El 18 de julio es una fecha clave para la dinámica que puede adquirir el mercado cambiario. Unos 430 mil millones de pesos en Lebac vencen ese día. La evolución de la cotización del dólar dependerá del monto total que se renueve de esos papeles de deuda del Banco Central. Si se repite el comportamiento de los inversores de la última convocatoria, la presión sobre la paridad retomará fuerza. La siguiente licitación será el martes 15 de agosto, dos días después de las PASO, instancia electoral que actuará como una encuesta gigantesca hacia las elecciones de medio término de octubre próximo. Más que el resultado de las urnas, la bola de nieve de las Lebac es el factor más perturbador de la estabilidad cambiaria y financiera.

El costo enorme que representan las Lebac para el balance del Banco Central es equivalente a las ganancias inmensas para los inversores. El BC ha diseñado una lujuria financiera con esos pasivos de cortísimo plazo. Entre el 15 de diciembre de 2015 y el 30 de junio de 2017 devengaron 251 mil millones de pesos de intereses. Esto implica un pago de 460 millones de pesos en promedio por día. Y la cuenta se sigue acumulando: si se mantiene la actual tasa de interés, o sea que no se ajusta al alza por la última corrida cambiaria, y no se incrementa el stock de Lebac, el Central habrá desembolsos 83 mil millones de pesos adicionales hasta fin de año. La entidad monetaria habrá entregado 334 mil millones de pesos en intereses en total a los inversores de Lebac en dos años, equivalente a unos 20 mil millones de dólares.

La bicicleta de las Lebac fue alimentada por el titular del BC, Federico Sturzenegger, con el doble propósito de desalentar la compra de dólares al tiempo de retirar pesos del mercado con el esquivo objetivo de bajar la inflación. Para ello ha estado seduciendo a los inversores con tasas de interés elevadas, que tuvieron su pico del 38 por ciento en marzo de 2016 y hoy se ubican casi en el 26 por ciento anual. Esas tasas han invitado a inversores extranjeros para participar del negocio que se denomina curreny carry trade sobre el peso argentino: ingresar dólares a la plaza local, luego venderlos y con los pesos obtenidos comprar Lebac, para que en un plazo determinado recomprar más dólares con el capital e intereses de esa inversión en pesos. 

En las últimas semanas, esa bicicleta emitió la primera señal de que para algunos inversores empezó el momento de realizar esas ganancias en dólares. En las próximas dos licitaciones de Lebac se sabrá si fue una falsa alarma o si habrá que transitar un período de inestabilidad en el precio del dólar.