El abogado Hernán Mascietti denunció torturas en la Alcaidía Nº 3 de Orán y anunció que prepara un hábeas corpus por la situación de los detenidos. Contó que realizó la presentación luego de que un grupo de familiares se presentara en su estudio con una nota firmada por los internos en la que relataron que son sometidos a maltratos y golpes por parte de personal del Servicio Penitenciario provincial. 

También las familias denunciaron que en el marco de las visitas, las mujeres, entre ellas una niña de 12 años, han sido sometidas a requisas vaginales.

El letrado pudo ingresar a la Alcaidía ayer por la tarde. Contó a Salta/12 que pudo hablar con dos internos que le relataron las torturas y tratos crueles e inhumanos que viven. Mascietti indicó que hay un detenido con leishmaniasis al que no le brindan atención médica ni tratamiento y dijo que de ello surge "un abandono de persona agravado". También familiares de este hombre manifestaron que los miembros del servicio penitenciario "lo patean en el brazo izquierdo sabiendo que tiene clavos de platino por una quebradura anterior".

Mascietti señaló que otro interno relató que un cabo lo obligaba a "hacer lagartijas y le pegaba en el estómago". Además, los detenidos y sus familiares le contaron que las jornadas "empiezan a las 5, los despiertan para hacerlos bañar, les pegan en la cabeza. Cuando van al baño los insultan los tratan de "putos", de "maricas".

Según hizo constar en la denuncia el abogado, la familia de un detenido le relató que "todos los días reciben, él y todos los internos del pabellón A, planta alta: cachetadas en la cabeza, empujones, sobre todo cuando salen y en las requisas diarias, e insultos cuando los llevan al baño". Dos familiares dijeron haberle visto los moretones al interno debajo del brazo en el lateral de su torso. En este caso, el damnificado contó a su familia que los agresores son un oficial de apellido Ikim, un sargento de apellido González; los sargentos José María Wualancay y Fabián López; los cabos Guillermo Fernández, Cristian Verón y otro de apellido Garnica, y el agente Gómez.

Mascietti también denunció "las condiciones infrahumanas de suciedad de los baños, y de las celdas en general". Detalló que los internos señalaron que "les sacaron los colchones y las camas no tienen varillas, no tienen colchas en el 'chancho' (como se llama en la jerga a la celda de aislamiento), ni colchón, y ahí deben dormir parados como tortura".

Los familiares entregaron a Mascietti un documento firmado por los internos, fechado el 19 de septiembre, dirigido al fiscal Gustavo Ramiro Morizzio, en el que denunciaron "abuso de autoridad, lesiones a internos con un cable de cobre causando coágulos de sangre". También afirmaron que "no hay buena atención médica (...), los baños no están en buen estado, los colchones están en muy mal estado, en las cuchetas no hay flejes, no quieren dar llamado telefónico, ahora están mermando el ingreso de comida que trae la visita y otros elementos".

Los internos especificaron en la nota que "en el pabellón de castigo se quitan los colchones y las mantas" y "en algunos momentos tenemos que dormir parados".

La pareja de un detenido relató a Salta/12 que su marido cumple una condena hace 6 meses en la Alcaidía, y dijo que desconoce por qué está allí y no en la cárcel, que es donde deberían cumplir la condena personas con sentencias ya dictadas. Dijo que antes su pareja estuvo más de dos años detenido en una comisaría de Pichanal, primero con una prisión preventiva y luego ya con condena desde noviembre de 2021.

La mujer dijo que su marido le relató que recibe golpes de penitenciarios, igual que otros internos. "La comida es muy poca, me dice que es como la comida del perro, con la verdura flotando y con aceite", indicó. También dijo que hay 14 internos por celda, hacinados.

Abuso a una niña

Mascietti también denunció violaciones a los derechos de las mujeres e infancias que van a visitar a internos.

Las mujeres, familiares de los detenidos, relataron que son violentadas por una carcelera "de apellido Robles", "les hace abrir la vagina para poder pasar a la visita, siendo que van de pantalones y no son visitas higiénicas", denunció Mascietti.

Añadió que una pareja aseguró que la carcelera "le hace lo mismo a la niña (de 12 años de edad), hija de ellos, le hace bajar los pantaloncitos" y exhibir su vagina a "la oficial Robles". 

Una madre sostuvo que la misma carcelera intentó revisarle el pañal de su bebé pero ella se opuso. La mujer relató que cuestionó a la penitenciaria porque no encontró justificación al requerimiento debido a que el padre no tendría contacto con el hijo; explicó que los internos solo pueden ver a sus visitas con un plástico de por medio.

En la nota de los internos al fiscal también señalan que "a la hora de hacer la requisa corporal, (a las mujeres que van de visita) las tienen que desvestir completamente, les hacen abrir las piernas y que se sienten teniendo un espejo debajo, mostrando así las partes íntimas, el personal de requisa quiere tocarles las partes íntimas".

Además, los internos denunciaron al sargento primero Ricardo Ruiz Díaz "por no dar curso a las notas que enviamos, falta de respeto verbalmente hacia las madres de los internos causando daños psicológicos, moral, físico y no respeta la intimidad". Señalaron que el Servicio Penitenciario les corta las visitas, sin motivo.

Salta/12 consultó Fernando Korstanje, fundador de la organización "Centro Latinoamericano para el Desarrollo y la Comunicación Participativa" (CDESCO), que monitorea las instituciones carcelarias en el NOA. "Los familiares son humillados y torturados con estas prácticas", dijo en relación a las requisas vaginales y anales. 

Korstanje afirmó que la propuesta para erradicar estas vejaciones es que se implementen scanners, "tecnologías no invasivas", como la que se usa en los aeropuertos donde también hay normas de seguridad estrictas. Contó que expusieron esta situación en un documental que trabajaron con internas de la Unidad Carcelaria 4 de Tucumán, "La Carcel de Bernarda Alba", en el que las presas relataron que dejaban de recibir visitas porque las mujeres, adolescentes y niñxs no querían pasar por las revisaciones.

Mascietti presentó la denuncia ante el Comité Provincial para la Prevención de la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes. Desde el organismo confirmaron la recepción del escrito pero todavía no realizaron declaraciones públicas.