La fuente de las cagadas 

(El Waibe / Szama Ediciones)

Lo de Waibe es una saga de la mierda. Que no es lo mismo que decir “de mierda”. Es que el joven dibujante propone aventuras escatológicas a más no poder, en que el protagonista tiene un culo en la cabeza. Un culo que hace lo que todos: caga. Esta vez, el Waibe traslada su relato a una pequeña ciudad italiana del tardío Medioevo y el hombre-cabeza-de-culo es un escultor en busca de la consagración, mientras acecha la peste negra. Y si gran parte de su generación va para los colores llamativos y los crayones, Waibe rompe con esa estética y ofrece rabia en tinta, el lápiz asomándose en el fondo del cuadro y una historia es que es angustia existencial de verdad y no simulacro para la tribuna.


Y, viste cómo es vol.2 

(Szoka / Ediciones de la Flor)

¿Es posible el humor candoroso en época de redes sociales? Szoka demuestra que sí. Y encima lo logra apuntando a quienes rondan los 30. Sus personajes, lejos del cinismo, oscilan entre las ganas de conservar algo de ñoña adolescencia y alcanzar un poco de consolidada adultez. Si tienen algún rasgo de maldad o simple picardía, queda disimulado por el dibujo amable del autor, uno de sus rasgos más entradores. Szoka bordea el costumbrismo, pero no termina de entrar en él. Hay algunos coqueteos con la cultura pop, pero tampoco es su bandera. Por momentos hace humor gráfico “de remate” clásico y por otros es súper contemporáneo. Sus tiras son, ante todo, reflejos de su autor. Y Szoka es Szoka.


La Rosa Roja 

(Kate Evans / Ediciones IPS)

“Los sacrificios son parte del trabajo socialista”, responde Rosa de Luxemburgo cuando le plantean la posibilidad de fugarse para evitar la cárcel a la que fue condenada. Eso responde la protagonista en uno de los pasajes más álgidos de La Rosa Roja, suerte de cómic biográfico sobre una de las pensadoras más potentes y consecuentes que tuvo el marxismo europeo del siglo XX. Este tomo recorre no sólo su vida, sino también la evolución de sus ideas, su rol dentro de las luchas y tensiones centrales de su época y la fuerza feminista de sus planteos. Evans propone un relato profusamente textuado en el que el dibujo oscila entre la caricatura y las viñetas alegórico-libertarias.


Byron P. D. 

(Alberto Moreno y Rodrígo Luján / Historieteca Editorial)

Moreno y Luján proponen aquí un misterio sobrenatural de buena factura y dejan sentadas las bases para una serie de libros, con un personaje central interesante (el propio Byron) y una premisa atractiva. Aquí, el detective debe lidiar con un cuadro embrujado, un demonio y los descendientes de un antiguo inquisidor. La historia está bien narrada y se construye sobre dos buenas vueltas de tuerca que consiguen mantener el interés de un plot que sino quedaba resuelto en doce páginas. El trabajo gráfico de Luján, por otro lado, es magnífico. No es la primera vez que el dibujante de Segundo círculo se luce con los monstruos, pero aquí también hace un gran trabajo de ambientación victoriana.