La alpinista estadounidense Hilaree Nelson fue hallada muerta este miércoles, tres días después de su desaparición tras una caída en una expedición al Manaslu, el octavo pico más alto del mundo, situado en el Himalaya nepalí. Era una de las alpinistas más reconocidas del mundo, que esquiaba en montañas.

El cuerpo fue hallado esta mañana enterrado en la nieve en una ladera de la montaña Manaslu, a unos 6 mil metros de altura. Tres sherpas y el también esquiador Jim Morrison, pareja de Nelson, fueron trasladados en un helicóptero al lugar donde se estimaba que había caído la esquiadora. Allí rescataron el cuerpo. 

Nelson sufrió una caída el lunes cuando regresaba al campo base esquiando tras alcanzar la cumbre del Manaslu, de 8163 metros de altura, junto a Morrison. En un principio se pensó que Nelson había caído por una grieta, de acuerdo a la información de las autoridades que iniciaron a primera hora del martes un operativo de búsqueda aérea y terrestre sobre la zona. Ese operativo tuvo que ser suspendido más tarde por el mal tiempo.

Hace casi una semana, Nelson había compartido en las redes sociales que, a diferencia de otras expediciones en el Himalaya, esta vez en el Manaslu sentía menos confianza, y las condiciones de la montaña le hacían añorar su hogar. "Tengo el desafío de encontrar la paz y la inspiración en la montaña cuando ha estado constantemente envuelta en niebla", había publicado seis días atrás.

Nelson, de 49 años, fue la primera mujer en coronar dos cumbres superiores a los 8 mil metros:  el Everest y el Lhotse, en 24 horas, en mayo de 2012. En 2018 regresó al Lhotse, la cuarta montaña más alta del mundo con 8516 metros, para lograr la hazaña junto a Morrison de ser los primeros en descender ese pico esquiando. Ese mismo año fue nombrada aventurera del año por National Geographic.

Su desaparición tuvo lugar el mismo día que se registró una gran avalancha en los campamentos a menor altitud del Manaslu, en los que un guía murió y varios resultaron heridos, entre ellos cuatro de gravedad.

Las autoridades nepalíes autorizaron esta temporada de otoño un número récord de 404 permisos para escalar el Manaslu, conocida como "la montaña asesina" debido al alto número de muertes que se producen a pesar de que el número de ascensos es relativamente bajo. En septiembre de 2012, una avalancha mató a 11 escaladores.