El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro (foto), arrancó la segunda fase de la campaña apelando al voto evangélico, grupo que mayoritariamente lo apoya por su defensa de los valores ultraconservadores como el rechazo al aborto. Bolsonaro participó de un culto con evangélicos, a los que les pidió "no dejarse llevar por los cantos de sirena" del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

Felicidad

"Sus respuestas son siempre vacías. 'Voten por mí que voy a traer la felicidad', dice (por Lula). Ya tuvimos esa experiencia en el pasado, hagan comparaciones", afirmó el líder ultraderechista ante decenas de feligreses presentes en un templo en San Pablo. "Ya que él dice que el lugar de los pastores es la iglesia y el de los militares los cuarteles, yo digo que el lugar de los bandidos es la cárcel", expresó Bolsonaro entre aplausos. 

Sobre el resultado electoral del pasado domingo, el jefe de Estado lo calificó de "un milagro" porque, a su juicio, todos fueron en su contra, incluidos "la prensa, los institutos de encuestas, parte de la cúpula judicial del país", e incluso "otros países" de la región gobernados por fuerzas progresistas. Lula también tuvo compromisos de tinte religioso al recibir a un grupo de frailes franciscanos que lo bendijeron de cara a la segunda vuelta.