El comisario jefe a cargo de la División Scopometría de la Policía Federal, Alejandro Centofanti, ratificó ante la Justicia que del peritaje que se hizo sobre las imágenes de los cuadernos del exchofer del Ministerio de Planificación Oscar Centeno surge que los primeros cuadernos se escribieron a lo largo de diferentes días, posiblemente después de cada viaje realizado por el chofer. Allí, los conceptos reflejados eran del tipo “fui de tal lugar a tal otro, llevé a tal persona”. En cambio, el estudio de los últimos cuadernos peritados, los números 7 y 8, “permite inferir una secuencia continua de escritura, sin alternancias temporales, discrepante de la modalidad de registro que usualmente se lleva para un llenado de constancias diarias”. En otras palabras, los cuadernos 7 y 8 se escribieron de un tirón: seguramente fueron dictados y Centeno escribió lo que le decían que escriba.
Esta conclusión es de vital importancia porque en los primeros cuadernos Centeno nunca mencionó dinero, sólo de dónde a dónde iba. En los últimos cuadernos, los que habrían sido dictados, se habla por primera vez de pesos o dólares. Lo que queda evidenciado es que se armó una operación de inteligencia que luego continuó el aparato judicial de Comodoro Py, primero con el fallecido juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli, quedándose irregularmente con el expediente, luego con un fenomenal apriete al propio Centeno para que se convirtiera en arrepentido y, de inmediato, con decenas de arrepentidos cuyas declaraciones nunca se filmaron -como obliga la ley-, a los que previamente se hacía pasar por celdas para la operación de ablande. A los que no mencionaban a Cristina Kirchner los devolvían de inmediato a la celda; los que “se arrepentían” recuperaban la libertad.
Tachaduras, enmiendas y correcciones
El empresario Armando Loson, imputado en la causa de las fotocopias de los cuadernos, salió a la cancha para derrumbar las acusaciones en su contra. Tenía tres razones demoledoras:
- No estaba en Buenos Aires cuando Centeno dice que retiró dinero de su empresa. Loson presentó comprobantes de que estaba en Santiago del Estero.
- Su empresa, Albanesi, es una energética privada que no era contratista del Estado, por lo que no tenía razón alguna para pagar coimas.
- Efectivamente aportó fondos a la campaña electoral del peronismo, como lo hizo siempre desde el inicio de la democracia. El dinero se retiró oficialmente y el aporte se hizo en blanco.
Con esos elementos, Loson y su abogado, Carlos Vela, hicieron un peritaje privado de los cuadernos que demostró que en todo lo referido al empresario había alrededor de 1500 tachaduras, cambios, enmiendas, aplicación de corrector y escritura encima. Ese análisis particular, hecho por el estudio Latour, puso en marcha una denuncia que instruye el juez Marcelo Martínez de Giorgi.
Pero el magistrado no se quedó con ese análisis, sino que mandó a hacer un peritaje oficial a la Policía Federal. El análisis se conoció hace una semana y el viernes declaró el jefe de la División Scopometría ante el propio juez.
La declaración del jefe del peritaje
Como adelantó Página/12 hace más de una semana, lo significativo del peritaje realizado por la Policía Federal fue la conclusión de que era muy distinta la escritura de los primeros cuadernos comparada con la escritura de los últimos cuadernos.
Y esto es lo que ratificó Alejandro Matías Centofanti, comisario jefe a cargo de la División Scopometría de la Policía Federal.
- Respecto de los primeros cuadernos “se advierte que en los asentamientos manuscritos iniciales se consta una escritura dinámica con rasgos de velocidad moderada” y que, en cambio, “las constancias finales se verifica remates y enlaces acerados, mayor grado de inclinación de la escritura hacia la derecha y aumento de la extensión horizontal, todos ellos de índice de mayor velocidad de escritura”.
- ”En el cuaderno 7 se permite inferir una secuencia continua de escritura sin alternancias temporales, discrepante de la modalidad de registro que usualmente se llevan para un llenado de constancias diarias”.
En otras palabras, los primeros cuadernos tienen anotaciones hechas todos los días, registrando los viajes. Eran tiempos en que Centeno anotaba de dónde a dónde iba, porque le cobraba al Ministerio de Planificación por los viajes que hacía. Entre una y otra anotación hay diferencias por la posición en la que escribía, el estado de ánimo y otros factores.
Pero los últimos cuadernos, desde el 5 en adelante, en los que habla de dinero, fueron escritos en forma continua, dictados, según señala el peritaje. Y la impresión es que todo se escribió en el mismo tiempo.
¿Cuándo se escribieron los cuadernos?
Centofanti le dijo al juez que no puede determinar cuándo se escribieron los cuadernos porque para eso se necesitan los originales y él sólo pudo analizar copias. Como se sabe, la causa está elevada a juicio y nunca se hizo un peritaje de los cuadernos originales. Es más, el Tribunal Oral se negó a entregarle los originales a Martínez de Giorgi, de manera que Scopometría sólo accedió a imágenes en formato PDF, entregadas en un pendrive. Como es obvio, para establecer el tiempo, hay que hacer un análisis de la tinta y el papel originales.
Sin embargo, hay una hipótesis. La exesposa de Centeno, Hilda Horowitz, estaba en una guerra con el chofer y le exigía dinero a Roberto Baratta, el número dos de Planificación, argumentando que Centeno no le hacía llegar plata. En el marco de esa pelea, Horowitz nunca habló de los cuadernos. Recién lo hizo por primera vez a fines de 2016, después de ir a visitar a Centeno para retirar los perros que tenían en común. A partir de ese momento, las exigencias de dinero a Baratta se hicieron más fuertes y con los cuadernos de por medio. Eso hace pensar que es posible que los últimos cuadernos se hayan dictado en 2016, tal vez sobre anotaciones de viajes al estilo de los que figuraban en los primeros cuadernos.
Los cuadernos resucitados
Un punto importante que figura en el peritaje de la Policía Federal es que todos los cuadernos fueron escritos por Centeno. O sea, la letra es de Centeno. Las tachaduras, cambios, lo que se puso encima del liquid-paper, todas las alteraciones fueron hechas con otras cuatro letras y con cuatro tintas distintas.
Sin embargo, lo más significativo en esa parte de la historia es que, como arrepentido, Centeno dijo inicialmente que había quemado los cuadernos en una parrilla. Pero en 2019, tres días antes de las elecciones, un individuo supuestamente desconocido se los habría entregado al periodista Diego Cabot, de La Nación, un medio alineado con Juntos por el Cambio. Cuando se pidieron las cámaras del lugar de la supuesta entrega, el periodista argumentó que eso era violatorio del derecho a reserva de las fuentes.