La reina Isabel II, quien murió este jueves, eligió pasar las últimas semanas en el castillo de Balmoral, una construcción del siglo XV situada en Escocia, propiedad privada de la familia real británica y al que la propia reina consideraba su lugar favorito. Así es la historia del lugar en el que falleció la soberana.

La construcción original del castillo de Balmoral data del siglo XV, pero en 1848, cuando la reina Victoria y el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha la compraron, hicieron importantes refacciones porque la encontraban pequeña para sus necesidades.

El castillo comenzó a funcionar como residencia de verano para Victoria, y así siguió siendo para Isabel II. Ella y el difunto duque de Edimburgo solían pasar la primera semana de su verano en Balmoral en el Craigowan Lodge, una casa de huéspedes de siete habitaciones a un kilómetro y medio del castillo para mantener su privacidad. Después, toda la familia pasaba la temporada vacacional junto a la reina. 

Una de las primeras vacaciones de la familia real en Balmoral.(Foto: EFE)

El Palacio de Balmoral fue protagonista de importantes acontecimientos para la familia real, allí se fueron de luna de miel el príncipe Carlos y Lady Di después de su boda real en 1981.

En 1952 con el príncipe Felipe de Edimburgo.(Foto: EFE)

Se dice que en cada una de las llegadas de la reina, la guardia de honor de los Royal Highland Fusiliers, 2nd Battalion, que forman parte de su protección durante la estancia, realizaba una primera inspección por seguridad.

Hace dos días la reina Isabel II recibió en la residencia de Balmoral a la nueva primera ministra, Elizabeth Truss.(Foto: EFE)


El palacio y sus curiosidades

La finca incluye terrenos dedicados al aprovechamiento forestal y a la agricultura, así como rebaños de ciervos (con una población de entre 2.000 a 2.500 cabezas), ovejas y ponis. Con más de 8.000 hectáreas cubiertas por árboles, casi 3.000 de ellas se dedican al aprovechamiento que produce casi 10.000 toneladas de madera al año.

En Balmoral trabajan unas 50 personas, aunque durante las épocas de mayor movimiento suelen alcanzar los 150 trabajadores. En el Balmoral Estate hay unos 150 edificios, entre los que se encuentra Birkhall, la antigua casa de la madre de Isabel II que ahora utilizan el príncipe Carlos y la duquesa de Cornwall en sus vacaciones de verano. Seis edificios más pequeños se utilizan como casas de alquiler vacacional.

De su interior, lo único que se pudo visualizar públicamente es la sala en la que se produjo el nombramiento de la nueva ministra. En ella, hay objetos muy preciados como cuadros de arte, un reloj Louis XIV al estilo André-Charles Boulle, candelabros de Landseer o lámparas de altísima calidad.

Respecto al exterior, el Duque de Edimburgo participó activa y exclusivamente en el cuidado y funcionamiento de la propiedad, además de crear un pequeño huerto acompañado de su correspondiente naturaleza. La familia real pasaba allí varias semanas en el verano, donde se dedicaban a practicar la caza, la pesca, hacían picnics, e incluso pintaban en medio del bosque.

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