Los anuncios del miércoles a última hora del nuevo ministro de Economía Sergio Massa no transmitieron euforia en los activos bursátiles ni descomprimieron tensiones en el plano cambiario. Los bonos soberanos en moneda extranjera bajaron este jueves hasta casi 4 por ciento, el riesgo país subió a 2438 puntos, el contado con liquidación finalizó con un alza de 0,7 por ciento, al operarse en 289,60 pesos, y las acciones argentinas en Nueva York terminaron con rojos.

El dólar blue fue la excepción de la jornada, con una baja de 7 pesos, para finalizar en 291 pesos. De todas formas se mantiene cerca de los 300, con una volatilidad importante en las últimas jornadas. El Banco Central sigue sin poder controlar la caída de las reservas internacionales. Se vendieron otros 150 millones de dólares en el mercado de cambio, debido a la demanda de divisas para energía. En la autoridad monetaria atraviesan la primera semana de agosto sin poder cumplir con las expectativas de aceleración de la cosecha de soja.

La semana pasada se les ofreció una compensación a los productores agropecuarios para que exporten soja acumulada en las silobolsas pero por el momento no parece haber reacción del sector. En la conferencia de prensa del nuevo ministro de Economía se indicó que habrá nuevas conversaciones con el agro y la expectativa de los referentes del campo es que terminen recibiendo un extra de tipo de cambio (más parecido a la cotización del dólar financiero) para incentivar la liquidación de la cosecha. Hasta el momento nada definido.

Al respecto, el directorio del Banco Central aprobó la emisión de una Letra en dólares, destinada a estimular el ingreso de fondos externos para prefinanciación de grandes exportadores. Las divisas ingresadas por este mecanismo, depositadas en el sistema financiero local en una cuenta en moneda extranjera, habilitarán a la entidad financiera a licitar por el equivalente a ese depósito una Letra en dólares. Se licitará periódicamente, la tasa de interés se fijará en una licitación como un spread sobre la tasa SOFER, la duración será a 180 días con posibilidad de precancelar. El BCRA también habilitó el acceso a las cuentas a la vista dólar linked a los exportadores que anticipen en más de treinta días la liquidación respecto al plazo determinado para cada sector.

En el mercado, por el lado de las consultoras, de las agencias de bolsa, y de los informes de los bancos de inversión internacional el discurso de Massa se leyó sin grandes sorpresas. La interpretación fue que la dirección de consolidar los resultados fiscales es adecuada, es decir en línea con el reclamo tradicional de los sectores financieros, aunque se criticó la falta de precisiones. Muchas de los anuncios realizados este jueves se consideraron como parte de lo que ya había sido adelantado por la anterior ministra Batakis e incluso por Guzmán.

Las expectativas que tenía el mercado sobre que iba a haber un golpe de efecto, que podría haber llegado de la mano de un desdoblamiento cambiario o de alguna medida más amplia para reacomodar el frente cambiario, no se cumplieron. Se habló de la posibilidad de recomprar deuda, de conseguir nuevo financiamiento externo y de sostener el mercado de títulos en pesos. Ninguno de estos puntos era desconocido  para los inversores.

Algunos hombres de negocios y expertos en finanzas de la city porteña pusieron especial reparo en la falta de precisiones sobre cómo se encararán las medidas. No sólo por cómo se conseguirá la meta fiscal para final de año. “Si no se toman iniciativas fuertes y se nombran referentes de peso en el plano macroeconómico que acompañen la gestión del nuevo ministro las posibilidades de ordenar el plano financiero y cambiario lucen realmente bajas”. Son palabras que se repitieron en la mayoría de los encuentros entre inversores.

Desde la agencia de bolsa Portfolio Personal lo resumieron de la forma que sigue: “Vaso medio lleno, vaso medio vacío. Tras una larga espera, Sergio Massa asumió como ministro de Economía englobando las áreas de Hacienda, Finanzas, Producción, Desarrollo y Agricultura. El plan anunciado por el propio Massa no es ninguna panacea”.

Se agregó que “a simple vista, hay un cambio de tono, más moderado y menos agresivo con los sectores productivos, que estaba dentro de lo esperado. En tanto, fuera de las novedades respecto a la quita de subsidios de energía, no aparecen otras señales fiscales robustas para volver a acercarse a la meta del FMI”.

“Sin dudas, el tema fiscal generaba la mayor expectativa en el mercado, lo cual pone en tela de juicio la continuidad de la recuperación de los activos argentinos. No obstante, las políticas de recorte de gasto no suelen anunciarse con bombos y platillos, sumado a que en los próximos días (¿semanas?) se tomarían medidas adicionales. En otras palabras, el mercado exigirá ver las cartas sobre la mesa y resultados concretos antes de dar un veredicto definitivo”.