El secretario adjunto de SMATA, Mario "Paco" Manrique, desmintió este miércoles que junto al dirigente de Camioneros, Pablo Moyano, hayan planteado irse de la CGT y romper la unidad, tal como se había especulado este martes. Los rumores marcaban que la decisión era producto del enojo por una reunión que mantuvo el Presidente Alberto Fernández con el sector mayoritario de la central, a la que no fueron invitados.

“El señor Presidente tiene derecho de comer con quien quiera. Si quiere comer con sus amigos, come con sus amigos. El tema es que si cena con una institución, lo más normal es que invite a todos los actores. Pero no es algo que a Pablo o a mí nos haya preocupado. No es el asado en sí, sino lo que se habla en el asado. Si del asado salen cuestiones importantes y soluciones para el mundo laboral, no hay ningún problema”, retrucó Manrique por AM750.

Además, pese a desmentir que hayan pensado en renunciar a sus cargos en la CGT, el secretario gremial de la organización señaló que hicieron este martes reuniones con los trabajadores para analizar la situación que se está viviendo en el país. En su enumeración, Manrique se posicionó lejos del resto de los representantes de la Confederación, con un tono crítico y punzante contra la gestión de Fernández.

“Hay que cambiar el eje de la discusión. Entendemos que al salario familiar hay que subirle los topes. Hay que discutir nuevamente el salario mínimo, que ya está desactualizado. Hacerlo con las formas y los mecanismos para controlar los precios. Llegó el momento de redistribuir mejor las ganancias”, reclamó.

La reunión de la unidad

Tras una larga e intensa reunión, Pablo Moyano decidió continuar al frente de la conducción tripartita de la CGT. Si bien los motivos que llevaron a la decisión de dar un paso al costado persisten, los dirigentes gremiales que acompañan a Moyano sostienen que se logró priorizar la unidad y la tarea que se realiza dentro de la Confederación.

"No nos fuimos y no nos vamos. La pelea la daremos adentro", dijo a Página/12 uno de los dirigentes gremiales más cercanos a Moyano. Sin embargo, esta crisis deja heridas y habrá que ver cuál es el mecanismo que se da la CGT para resolverla. 

Críticas reiteradas

A principios de septiembre, también por AM750, Manrique ya había adelantado una dura crítica al movimiento obrero, al que definió como “un barquito de papel”. Aseguró que tras el atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, la Confederación debía abandonar el “equilibro político” y “tomar posición”.

“Cuando nosotros, con Pablo (Moyano) y los compañeros del frente sindical, tratamos de unificar la CGT pensamos en darle otra impronta. En cambiar ciertas cosas. Darle una autonomía de pensamiento que nos permitiera responder a la gente” comentó.