Suele pasar, en Totoras, sobre el boulevard, de quedar atrapados en un enjambre de luciérnagas. Puntos verdes hormigueando en la intensidad parecieran protegernos de lo feo, se siente eso. Es eléctrico, y mientras dura, eternamente hermoso.

Cien diferentes grises del mismo reflejo roen a la diosa a quien debían proteger. Zarpazo de pantera lunar.

La sangre acaba siendo un rubí asfixiado por su brillo.

¿Querré refutar el mañana o predecir el atrás?

No es nuestra la tierra donde llovizna edad de oro.

 

¿Tranquiliza mirar?

La resolución de la vista depende de curvas inasibles que se entrelazan en algún punto de las cabezas. La confluencia de dos hemisferios acuosos es la encargada de definir ópticamente la percepción. Retintín del que es preferible hacer caso omiso.

 

Pocos pueden nombrar por encima del umbral de tolerancia.

 

Bestia digna de piedad, lengua. Tus espaldas soportan abyección, ego, rimas, ciencia, afrentas, gloria, loas bobas.

 

Habiendo agotado mis fuerzas en el intento de revertir lo imposible, e incapacitado de hallar otra opción, valiéndome del lazo inferior de una ge minúscula, salto al centro del papel para volver en pulpa de imagen.

Ustedes han sido atentos testigos del proceso.

No he recurrido a truco alguno.

 

Crónicas de la vida misma. Hoy Crisofobia y Clorofobia, dos amigas

"...Snob como soy no puedo menos que padecer xantofobia", dije, creyendo hacer roncha. ¡Cómo pude estar tan equivocado! Las voces enseguida se alzaron.

Empezó Anita la traductora, quién sino, a vociferar su leucofobia. ¿Necesitaba poner en palabras lo que todos ya notábamos? ¿Una fobia así podía estar fuera de semejante temple? Otro obvio, que jamás sabe llamarse a silencio, fue Aurelio el abarrocado, manifestando desmedida eritrofobia. ¿Ser lineal ayuda a sobrellevar la tara? Es una pregunta que muchas veces me hago. Entonces, Xil, la albacea, de un plumazo nos redujo a personas normales. Ella, adoradora de Malevich, rechazando un Fernet rebosante de espuma, admitió que, desde hace ciento ocho días, se he vuelto una férrea portadora de melanotofobia. ¡Mira vos!

 

pd

Poseído, aprovechando el lazo de una ge minúscula, me cuelgo del margen izquierdo. Tomo impulso. Salto por encima del renglón para entrar en la mirada de una máscara funeraria cubierta con tiras de cobre realizada por el orfebre más sofisticado de la tribu Bakota.

 

Agradezco esta invitación que he recibido de la revista Cabildo a Pelo para mostrar, a todos sus lectores, mi altar. Esta caja de cristal guarda un pedacito de la sandalia que en el pie derecho llevaba el Santo Del Caminar al dar su paso en falso. Es mi reliquia preferida.