El paso de los hinchas de Talleres de Córdoba y Banfield por Rosario, el miércoles a la noche, no solo dejó los restos de fogatas, asados y envases de bebidas varias desperdigados bajo la arboleda del Parque Independencia, también las boletas de multas por mal estacionamiento descartadas con despecho por los infractores, y un contrapunto de reproches cruzados entre la autoridad municipal y la policial, ante la situación que se les escapó de todo control.

Primero golpeó la secretaria de Control y Convivencia, Carolina Labayrú, quien recriminó de manera tácita lo que consideró un apoyo deficiente de la Unidad Regional II de Policía a sus inspectores municipales para disuadir la tarea de cuidacoches y los desmanes de hinchas en los alrededores del estadio de Newell's. 

El reproche activó de inmediato una conferencia de prensa, primero convocada por el secretario de Seguridad Pública, Claudio Brilloni, en la delegación local de Gobierno. Luego, trasladada a la sede de la URII, y a cargo de su jefa, Margarita Romero. "Tal vez faltó un poco de coordinación –reconoció– pero fuera de lo que ocurra dentro del estadio, la responsabilidad del control afuera es de la Municipalidad", devolvió la titular de la fuerza de seguridad en Rosario.

Labayrú declaró ayer que en vísperas del partido por semifinales de Copa Argentina que se disputaría este miércoles en el estadio Marcelo Bielsa entre Talleres de Córdoba y Banfield, se había convenido un operativo conjunto en el marco de la Mesa de Seguridad que integra el municipio con el ministerio provincial del área y fuerzas de seguridad. Sin embargo, la funcionaria deslizó que no percibió "el acompañamiento activo que hubiese sido necesario, porque el control con el silbato y el talonario de actas no es suficiente".

La titular de Control municipal defendió la tarea de sus subordinados y dijo que los horarios de corte de tránsito y vallados se habían previsto con antelación. Sin embargo, alegó que sus inspectores quedaron desbordados por la afluencia de hinchas y el despliegue de cuidacoches informales que indujeron a estacionar sobre los solares aledaños al cementerio Del Salvador y otros sectores del Independencia. Eso motivó que durante el partido de fútbol, los inspectores labraran más de 400 actas de infracción con su correspondiente multa.

Ayer en redes sociales más de un cordobés expresó quejas porque los trapitos exigían hasta 1000 pesos por auto, y encima después del partido se encontraron con la multa. Y ni un cuidacoches a la vista. 

Eso no fue todo. Ayer por la mañana, bajo los árboles del sector del Palomar y del hipódromo amanecieron las cenizas de varias fogatas ya apagadas y con restos de asados improvisados que los visitantes realizaron, incluso con daños a los añosos árboles de la zona. Eso, y residuos de todo tipo.

"Deberíamos tener una actitud activa por parte de quien tiene más herrramientas para prevenir y sacar los trapitos del lugar, que fueron los que hicieron estacionar en lugares indebidos. Para marcar dónde se puede estacionar en un evento de esa magnitud necesitamos cierto acompañamiento, no es suficiente el silbato”, reprochó Labayrú a la fuerza de seguridad, aunque sin mencionarla. 

En este sentido, agregó que los agentes de Control hicieron apagar algunas fogatas y parrilladas furtivas, pero hasta cierto límite. "Podríamos haberlo prevenido, pero no podíamos labrar actas porque sin el apoyo necesario no podíamos garantizar la integridad física de nuestros inspectores", explicó la funcionaria municipal.

Las declaraciones de Labayrú causaron malestar en el Ejecutivo provincial. Desde Santa Fe partió la orden de una réplica inmediata. La respuesta quedó en manos de la jefa de la UR II, Margarita Romero, quien aclaró que la fuerza a su cargo tenía responsabilidad sobre lo que aconteciera dentro del estadio, donde asistieron 23 mil hinchas de ambos equipos, y donde el partido se desarrolló sin malos incidentes en las tribunas. Por cierto, dijo la funcionaria provincial, no se registraron delitos ni dentro ni fuera de la cancha. "Pero fuera del estadio, la tarea de control le corresponde a la Municipalidad", retrucó.

Romero consideró, pese a todo, que "el balance del operativo es bueno porque se llevó adelante tal cual se planificó". Consideró que "hubo tres reuniones previas con todos quienes participamos de la Mesa de Seguridad. Quizás faltó un poquito más de coordinación, como sucede en un partido habitual, pero fuera del estadio siempre el control es municipal", recalcó.

La jefa policial negó que sus oficiales hubieran quitado apoyo a los municipales. Aclaró que no les corresponde reprimir a los cuidacoches si no hay orden judicial o normativa que así lo amerite. Y aseguró que "cuando (los inspectores) lo solicitaron, la policía se acercó e invitó a las familias que hacían un asado a apagar el fuego".