emociones y las vinculadas con las lógicas y los pensamientos y los sentimientos. Siempre pensándolos en términos de creencias pero dividiendo nuevamente en un sistema binario y en polos opuestos. Hizo referencia a la intuición como algo femenino. Habla de la energía de la madre, del despertar y del amor de la maternidad. De la compasión que sienten las madres con los hijos. Lo lleva al mundo de la naturaleza, hace una referencia a la astrología hindú como una de las referencias y cómo conectar con la energía de la madre.

¿A quiénes se dirigen estos cursos?

--No todas tienen la posibilidad de pagar 150 dólares. Pero tal vez pueden acceder a otras ofertas que están dirigidos a otros sectores, pero que igualmente se están pensando con la misma lógica, en donde en lugar de tratar de romper con la reproducción y con la opresión, lo que hacen es reproducirla. Convocan a mujeres que por lo general tienen miedo, pocos recursos o baja autoestima, o sienten vergüenza o no pueden compartir lo que les pasa con otras personas u otros pares, entonces descubren en estos encuentros un espacio de contención. Con lo cual, me parece que lo que está bueno es no sacarles a mis interlocutoras de este espacio la capacidad de agencia, no pensarlas a ellas como sujetas pasivas, que no quieren salir de esa situación. Sino pensar que estas narrativas son el resultado de este sistema y este feminismo neoliberal, que nos hace creer que somos nosotras las que nos ubicamos en un lugar, y que somos nosotras también las que podemos salir de ahí, pero actuando individualmente. En vez de plantear otros cuestionamientos más politizados y otras búsquedas más transformadoras, vinculadas a lo colectivo.

¿Vos pensás, entonces, que estos abordajes pueden ser también un espacio colectivo de socialización de ciertas experiencias?

--Sí, definitivamente. Pero me parece que lo importante ahí es debilitar, desestimar o deslegitimar el funcionamiento de estas propuestas. Al organizarse estas mujeres ya están sorteando esa dinámica individualizante e individual que plantea el curso. “Bueno, cortamos el Zoom y cada una se va a tener su propia vida”. Creo que el salto sería poder colectivizar y organizarse de otras formas.

Por último: creés que los feminismos neoliberales, por esta contracara opresiva que sistematizan y reproducen, ¿son en realidad falsos feminismos?

 

--Si bien el feminismo neoliberal va en contra de esa tradición emancipadora feminista y los valores como la justicia social, sería un error excluirlo. Porque lo que genera, igualmente, es la popularización y la expansión del movimiento. Estas corrientes y propuestas, como Peregrinas 5.0, si bien pueden neutralizar el potencial transformador que tienen los feminismos, instalan el debate en la agenda pública y la popularización de los feminismos en otros sectores. Pueden impulsar espacios de socialización, de armado de redes, de contención, de empatía, donde muchas mujeres pueden transformar sus vidas a partir de estos encuentros. ¿Se licúan los ideales de la lucha? En algun sentido, continúan teniendo efecto en la vida de las participantes. Por eso, insisto: no hay que cargar las tintas con que es un falso feminismo o pensar a estas mujeres como agentas pasivas. Esto tensiona los debates feministas, muestra que estamos viviendo un momento de efervecencia donde se van entremezclando los valores tradicionales del movimiento, como la equidad, la igualdad, la emancipación, con nuevas reparopiaciones de los feminismos vinculados a la logica neoliberal. Por un lado se retoman las consignas de la agenda de lucha pero, por el otro, se construye un nuevo tipo de subjetividad feminista orientada a la cultura neoliberal, orientada al emprendimiento personal y la exigencia individual. Y estos distintos discursos se van tensionando y superponiendo. No podemos pensarlo como un unico movimiento, sino que van apareciendo nuevos procesos que tienen que ver con “los feminismos”, con distintas particularidades en cada contexto.