En el marco de una ronda de subastas públicas realizadas este jueves por el gobierno brasileño, la empresa española Aena consiguió la adjudicación de 11 aeropuertos localizados en cuatro estados, incluyendo el de Congonhas en San Pablo, el segundo en movimiento del país.

La empresa española ganó su puja con una oferta de 1.603 millones de dólares, de los cuales 471 millones corresponden al coste de la licencia de operación por 30 años y los 1.132 millones restantes a compromisos de inversiones obligatorias. El contrato puede extenderse por cinco años más, por lo que el potencial de explotación llega hasta 2058.

"La gestión de estos 11 aeropuertos conlleva la obligación de pago de una contraprestación variable con un plazo de carencia de cuatro años, que consiste en un porcentaje sobre los ingresos brutos, que va aumentando desde un 3,23% hasta un 16,15% anual", explicó Mauricio Lucena, presidente y CEO de Aena, en un comunicado.

El ejecutivo destacó que el tráfico doméstico en Brasil ya se ha recuperado en un 100% tras el fin de la pandemia de covid-19, por lo que calificó de indiscutible al potencial de las operaciones aéreas. Estos 11 aeropuertos se suman a los seis que la empresa ya opera bajo la marca Aena Brasil desde 2019: Recife, Maceió, João Pessoa, Aracaju, Campina Grande y Juazeiro do Norte.

Los otros dos ganadores fueron dos grupos brasileños, XP Inversiones, que se adjudicó dos pequeños aeropuertos en San Pablo y Río de Janeiro; y Novo Norte, que obtuvo las concesiones de dos terminales de capitales amazónicas, Belén y Macapá. De esta forma, las concesionarias privadas ya controlan el 92 % del tráfico aéreo del país.

Brasil ingresó relativamente tarde al auge de privatizaciones aeroportuarias que copó la región en los años 90. La primera terminal concesionada fue la de Natal en 2011, durante el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, mientras que en 2012 llegó el turno de los aeropuertos Guarulhos y Viracopos, de San Pablo. Un año después, fueron privatizados los aeropuertos Galeão, de Río de Janeiro, y Confins, de Belo Horizonte.

En 2017, el gobierno de Michel Temer privatizó los aeropuertos de Fortaleza, Salvador, Florianópolis y Porto Alegre, mientras que en 2019, ya con Jair Bolsonaro en el poder, se traspasaron los de ciudades como Vitória, Cuiabá y Rondonópolis. La última ronda de subastas había sido en 2021, cuando se adjudicaron 21 aeropuertos, entre ellos los de Foz de Iguazú, Goiânia y Manaus.

En 2023, el gobierno brasileño prevé ofrecer en concesión los dos principales aeropuertos de Río de Janeiro: el internacional Antonio Carlos Jobim y el Santos Dumond. De esta forma, casi el 100% del tráfico aéreo estará en manos de empresas privadas.