El Tribunal recusado está conformado por los jueces Lilia Avendaño –en calidad de presidenta–, Francisco Aguirre y José Pablo Rivero. Las audiencias resultaron caóticas: hubo gritos, la presidenta no pone orden.  En la primera audiencia, Victoria Aguirre fue indagada en primer lugar, delante de su ex pareja, el otro acusado, quien escuchó todo su relato de los hechos, y luego aprovechó para desmentir cada imputación. “No soy un asesino. Selene era una criatura maravillosa y aprendí a quererla. Tengo cinco hijos y jamás haría eso”, dijo de entrada. “Tampoco la obligué a tener relaciones sexuales ni la tuve cautiva, afirmó, Rolando Lovera, de 30 años, quien se desempeñaba como sereno.

La escena del interrogatorio que la fiscal Stella Maris Salguero de Alarcón hizo a Victoria es desgarradora. La acusó de no haber pedido ayuda cuando llevó a la niña una vez a una guardia pediátrica, y también de no haberse escapado con la pequeña. “¿No pudiste romper el vidrio para escaparte si estabas secuestrada?”, le planteó, con tono inquisidor. “¿No pudiste pedirle ayuda a la médica de guardia y avisarle que tu concubino las estaba maltratando?”. Victoria respondió llorando. Y le explicó lo que la fiscal no pudo ver al no haber recibido capacitación en violencia de género: que Lovera estaba vigilándola desde una ventana, a pocos metros de allí, y describió además cómo son los precarios “boxes” del hospital público de Oberá. “¡Pero se trataba de tu hija! ¡Lo hubieras dicho igual!”, la retó de nuevo la fiscal. El tribunal no intervino. 

“Es claro que la fiscal apunta a que ella no cumplió con ese deber de cuidar a la niña. Pero no piensa que no pudo sino que no quiso”, analizó, en diálogo con este diario, la ex jueza Mirta López González, veedora del juicio por parte de la Asociación Pensamiento Penal.

Los testigos de parte de la joven fueron interrumpidos sistemáticamente por parte de la fiscal y por miembros del tribunal. Todavía falta que declare un amigo del padre de Victoria que dijo durante la instrucción que la joven se le acercó en un supermercado y le pidió que le avisara a su papá que estaba siendo violentada por su pareja pero el hombre no lo hizo, con el argumento de que no se quiso meter.