En Japón, uno de los concursos literarios de mayor prestigio es el que se conoce con el nombre de “Nikei Hoshi Shinichi Literary Award”. Aunque a nosotros nos diga poco (o nada), Hoshi Shinichi es una suerte de leyenda en su país por la cantidad de libros de Ciencia Ficción que escribió. El premio que lleva su nombre, es una forma de rendirle un reconocimiento anual.

Justamente, sobre fines de marzo, en una ceremonia televisada en horario central, se conocen los nombres de los ganadores en las distintas categorías. Hasta acá, usted tendría derecho a preguntarse: “¿Y?”. Téngame un poquito de paciencia y verá.

Primera curiosidad: en las bases del concurso se aclara explícitamente que se aceptan piezas literarias escritas total o parcialmente por “no-humanos”.

Segunda curiosidad: el año pasado (2016), se recibieron 1.450 obras, divididas en las diferentes categorías. De ese total... ¡11 (once), fueron escritas por una computadora, ya sea en forma total o parcial!

A todo esto, se especifica también que los jurados ignoran el origen de los textos que juzgan. Es por eso que me interesa llegar a la ....

Tercera curiosidad: una novela corta, titulada “The Day a Computer Writes a Novel” (“El día que una computadora escriba una novela”), superó el primer corte y quedó entre las finalistas. Y, como se imagina, yo no estaría escribiendo este texto si no fuera porque esta novela estaba justamente... ¡entre las once que mencioné más arriba!

Es cierto, no ganó, pero es la primera vez en la historia que una pieza literaria de este tipo superó la capacidad de discernimiento de un jurado.

El grupo de científicos japoneses que trabajan en inteligencia artificial y participaron en el diseño del programa, fueron liderados por Hitoshi Matsubara, director del departamento de Sistemas Complejos e Inteligentes. Todos son investigadores full-time en la “Future University”, la universidad pública ubicada en la ciudad de Hakodate, en Japón.

Una vez más: no le alcanzó para ganar, pero, ¿no es sorprendente que hayamos llegado a semejante estadío en el desarrollo de la “inteligencia artificial”? ¿Está segura/o usted que soy yo quien está escribiendo estas líneas? ¿O ya hay alguna computadora en el diario que descubrió los temas que me interesan y los patrones con los que yo escribo?

Continuará.... (y seguro que sin mí.. de eso no tengo dudas).

* Una lectura (casi) obligatoria después de esta contratapa es la nota “Creatividad e inteligencia artificial: El próximo Rembrandt”, de Adrián Paenza, publicada en la edición del domingo pasado de PáginaI12.