El ex comisario general de la Federal, Ricardo Calviño, fue detenido acusado de integrar una asociación ilícita que pedía coimas a cambio de “seguridad” para vecinos de los barrios de Núñez y Saavedra. El juez de Instrucción Ricardo Farías lo imputó por los delitos de “asociación ilícita” y “cohecho”, al igual que a José Potocar, el ex jefe de la Policía de la Ciudad detenido desde abril. Calviño, que estuvo a cargo de la fuerza federal durante el traspaso al ámbito porteño, había sido denunciado por tener vínculos con la barra brava de Boca Jrs., proteger a oficiales corruptos y liberar zonas en distintos barrios.

“Esto ya se sabía. Potocar era sólo una sombra del que manejaba todos los negocios en la Capital, Guillermo Calviño. Lo único que le pido a Campagnoli es que profundice en el armado de la organización ilícita e investigue a Horacio Rodríguez Larreta. Como jefe de gobierno no podía desconocer los prontuarios de los dos jefes de policías”, dijo a PáginaI12 el legislador porteño Gustavo Vera.

La detención de Calviño fue exactamente igual a la de Potocar. El ex jefe de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana se presentó ayer en el despacho de Farías, pocos minutos antes de que dictara la orden de arresto. El 25 de abril, el primer jefe de la fuerza de seguridad porteña había hecho lo mismo: fue hasta Tribunales, declaró frente a Farías y quedó detenido antes de que se retire del edificio. Tres semanas después, la Cámara Nacional del Crimen negó a Potocar la excarcelación pedida por su defensa, al considerar que el ex jefe policial “tiene suficientes medios como para entorpecer el curso de la investigación”. “Potocar después renunció a su cargo, y, por ahora, no piensa volver a ser funcionario. Queremos enfocarnos en esta denuncia, pero esconden el expediente”, sostuvo a este diario su abogado, Christian Poletti.

La primera sospecha sobre la participación de Calviño y Potocar surgió en febrero de este año tras la declaración de los ex comisarios Marcelo Stefanetti y Hernán Kovacevich, quienes aseguraron que los dos comisarios –junto con la oficial Susana Aveni, exjefa de circunscripción– recibían parte de las coimas que exigían a trapitos y comerciantes a cambio de “seguridad”. Luego, Campagnoli dispuso un allanamiento en la comisaria 35° de Núñez, donde secuestraron cuadernos de la oficina del por entonces jefe de la departamental, comisario Norberto Villarreal, actualmente prófugo. En esa libreta, Calviño (jefe de Potocar, de acuerdo a la escala jerárquica policial) aparece como uno de los destinatarios finales de la recaudación ilegal. Potocar también era otro inscripto en el cuaderno como beneficiario de esos fondos.  

Un vocero de la Subsecretaria de Seguridad porteña, a cargo de Marcelo D´Alessandro, indicó a este diario que Calviño jamás perteneció a la nueva Policía de la Ciudad. Pero, de acuerdo con una resolución del 21 de febrero de este año, Potocar propuso la designación de Calviño como Superindentente de la fuerza de seguridad. Nueve días después, en otra resolución, el ministro de Seguridad porteño decretó la licencia de Calviño.

Informe: Jeremías Batagelj.