La filósofa feminista Diana Maffia es una de las voces más autorizadas en cuestiones de género en la Argentina. Ante la consulta de Rosario/12 se excusó de hablar de la situación individual ("sería irrespetuoso e imposible opinar sin datos", arguyó) sí se enfocó en la actuación de las iglesias. "Aunque la ley de identidad prohíbe considerar la identidad de género como una patología y hacer tratamientos de 'curación', sobre todo las iglesias evangélicas hacen intervenciones, retiros espirituales, talleres y todo tipo de incidencias muy agresivas sobre el tema", dijo Maffia, quien recordó que en 2013, se denunciaron los talleres de "restauración sexual" de Silvia y José Luis Cinalli en Resistencia, Chacho, y fueron repudiados por el Instituto Nacional contra la Discriminación.

Maffia observa que "parte del poder de las iglesias es esa combinación de ir directo a los sentimientos y temores profundos de las personas, y a la vez ejercer un enorme control social a través de la comunidad, y si pueden a través del Estado. Es difícil despejar qué corresponde a nuestra subjetividad si estamos bajo ese control, porque la decisión se toma para resolver un conflicto que va mucho más allá de la propia identidad: no perder la pertenencia, la familia, la consideración social, todo agregado a las propias dudas y culpas por la valoración negativa que se sigue sosteniendo sobre estos temas".