Con la balanza a su favor en el delicado equilibrio interno, los “Gordos”, barrionuevistas e “independientes” de la Confederación General del Trabajo (CGT) le pusieron freno a la convocatoria a un paro general y movilización que impulsaban el moyanista Frente Sindical por el Modelo Nacional, la Corriente Federal de los Trabajadores  y varios gremios industriales para repudiar el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La central sindical suspendió la reunión del Consejo Directivo que iba a reanudar el debate que se postergó el viernes pasado --para participar en la movilización de repudio en Plaza de Mayo-- en la que buscaba definir si adoptaba o no una medida de fuerza y le puso paños fríos a las diferencias internas con un comunicado en el que sostiene el "estado de alerta" y de "seguir la evolución de los acontecimientos".

"Frente a la respuesta contundente de los trabajadores a la convocatoria efectuada y por las razones expuestas en la última reunión, corresponde dar por superada la reunión del Consejo Directivo convocada para el día de hoy, seguir la evolución de los acontecimientos y mantener el estado de alerta", expresa el comunicado que lleva la firma de los triunviros Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicios) y Pablo Moyano (Camioneros).

“Las columnas de trabajadores y trabajadoras organizados que marcharon bajo las consignas elaboradas en el seno de nuestra organización: la defensa irrestricta de la democracia, condena absoluta al atentado, justicia independiente y fin del odio y la violencia política, mostraron la fortaleza de la CGT en las calles”, dice otro de los párrafos del comunicado. Aunque no todos los gremios pusieron el mayor de los esfuerzos en aportar a la masiva movilización del viernes en Plaza de Mayo y que quedó evidenciado en el debate interno que la central tuvo en las horas previas.

Una discusión que continuaba expuesta antes de la suspensión del Consejo Directivo de hoy. “Espero que pueda ponerse una fecha de paro general”, dijo Mario “Paco” Manrique, dirigente del Smata y secretario gremial de la CGT. “Hay sabios del sindicalismo que quieren analizar todo. Hoy la CGT en el lugar de siempre, con corrección política. Hay momentos en que hay que jugarsela”, se quejó el referente del Frente Sindical en diálogo con AM 750 en referencia a compañeros del Consejo Directivo cegetista. “Este momento no es de los dirigentes, es el momento del Pueblo. Esto no lo comprenden en la CGT. Algunos están preocupados por la relación con las cúpulas”, afirmó el sindicalista mecánico.

Pero la correlación de fuerzas dentro de la CGT volvió a darle la espalda a quienes insistían en expresar una respuesta contundente del movimiento obrero organizado ante el intento de asesinato a CFK. Lo mismo sucedió el viernes por la mañana, en el Consejo Directivo que la CGT convocó el jueves por la noche al conocerse el atentado a la vicepresidenta. Allí, el Frente Sindical, la Corriente Federal, la CTA que encabeza Hugo Yasky, y gremios industriales como el Smata y la UOM, llevaron la propuesta de un paro nacional y una movilización frente al Palacio de Justicia, sede de la Corte Suprema. Uno de los más encendidos en contra de esa propuesta fue sindicalista judicial Julio Piumato, un acérrimo defensor del statu quo del Poder Judicial y de los primeros en movilizarse contra cualquier intento de reforma en el sistema de justicia.

Luego de discutir diferentes alternativas y sin arribar a ningún acuerdo, se propuso la solución salomónica de postergar la definición para este lunes. Los argumentos fueron la convocatoria del presidente Alberto Fernández a la Casa Rosada para elaborar un documento de repudio junto a otras organizaciones de la sociedad civil (que luego se leyó en el acto de Plaza de Mayo) y la movilización popular que ya empezaba a sentirse en las calles. Por ahora, la CGT clausuró el debate.