Familias integrantes de Libres del Sur se movilizaron a los supermercados para pedir alimentos. Con la consigna Por una Navidad sin Hambre, concentraron frente a grandes locales de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense para denunciar a estas cadenas por su responsabilidad en la suba de los precios. También advirtieron que los comedores y merenderos populares siguen sin recibir a tiempo y en las cantidades comprometidas los productos que debe enviarles el Ministerio de Desarrollo Social.

En CABA, la protesta fue instalada en la avenida 9 de Julio y Rivadavia, sede de un Carrefour. “La difícil situación social que estamos viviendo tiene dos orígenes, el ajuste del gobierno y el comportamiento de los formadores de precios, tanto de los productores de alimentos como de las grandes cadenas de supermercados. Ellos son los responsables de la inflación por la que nuestros compañeros no pueden comprar alimentos y se vuelcan a los comedores y merenderos”, señaló en el lugar Sebastián Martino.

Contó que en estos días, debido a las demoras de Desarrollo Social en enviar mercadería a los barrios, los comedores están teniendo que reducir la cantidad de viandas. “Desarrollo Social sólo entrega alimentos secos, no manda carne ni verduras. Al no tener frescos, las compañeras van a las verdulerías y carnicerías cercanas y piden donaciones. Pero la situación está tan compleja que los comercios que antes nos donaban hoy nos dan menos o directamente nada. Por eso en muchos comedores tuvimos que reducir la cantidad de raciones e incluso la cantidad de días que cocinamos”.

En varios de los supermercados recibieron a grupos de manifestantes, que entregaron petitorios.

Todos los meses, Libres del Sur realiza un relevamiento de precios en los comercios de cercanía de los barrios populares, a través de su instituto de investigación, el Isepci, con censistas que trabajan en los comedores y merenderos del movimiento. Así tienen la temperatura de los precios en los negocios en los que efectivamente realiza sus compras la población de menores ingresos.

La consultora popular registró que en lo que va del año la canasta alimentaria se encareció un 94,42 por ciento. Una familia de dos adultos y dos menores hoy necesita, para cubrir nada más que sus gastos de alimentación, 61.922 pesos.

Esa misma canasta en diciembre del año pasado costaba casi la mitad, 31.800 pesos. Sus subas fueron lideradas, de punta a punta del 2022, por los precios de las frutas y verduras, que en el año llevan una inflación acumulada del 164 por ciento. Les siguen, también con aumentos muy elevados, los productos de almacén, con un 104 por ciento de aumento acumulado en once meses y los de carnicería, con un 54 por ciento en el mismo período. 

Como sabemos,  cada variación va imponiendo cambios en la dieta, ya que aunque el consumo de alimentos sea inelástico y nadie pueda prescindir de ellos,  sí tiene modificaciones el tipo de alimentos a que se accede. Con cada aumento, se achica la variedad de alimentos y la dieta se empobrece en nutrientes. Se come más harinas y arroz, baja la cantidad de frutas, verduras y lácteos, y la de carne.

El Isepci comparó la suba en los precios de los alimentos con el poder de compra del programa Potenciar trabajo, la AUH y la tarjeta Alimentar, los tres sumados, como un modo de evaluar las políticas de asistencia del Estado en tiempos de alta inflación. Encontró que durante el año fueron teniendo recomposiciones, pero que la mayoría de los meses perdieron terreno contra a los precios. El saldo final también es de pérdida.

El Potenciar tiene aumentos cada vez que el salario mínimo es recompuesto, mientras que la AUH está atada a la movilidad jubilatoria y la Tarjeta Alimentar depende del criterio del Ministerio de Desarrollo Social.

El informe indica que en enero una familia que percibía el Plan Potenciar más la AUH más la Tarjeta Alimentar cubría el 99% de su canasta de alimentos; pero diez diez meses después con las mismas asignaciones solo llegaba al 87%. La frazada se hizo más corta.

“Hay mucha necesidad, bronca y angustia. En este difícil contexto de ajuste, el gobierno garantizó las ganancias de los formadores de precios”, expresó Silvia Saravia al cierre de la jornada. Para la coordinadora territorial de Libres del Sur “para los formadores de precios hay certeza, pero para los comedores, incertidumbre”.