No sólo varios CEO y familiares de los ministros se convirtieron en funcionarios. Con la llegada de Cambiemos al gobierno, los organizadores del debate presidencial del 15 de noviembre pasado también consiguieron trabajo en el Estado. Seis de los 22 encargados de montar el show de aquella noche en la que Mauricio Macri prometió a millones de televidentes “pobreza cero” y acusó a su rival, Daniel Scioli, de convertirse “en un panelista de 678”, fueron nombrados al frente de distintas secretarías y organismos tanto del gobierno nacional como de ciudad. La mayoría son jóvenes que habían encontrado su lugar al lado de empresarios y de políticos con trayectoria en la Ong “Argentina Debate” como paso previo a ocupar cargos en la administración pública. Se definían -y se siguen definiendo ahora- como “apartidarios”, aunque ya tenían fuertes vínculos con los Think-Thank del Pro y el entorno familiar de la plana mayor del Gobierno.
El coordinador de “Argentina Debate”, Hernán Charosky, fue designado subsecretario de Reforma Política del gobierno porteño. Otros cinco miembros del “comité estratégico” de esa ong lo siguieron: el ex candidato presidencial José Octavio Bordón es el actual embajador argentino en Chile, el ex Cáritas Gabriel Castelli fue nombrado secretario de Coordinación del Ministerio de Desarrollo Social que conduce Carolina Stanley, Alberto Abad fue elegido por Macri para conducir la AFIP, el economista Eduardo Levy Yeyati es hoy director del Banco de Inversión y Comercio Exterior y Fernando Straface fue elegido por Horacio Rodríguez Larreta como secretario general del Ejecutivo porteño.

Trayectorias
Las trayectorias de los premiados con cargos son diversas. Charosky  estuvo ligado a la ONG Poder Ciudadano, de donde proviene la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso. Charosky dirigió también la fundación CIPPEC, donde conoció a Straface y Levy Yeyati, y que es señalada como una de las tantas organizaciones civiles formadoras de cuadros Pro. En su página web, CIPPEC se presenta como “una organización independiente y apartidaria que trabaja para mejorar la calidad del debate público”.
Castelli, número de dos de Stanley en el ministerio de Desarrollo Social, también viene de las organizaciones civiles, tarea que combinó con la actividad privada. Además de conducir Cáritas, fue CEO de Loma Negra y de Farmacity. Allí conoció al coordinador del gabinete económico, Mario Quintana.
Abad y Bordón, por su parte, llegaron al gobierno tras una larga trayectoria política. El primero ya ocupó la dirección de la AFIP durante el gobierno de Néstor Kirchner y fue desligado del cargo por Cristina Fernández. El segundo fue gobernador de Mendoza y el primer candidato a presidente del Frepaso en 1995, además de haber ocupado varios cargos legislativos y ejecutivos.

Vínculos
Entre los organizadores, impulsores un año después del proyecto de ley que busca institucionalizar el debate presidencial, hay además vínculos políticos y sanguíneos con las principales espadas de la alianza gobernante. En el “comité estratégico” figuran, desde sus inicios, los nombres de Federico y Nicolás Braun. Ambos son hijos del secretario de comercio, Miguel Braun, primos segundos del jefe de Gabinete, Marcos Peña y titulares de las acciones en el Banco Galicia y en la cadena de supermercados La Anónima que heredaron de su padre. Federico, el mayor, tiene hoy un cargo en la Anses. 
La Ong, que organizó también el debate de la primera vuelta -del que Scioli decidió abstenerse- se define a sí misma como “un espacio plural, multisectorial y no partidario”. Entre los que firman esa posición se encuentra Juan Llach, uno de los intelectuales que el año pasado acompañó la solicitada en apoyo a Cambiemos. Su hijo, Lucas Llach, acompañó como pre candidato a vicepresidente a Ernesto Sanz en la boleta radical que compitió en las internas de agosto pasado y es vicepresidente del Banco Central.

Aportantes
También los empresarios aportaron lo suyo. El directorio de argentina debate lo integran los millonarios Ivana Karina Román, presidenta de Puerto Asís Argentina SA, Juan Pablo Bagó, dueño de Laboratorios Bagó, Diego Blasco, y Marcos Galperín, CEO de MercadoLibre. La hija del magnate portuario Alfredo Alberto Román puso un millón y medio de pesos para la campaña del Pro, mientras que Bagó y Galperín contribuyeron con los 50 mil pesos el plato en la cena recaudatoria para la candidatura de Macri.