El jefe de gabinete Marcos Peña sostuvo ayer que “en este año y medio de transición ha habido muy poca conflictividad laboral pese a la recesión” del 2016. En una conferencia de prensa que ofreció tras una reunión de gabinete ampliado en el Centro Cultural Kirchner, el funcionario sostuvo que “en los casos donde puede haber conflictividad laboral, hay un Estado presente”, pero relativizó esa presencia al poner como ejemplo la situación de PepsiCo, donde 600 empleados fueron despedidos por el cierre de una planta. “El Ministerio de Trabajo no puede impedir una decisión empresarial. Lo que sí puede hacer es generar instancias de dialogo, generar REPRO, reconvertir esos puestos o acercar oportunidades en otros puestos”, señaló. La respuesta no tardó en llegar. El CEPA (Centro de Economía Política Argentina) difundió un informe que señala que “los conflictos laborales y los sociales mostraron un crecimiento en cantidades absolutas” y que “la causa” de estos conflictos “no es ajena a las políticas económicas vigentes” desde que Mauricio Macri llegó a la Casa Rosada. Según el informe, “la principal causa de los conflictos laborales en el sector privado tiene que ver con la política de despidos que han protagonizado grandes empresas” con el 42,2 por ciento de los casos. “Los atrasos en los pagos se ubican en segundo lugar (13,4 por ciento) y en tercer lugar aparecen reclamos ante políticas de ajuste (9,9 por ciento).”