“Mi nombre es Francia Elena Márquez Mina, soy hija del pueblo negro, raizal y palenquero, madre de dos hijos y cuidadora de la casa grande: el útero mayor, la madre tierra”. Así se presentaba en la campaña electoral la nueva vicepresidenta de Colombia, quien se ganó el lugar a fuerza de votos y una fuerte personalidad.

El 13 de marzo, en las elecciones internas del Pacto Histórico, se ubicó en segundo lugar, detrás de Gustavo Petro, el nuevo presidente de Colombia. Ese lugar que le dieron los casi 800 mil votos y su vínculo con las bases sociales, fueron claves para que Petro la eligiera como compañera de fórmula.

Márquez tiene una frase para explicar el país con el que sueña, y que le ha generado alguna polémica: “vivir sabroso”. Más de una vez tuvo que salir a explicar qué encierra esa idea: “es a vivir sin miedo, a vivir en dignidad, a vivir en garantía de derechos”.

Nació hace 40 años en Suárez, en el departamento de Cauca, entre una montaña y dos ríos, según recuerda. Allí aprendió el valor de la tierra. “Mis raíces son los pasos de cientos de miles de seres humanos esclavizados que entregaron su vida y trabajo por parir la libertad para esta nación. Desde muy joven hice de este legado mi mandato, mi sentir y mi pensar. De ellos y ellas aprendí que la dignidad no tiene precio y que resistir no es aguantar”.

Se recibió de abogada en la Universidad Santiago de Cali con la idea de dar un servicio a la gente. También es técnica agropecuaria del Servicio Nacional de Aprendizaje. Pero antes limpió casas y fue madre por primera vez a los 16 años.

Premios y amenazas

Recibió dos reconocimientos: en 2015 el premio Nacional de Derechos Humanos y en 2018 el Premio Ambiental Goldman.

Fue candidata a la Cámara de Representantes, presidenta del Comité Nacional del Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia, y precandidata presidencial.

Entre sus primeras actividades como militante de la comunidad, está el rechazo a que se estableciera una represa en el río Ovejas cerca de Suárez.

Ha sido abogada del Consejo Comunitario Afrodescendiente y trabajó en el apoyo al proceso de caracterización de las afectaciones territoriales en el marco del conflicto armado y en la formulación de la demanda de restitución de derechos territoriales.

Además llevó adelante una acción de tutela para suspender y evitar la explotación minera lo que le valió las amenazas de grupos paramilitares que la obligaron a desplazarse junto con sus dos hijos.

En 2014 lideró la marcha “Mujeres Negras por el Cuidado de la Vida y los Territorios Ancestrales”, conocida como la marcha de los turbantes. Según dice su biografía, “entre sus logros estuvo el reconocimiento de los resguardos del Norte de Cauca para reparación colectiva y la expulsión de su territorio de retroexcavadoras dedicadas a la minería ilegal”.

Este año lanzó su precandidatura en el Pacto Histórico liderando su movimiento Soy porque Somos. Márquez explicó que este movimiento se fundamenta en el “mandar obedeciendo y en el ubuntu, una filosofía africana que reconoce la conexión entre todos los seres. Este movimiento construye con las comunidades, personas y colectivos los mandatos populares para orientar sus decisiones políticas”.

Además de vicepresidente, Márquez ocupará el Ministerio de Igualdad y Mujer que será creado una vez que asuma Petro.