Desde Brasilia
Con una agenda saturada a dos semanas de asumir la presidencia, Luiz Inácio Lula da Silva mantuvo reuniones este sábado con sus compañeros del Partido de los Trabajadores (PT) y mañana se hará un hueco para ver la final entre Argentina y Francia. "Seguro que va a ver el partido, yo diría que en un cien por ciento que el presidente Lula va a hacer hinchada por nuestros hermanos argentinos" anticipa el jefe del bloque de diputados petistas Reginaldo Lopes.
En su condición de hombre de Estado, el mandatario electo envió un salomónico saludo a los presidentes Alberto Fernández y Emmanuel Macron antes del partido. "Pero como apasionado por el fútbol, alguien que sabe mucho de este juego, Lula va estar a favor del equipo de ese crack extraordinario es Messi", le dijo a Página/12 el parlamentario que en las últimas semanas ha trabajado junto al inminente mandatario. La conquista del tricampeonato argentino "llegaría en un gran momento para la unidad de Nuestra América", dijo y coincide con el fin del mandato de Jair Bolsonaro.
--¿Lula cambió la camiseta verdeamerilla por la celeste y blanca?
--Lula apoyó a la selección brasileña desde la primera hora, se puso la camiseta amarilla para ver los partidos hasta que quedamos eliminados frente a Croacia por penales en los cuartos de final. Allí terminó nuestra ilusión del hexacampeonato. Si hubiera habido una semifinal con Argentina seguiría vestido de amarillo, pero lamentablemente no fue así. No estoy diciendo que el domingo se va a poner la camiseta celeste y blanca. Eso lo ignoro. Yo digo que el presidente Lula tiene su corazón claramente con Argentina, un país con el que tenemos una hermandad histórica. El presidente fue visitado por el presidente Alberto Fernández luego de ser electo el 30 de octubre y pronto viajará a Buenos Aires, según está previsto. Claro que el presidente también tiene respeto y reconocimiento por Francia, por su gran nivel futbolístico y por el presidente Macron, quien lo recibió en el Palacio del Eliseo (noviembre 2021) y lo llamó por teléfono para felicitarlo por el triunfo en el balotaje contra Bolsonaro.
Ser antiargentino ya fue
Todo en el fútbol es político y reflejo de tendencias sociales. Mucho más en Brasil, donde este deporte es la "paixao nacional" excluyente, y es el único país con cinco copas del mundo en su currículum. Esto es más que las cuatro coronas conquistadas hasta el momento por Argentina y Francia sumadas. Al volcarse por el equipo de Lionel Scaloni Lula encarna la percepción de buena parte de sus connacionales, quienes mostraron esa simpatía en los bares a donde se reunieron para ver la victoria en la semifinal de los argentinos ante los croatas, o la expresaron en las redes sociales.
"Un escritor y autor de piezas de teatro muy conocido , Nelson Rodrigues, dijo que en Brasil el fútbol es la ´patria en botines´, yo diría que este domingo en Doha, Argentina es Latinoamérica en botines. En actual contexto de las relaciones internacionales, de la integración regional que comienza a recuperarse , esta final tiene su lado político, porque despierta un sentimiento de identidad de una región como la nuestra que fue colonizada por los europeos", sostiene Reginaldo Lopes.
--¿ Ser antiargentino pasó de moda?
--Yo creo que eso ya no está en el sentimiento de la mayoría de las personas, el sentimiento antiargentino fue superado paulatinamente desde hace varias copas del mundo. Lo que está pasando ahora es muy claro. Esta selección argentina mostró humildad, se supo superar con compañerismo después de empezar perdiendo contra la Arabia Saudita. Nosotros vimos ese resultado como una gran "zebra" (resultado inesperado). Muchos pensaron que no se iba a recuperar y pasó lo contrario. Aquí la gente está entusiasmada con la hinchada que hacen los argentinos, en eso la hinchada argentina que fue a Qatar es muy distinta a la brasileña.
Tercer tiempo
Echando mano de una expresión futbolística el diputado Lopes lanza una ironía contra el presidente saliente Bolsonaro por su "intención de querer jugar un tercer tiempo después de las elecciones que perdió en el segundo turno (30 octubre) contra Lula , no está reconociendo el resultado , no está respetando el juego democrático y no quiere entregar la banda presidencial el próximo primero de enero".
--Si Lula le va a Agentina, parece difícil que Bolsonaro haga lo mismo.
--Bolsonaro viene de la tradición antiargentina que se inculcó durante la dictadura militar, en esos años se utilizaba al fútbol como elemento de la propaganda nacionalista. Lamentablemente esa tradición no terminó , a pesar de que está teniendo menos fuerza. Bolsonaro utilizó a Neymar para su campaña electoral y usó la camiseta amarilla como el color simbólico de los actos de la ultraderecha organizado por él. Como fueron los actos del 7 de setiembre pasado, en el Día de la Independencia. Lamentablemente mucha gente ahora asocia el color amarillo como símbolo de los extremistas. Dentro del grupo de bolsonaristas que está pidiendo una intervención militar frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia hay muchos vestidos con la camiseta amarilla. Creo que ese movimiento va a perder fuerza políticamente hablando y espero que la camiseta amarilla vuelva a ser patrimonio de todos los brasileños, como lo propuso Lula al ponérsela para ver los partidos de nuestra selección.
¿Dilma embajadora?
En el predio donde funciona el gobierno de transición de Lula, a pocos kilómetros del centro de Brasilia, se habla de Dilma Rousseff como posible embajadora en Argentina, o en otro cargo diplomático. El futuro mandatario ha sido muy elogioso al hablar de la expresidenta dando a entender su intención de asignarle alguna responsabilidad, que no sea un ministerio, en la futura administración.
El diputado Reginaldo Lópes dijo estar en conocimiento de ese rumor, aclarando que carece de informaciones propias. "La presidenta Dilma está preparada para prestar un excelente servicio diplomático en cualquier embajada, Por supuesto sería una excelente embajadora en Argentina. Ella es alguien que tiene el mayor concepto sobre Argentina, sobre el Mercosur que estos años fue dejado de lado por el actual gobierno".
El jefe del bloque de diputados del PT subraya los "nuevos tiempos" que se avecinan en la política exterior, dejando atrás los cuatros años de Bolsonaro y su servilismo hacia Washington, durante la administración de Donald Trump, conjugado con su indiferencia hacia Argentina. Fue tan así, que luego de hacer campaña por la reelección de Mauricio Macri, el excapitán nunca viajó a Buenos Aires para una reunión con el presidente Alberto Fernández.
Lópes menciona la histórica relación de Dilma Rousseff con Argentina, puesta de manifiesto durante su gobierno, entre 2011 y 2016, cuando fue canciller Mauro Vieira, quien volverá a ocupar ese cargo a partir del primero de enero. Hace 2 semanas Dilma se solidarizó con la expresidenta Cristina Fernández tras el fallo de la Cámara Federal, al cual tipificó como parte del mismo lawfare aplicado en Brasil para encarcelar Lula.