Se sabe que las torres de Donald Trump, el flamante presidente electo de los Estados Unidos, son una suerte de prolongación de su imperio económico y político. Así lo evidenció durante la campaña: allí vive rodeado de oro y mármol y desde allí espera comandar a su país. 

Las torres Trump (Trump Tower, en inglés) son también una extensión de sus alianzas y compromisos. Por eso, Donald le habría pedido al presidente (y amigo) Mauricio Macri que le agilice los trámites que desde febrero duermen en el Gobierno de la Ciudad para autorizar la construcción de una Trump Tower en pleno centro porteño.

La apuesta del Gobierno argentino por una victoria de Hillary Clinton habría demorado los planes inversionistas de Trump. Ahora, con la victoria del líder republicano, a la Ciudad no le queda mucho margen de maniobra para eludir una respuesta a la constructora YY Development Group, que comandó también otra edificación del presidente norteamericano en Punta del Este.

Los representantes de YY Development no pierden el tiempo. Luego de la victoria de Trump comenzaron a difundir la intención del presidente de construir una torre en Buenos Aires, como una señal de buena sintonía. Y además insistieron que la Ciudad debía agilizar los permisos de construcción, sin especificar la ubicación con exactitud. Según trascendió, se trataría de una torre premiun de oficinas de 35 pisos e inmuebles de hasta 800 metros cuadrados. Y estaría ubicado a cuatro cuadras del Obelisco. 

Es decir, si la información brindada por YY Development es certera, la Trump Tower tendría aproximadamente 135 metros en una zona donde el límite es 35 metros. 

Si bien en distintos ministerios de la Ciudad dijeron desconocer el pedido de la constructora y explicaron que en todo caso será la Legislatura la que viabilice el proyecto, otras fuentes del Gobierno aseguraron que el expediente está en el Ejecutivo a la firma. Y que el predio en cuestión es un terreno ubicado en Bartolomé Mitre y Cerrito, donde funcionan dos estacionamientos: uno descubierto y otro techado de tres pisos.

Una importante fuente legislativa del PRO explicó que el permiso “no deberá pasar por la Legislatura” porque la zonificación del terreno es “lo suficientemente laxa como para que construya hasta un hotel”. Y ratificó que el Ejecutivo puede establecer una excepción en cuanto a la altura.

En paralelo, el legislador del Partido Obrero-Frente de Izquierda, Marcelo Ramal, presentó un pedido de informes para que el Gobierno aclare las “características constructivas de la Torre Trump: su ubicación y pretensiones de edificación, en relación al código de edificación actualmente existente”. Según Ramal, el “tema no puede sorprender por el lado de Trump ni por el lado del gobierno de Rodríguez Larreta, que ha intensificado la política de venta de tierras públicas y megaproyectos a favor del gran capital”. “El gobierno nacional, ¿le ha asegurado a Trump ‘su’ Torre en el paquete legislativo de la Ciudad?”, concluyó el diputado del PO.