Sin su máxima figura Neymar (lesionado), Brasil se impuso 1-0 ante Suiza en el Estadio 974 de Doha, por la segunda fecha del Grupo G del Mundial Qatar 2022.

El único gol lo marcó Casemiro cerca del final y el triunfo le otorgó al combinado de Tite el pase a octavos de final. 

El conjunto helvético peleará el próximo viernes por el segundo boleto a la próxima fase ante su par de Serbia. 

En un trámite a priori parejo y con Suiza bien plantado para abastecer a Embolo, su único atacante neto, el inicio tuvo un par de intervenciones temerarias del arquero Alisson, acaso para insuflar de confianza a sus compañeros, por si hiciera falta.

Brasil debía romper las prolijas líneas del combinado dirigido por Murat Yakin para poder prosperar en ataque, lo que conseguía a ratos con la zurda elegante de Lucas Paquetá, quien despachaba pases rápidos y triangulaciones de primera en busca de Vinicius y del goleador Richarlison que, como los tiburones, parecía percibir sangre cada vez que se acercaba al área rival.

Pero con poco, Suiza incomodaba a los de Tite, a punto tal que la primera ocasión de riesgo llegó por derecha recién cerca de la media hora en los pies de Vinicius, quien le pegó mordido tras ser perfectamente habilitado por Raphinha, lo que permitió el despeje de Sommer. En la jugada siguiente, el propio Raphinha probó desde fuera del área los buenos reflejos del experimentado arquero helvético.

Brasil ya inclinaba la cancha y movía la pelota de un extremo a otro, al tiempo que los suizos retrocedían y sus incursiones en ofensiva -con poca participación del cerebro y capitán Granit Xhaka, más las aisladas apariciones del lateral izquierdo Ricardo Rodríguez, que no siempre se entendía con Ruben Vargas- eran más bien discretas. 

A su ritmo, la Verdeamarela tocaba y tocaba en un busca de un resquicio para llegar con peligro en medio de un bloque de casacas coloradas. Luego de un breve bajón de tensión en el suministro eléctrico del estadio, un parpadeo en verdad, se acababa una floja primera parte.

En el arranque del complemento, el seleccionado centroeuropeo pareció animarse un poco más ante un Brasil que arriesgaba y -ya con Rodrygo en cancha- avisaba por derecha con Vinicius y su envío filoso al corazón del área que Richarlison no pudo conectar. 

Suiza parecía bien plantada, pero tras una recuperación en su propio campo el poderío brasileño parecía asomar con dos toques y una definición magnífica de Vinicius, aunque después el VAR anuló el tanto por offside.

Tite se impacientaba al ritmo de la parcialidad brasileña e introducía cambios en busca de más oxígeno y piernas frescas para una misma idea de juego. 

Y tanto va el cántaro a la fuente que sobre el final apareció el gol con un sablazo de Casemiro, el león del mediocampo, que dejó a Suiza con las manos vacías y a Brasil en lo más alto del Grupo G.