Rechiflao en su tristeza porque Rapallini no dio la mano del final, Boca se quedó con eso y no con la imagen que dio en el primer tiempo, cuando se venía en falsa escuadra y se ladeaba al compás del toqueteo al que lo sometía su rival.

Racing jugó en los 45 minutos iniciales como lo hace el gato maula con el mísero ratón, le toqueteó la pelota Boca de lado a lado, lo humilló, lo limitó a la condición de sparring y le metió no menos de media docena de situaciones claritas. 

A los de Ibarra se los veía desorientado, llegaban tarde a los cruces, perdían las divididas y no podían salir de la presión cuando de vez en cuando recuperaban la pelota. Con el cero a cero que era mentira, mentira (seguramente pensaba Gago) Boca se fue al vestuario con más de un reproche, entre los propios jugadores por la falta de fe, de coraje, de pierna fuerte para aliviar la pena que da eso de que la ven pasar y no la pueden agarrar, y eso otro de sos cagón, sos cagón Boca sos cagón. 

Un poco porque Rossi sí se propuso demostrar que cometieron un error al no darle la chancha y los veinte en la renovación del contrato, otro porque los milagros existen y porque a Racing le suele pasar que le faltan cinco para el peso, no se concretó ningún de las situaciones, Ni las de Copetti ni las de Alcaraz, ni la de Miranda, ni la de Moreno pateando desde afuera y al ladito del palo, ni las que propiciaba Rojas, ni las que surgían por errores de Boca. Nada, nada quedó en el resultado parcial.

El tango del segundo tiempo sonó de otra manera. Ya no fue milonga, aunque por un ratito más el equipo local siguió marcando el compás y metió nuevas jugadas de gol. Pero pasó que Racing se dio cuenta de que no podía gambetear la pobreza defensiva de Boca, y primero se cansó y después se deprimió empezó a ver el arco de Rossi como una lejana tierra.

A Boca le sentaron mejor los cambios y el trío de Medina, Vázquez y Langoni empezó a sonar más afinado que el de sus reemplazados. A propósito ¿no sería lógico que en esta etapa Boca apueste un poco a los pibes como Weingandt, Medina, Langoni, Molinas, Vázquez y demás?

En los últimos minutos (un lapso cortito, por cierto) fue Boca el que estuvo más cerca, y casi se lleva el clásico si Rapallini cobra el penal que debió haber cobrado.

Terminaron cero a cero. Racing fue más, sin duda. ¿Lo pudo ganar Boca? Si, claro, pero no habría sido otra cosa que un pobre triunfo pasajero.