Nancy Pelosi anunció este jueves su renuncia a la presidencia de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos y con ello al liderazgo del Partido Demócrata, unas horas después de que se certificara la victoria de los republicanos en ese cuerpo. La victoria conservadora es apenas un consuelo menor tras la dura derrota que sufrieron los republicanos en el Senado.

En declaraciones desde la sala de la cámara baja, Pelosi confirmó que seguirá como congresista "hablando por la gente de San Francisco", pero no presentará su candidatura a la reelección.

Pelosi, de 82 años y líder del partido en la Cámara de Representantes desde 2003, admitió con nostalgia que la primera vez que visitó la capital estadounidense jamás pensó en que podría pasar de ser "ama de casa a presidenta de la Cámara".

Su dimisión se produce después de que el Partido Republicano le arrebatara ajustadamente a los demócratas el control de la Cámara de Representantes tras certificarse los resultados de las elecciones de medio mandato celebradas hace diez días.

La líder demócrata, y por el momento titular de la Cámara, ya adelantó hace varios días que tomaría una decisión sobre su futuro pasada la cita electoral y también considerando el suceso del que fue protagonista su marido, Paul, a finales de octubre.

El esposo de Pelosi fue sorprendido el 28 de octubre en su domicilio particular de San Francisco por un asaltante que, martillo en mano, gritaba preguntando dónde se encontraba su esposa, en aquel momento en Washington.

Tras comprobar que no estaba en su domicilio, asestó varios golpes en la cabeza a Paul, quien estuvo hospitalizado seis días por las heridas sufridas y ahora se encuentra fuera de peligro.

Este episodio pronto recibió el repudio de gran parte de la clase política estadounidense, aunque también hubo quien trató de orquestar un complot, como el expresidente Donald Trump, insinuando que el agresor podría ser en realidad un amante.