“En el día de hoy asistimos a la redacción de una nueva página negra del poder judicial en la República Argentina... La condena de un tribunal creado a la medida de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner no sorprendió a nadie. Lejos de ser el resultado de una investigación imparcial, es la expresión manifiesta de un acuerdo entre sectores de la política argentina, los medios de comunicación y poder judicial”, comienza el texto.

“Los hechos que se hicieron públicos los últimos días no hacen más que poner a la luz lo que esos mismos personajes se encargaron de mantener en la oscuridad durante años”, agrega en referencia a los chats de Lago Escondido, que exponen a los jueces Julián Ercolini, Pablo Yadarola, Julián Ercolini, Pablo Cayssials y Carlos “Coco” Mahiques; el ministro de Seguridad de CABA, Marcelo D’Alessandro; el exjefe de Legales de la SIDE y dueño de una consultora de medios Tomás Reinke y el agente de inteligencia Leo Bergot, tras realizar un viaje a la estancia Lago Escondido, ilegalmente ocupada por el magnate británico Joe Lewis, invitados por los ejecutivos de Clarín Pablo Cassey y Jorge Rendo. La filtración los muestra, en el invento de ocultar el delito de dádivas, cometiendo muchos otros: falsificaciones, extorsiones, aprietes y amenazas.

“Durante el juicio, la compañera vicepresidenta demostró cada una de las falsedades de las que fue acusada”, sostiene también, en referencia al documento “Las 20 mentiras de la causa Vialidad”. El partido se declaró también “en Estado de alerta frente al avance de estos sectores sobre nuestros dirigentes”.

Algunos de los que participaron en la redacción del texto hablaron de democracia tutelada y recordaron que los intentos de proscribir al peronismo nunca funcionaron, Desde La Cámpora, asumen que la candidatura de Cristina depende básicamente del clamor popular “y eso es lo que vamos a salir a reclamar desde este mismo momento”.

“La condena a la vicepresidenta es una condena al pueblo argentino”, concluye el documento. Consultados sobre si hay una salida política posible, los mismos dirigentes observan que “los chats demuestran que jueces y fiscales están atrapados en este sistema y no pueden bajarse. A menos que se exponga su mugre ante los ojos del pueblo, cosa que ya comenzó a ocurrir”.