Como sociedad ya hemos naturalizado la cantidad de contagiados y fallecidos. Esa es la esencia de lo que nos ocurre en plena pandemia: la naturalización.

Naturalizamos el horror, aquello frente a lo que debemos reaccionar desde las peores actitudes sociales que podemos tener, sin caer en una generalización, pero sin quitar la responsabilidad que cada uno de nosotros, directa o indirectamente, tiene naturalizar lo injusto o lo impune. 

El error no es otra cosa que banalizar la vida, lo bueno, los valores, la belleza que se puede tener y encontrar y a que toda sociedad debería apelar, naturalizar. 

Tiene que ver cómo analizarnos lo que nos pasa. Hemos naturalizado las cifras de los contagios olvidando que cada número deja de ser un número cuando lleva el nombre y el apellido de algún familiar o de algún amigo. 

Naturalizamos la muerte salvo que esa muerte sea de un famoso. Más de sesenta y tres mil muertos es el número del horror de esta pandemia en nuestro país y naturalizamos como naturalizamos la pobreza y que 19 millones de argentinos y argentinas no tengan lo suficiente para poder comer o una vivienda digna. Total, pobres hubo siempre.

Naturalizamos que unos pocos cada vez tengan más y que muchos cada vez tengo menos.

Naturalizamos la inmoralidad de una riqueza extrema y la concentración del capital.

Naturalizamos que cada vez que gobierna la derecha robe, nos estafe y luego pasa un tiempito y se los vuelve a votar. 

Naturalizamos que los precios suban todos los días porque hay una manga de inescrupulosos y ambiciosos que no les importa nada ni la vida, ni la muerte, ni la pandemia. Suben los precios todos los días. Todo esto es el negocio de la derecha. No hay mejor negocio para la derecha que cada uno de nosotros y nosotras naturalizamos su monstruosidad y las consecuencias de su monstruosidad. 

¿Por qué? Porque naturalizamos la desmemoria. Naturalizamos sus mentiras y que cualquier imbécil grité por radio o por televisión su discurso de odio. 

En vez de naturalizar, porque la naturalización es un lugar de comodidades, habrá que decir que en Argentina podemos tener menos contagios pero para eso hay que tomar nuevas medidas. Podemos tener menos muertos, pero hay que tomar más medidas.

Hay que poner en discusión la riqueza para terminar con la pobreza, y para eso el Estado debe ser fuerte, debe tener coraje y debe poner límites. No pueden aumentar más los precios. Hay que gritar y no naturalizar. 

Se están enriqueciendo en medio de una Argentina que se destruye por la pandemia y por la gestión de Mauricio Macri. La lista sería larga. La naturalización es una comodidad perversa que tenemos como sociedad. Nos acostumbramos a todo, parece, hasta que dentro de ese todos estamos los otros y nos toca muy de cerca.