Poésie masculine es el (irónico) nombre con el que han bautizado a su más reciente obra la francesa Nathalie Erin y el belga Frédéric Durieu: artistas multimedia que, en esta instalación interactiva e inmersiva, apuntan contra el acoso callejero, esperando que varones se pongan en los zapatos de las mujeres y comprendan -de una bendita vez- cuán dañina es esta forma de violencia, penosa moneda corriente en cualquier rincón del planeta. Su pieza es una suerte de simulador que invita a visitantes a ingresar a un túnel completamente a oscuras, de casi 10 metros de largo, cuyas paredes están enteramente cubiertas de pantallas. Una vez que ha entrado la persona, las pantallas se activan y devuelven miradas intimidatorias e insistentes de tipos que siguen a sus “presas”, guiadas por un detector de movimiento. Mientras, de fondo, se suponen voces masculinas que no ahorran en palabras crudas, hostiles, que de poéticas no tienen ni un acento: “Vení, vení, acercate”, “Qué perra que sos”, etcétera.

Cabe mencionar que, concebido durante la pandemia, el trabajo se presentó originalmente en Bruselas y, en estos días, ha debutado en Francia, El público mayor de 16 años puede visitar Poésie masculine de forma gratuita en la Sala Jules Pagézy, antiguo ayuntamiento de Montpellier, hasta que viaje a Luxemburgo, su próxima parada, y otros lugares que irán anunciando los artistas digitales en lo sucesivo.

La experiencia, por cierto, dura exactamente 5 minutos y, conforme aclaran sus creadores, puede resultar demasiado agobiante para mujeres en tanto, de tan realista, puede recordarles a traumáticas escenas de su vida… De allí que recomienden enfáticamente que los hombres participen en pos de entender con qué tipos de situaciones lidian ellas en el día a día, a la par que les recuerdan: “El 100 por ciento de las mujeres ha sido acosada al menos una vez”. “A veces son comportamientos fugaces: una mirada intrusiva e insistente, un susurro…”, destacó Fabrice Belargent, fiscal de Montpellier, durante la inauguración de la instalación, reconociendo que queda mucho laburo por hacer para erradicar esta forma de violencia sexista.