Como se esperaba, los gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) terminaron desplazando con su voto al ahora ex titular de la entidad, Mauricio Claver Carone, tras una investigación abierta por violaciones éticas a los estatutos internos del organismo. De ahora en más, se abre un período de 45 días en los cuales los representantes de los 48 países miembros deben proponer candidatos para ese lugar. Según supo Página I12 de fuentes oficiales, Argentina no tiene pensado por ahora hacer sugerencias, pero garantizan en el Gobierno nacional que el proceso de salida de Carone no afecta los desembolsos pendientes del banco con el país ni la relación mejorada hace unos meses.

De orígen cubano-estadounidense, Claver Carone fue puesto en el BID por Donald Trump hace dos años, luego de haber trabajado con el ex presidente en la gestión en la Casa Blanca. Y Joe Biden decidió conservarlo, hasta que hace unos meses estalló el escándalo de irregularidades internas: concretamente, Carone mantenía una relación sentimental con una subalterna a la que conocía de la Casa Blanca y a la que le habría aumentado el salario de 240 mil dólares anuales a 400 mil en tan solo un período. Además, las pesquisas muestran que despidió a varios empleados por cuestiones de índole personal. De todos modos, Claver Carone negó las acusaciones en su contra y prometió iniciar acciones legales contra la entidad que supo presidir. 

La relación de Argentina con el BID de Claver Carone fue muy compleja en casi todo el Gobierno de Alberto Fernández. Alineado con el sector más conservador del establishment estadounidense, el funcionario del organismo le negó al país créditos ya aprobados con la excusa de que la nación atravesaba un proceso de insolvencia. Eso, de forma llamativa, cambió radicalmente con la salida de Martín Guzmán del ministerio de Economía y el ingreso de Sergio Massa, con quien supo mejorar el vínculo y reabrir las líneas crediticias en tiempo récord. Y sobre todo tras la renuncia de Gustavo Béliz, quien estaba encargado de llevar adelante las relaciones con los organismos internacionales. Precisamente, faltan ingresar a las arcas locales los casi 3000 millones de dólares que corresponden antes de fin de año, 1200 millones de los cuales irán a fortalecer las reservas del Banco Central (BCRA). "No va a haber ningún inconveniente con ese dinero y mucho menos con la relación que mantenemos", dijeron a este diario desde el entorno de Massa. 

“Ni yo ni ningún otro miembro del personal del BID hemos tenido la oportunidad de revisar el informe final de la investigación, responder a sus conclusiones o corregir las inexactitudes”, dijo Carone en un comunicado difundido la semana pasada. Vale aclarar que los investigadores le cuestionan también que no haya colaborado con la investigación entregando su teléfono celular corporativo de la entidad para que sea analizado. Y tampoco, según medios extranjeros, entregó su línea personal y sus claves de correo electrónico de Gmail.

Los nombres en danza

Tal como adelantó Página I12 el viernes último, en este escenario, suenan tres nombres con diferente intensidad. El primero es del Alicia Bárcena, que estuvo al frente de la Cepal desde 2008 hasta hace unos meses, cuando fue reemplazada por Mario Címolo. Bárcena es una vieja conocida de la región y de la política argentina. El año pasado, antes de la salida del organismo, tuvo uno de sus últimos almuerzos con líderes en un encuentro con el Presidente Alberto Fernández.

Los que conocen las relaciones internacionales aseguran que el nombre de Bárcena y las otras dos mujeres son parte de una tríada que compite asiduamente por cargos importantes a nivel global. La segunda mujer en carrera es Laura Chinchilla, politóloga y ex presidenta de Costa Rica. Y le sigue Rebeca Grynspan Mayufis, ex Vice de Costa Rica y actual SG de UNCTAD, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. Fue llevada a ese cargo por el actual jefe de la ONU, Antonio Guterres y es la primera mujer centroamericana en ocupar un cargo en ese organismo.